PARROQUIA SAN PÍO X
DÍA 6 DE MARZO, LUNES,
DE 5 A 6 DE LA TARDE
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“EL PRIMER ANUNCIO”
2ª SESIÓN: INTERPRETAR
1. ORAMOS Y ESCUCHAMOS LA
PALABRA DE DIOS
Monición: Bienvenidos a este
encuentro de oración, de escucha de la Palabra de Dios y de discernimiento
sobre el Primer Anuncio del Evangelio. Hoy nos centraremos en interpretar la
realidad que vivimos y reconocimos en el anterior encuentro, a la luz de la
Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia.
Se trata
de buscar la mirada de Dios en esta realidad concreta que estamos viviendo, a
nivel personal y comunitario, y ahondar en su sentido más profundo. Eso es lo
que significa “interpretar”, como paso previo para poder responder a la llamada
que nos sigue haciendo el Señor a ser discípulos misioneros.
Rezamos todos:
Oración comunitaria:
Dios y Padre nuestro,
que atiendes las
necesidades de todos tus hijos
y les concedes siempre lo
que conviene.
Te damos gracias por tu
amor, que fomenta el nuestro.
Que nuestra meta sea hacer
tu voluntad en todo.
Señor Jesucristo, Salvador
nuestro,
ayúdanos a crecer en
santidad,
y realiza en nosotros una
verdadera conversión pastoral misionera.
Que tengamos un corazón
compasivo como el tuyo,
para construir un mundo más
fraterno.
Enséñanos a acercarnos con
sencillez y humildad
a los más pequeños y
necesitados,
a trabajar por la justicia
y la dignidad
de todos los seres
humanos.
Espíritu Santo,
que nos reúnes en pueblo
de amor.
Inspira nuestra vocación laical,
para que anunciemos a Jesús con fidelidad
y crezcamos, junto con
nuestros pastores y la vida consagrada,
en comunión y sinodalidad.
Orienta nuestros pasos,
para avanzar en la
construcción de una Iglesia
en la que los laicos seamos
y nos sintamos corresponsables. Amén.
Monición: Vamos a escuchar la llamada de Jesús a Leví, recaudador de impuestos, en la que podemos ver cómo es el encuentro del Señor con un hombre de su tiempo, al que llama y en quien provoca una conversión de vida. Fijémonos en la reacción de los personajes y en la respuesta que da Jesús.
Acojamos este Evangelio con los oídos de la fe y compartamos con los miembros del grupo la resonancia o interpelación que el Espíritu suscita en nosotros.
Lectura del Evangelio de Marcos:
Salió de
nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a él, y él los enseñaba. Al
pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le
dice: «Sígueme». Se levantó y lo siguió́.
Sucedió́
que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y
pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran ya muchos los que
lo seguían. Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y
publicanos, decían a los discípulos: ¿Por qué come con publicanos y
pecadores?».
Jesús lo
oyó́ y les dijo: «No necesitan medico los sanos, sino los enfermos; no he
venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2, 13-17).
(Breve silencio para la reflexión personal y diálogo compartido)
2.
REFLEXIONAMOS Y DISCERNIMOS:
“EL PRIMER ANUNCIO: “INTERPRETAR” (Paso 2º)
2.1 Magisterio del Papa
Francisco:
“El primer
anuncio debe provocar también un camino de formación y de maduración. La
evangelización también busca el crecimiento, que implica tomarse muy en serio a
cada persona y el proyecto que Dios tiene sobre ella. Cada ser humano necesita
más y más de Cristo, y la evangelización no debería consentir que alguien se
conforme con poco, sino que pueda decir plenamente: «Ya no vivo yo, sino que Cristo
vive en mí»”. (Gal 2, 20).
(EG, n. 160).
2.2 ¿Cómo es el proceso del Primer Anuncio y del crecimiento de
la vida cristiana?
Comienza todo con una persona que vive su fe y da testimonio de sus obras, y, a raíz del testimonio de sus obras, puede anunciar también de palabra lo esencial de la fe en Jesucristo.
Eso
suscita en algunos una primera fe, una primera conversión. A estas personas que
se han encontrado con el Señor y en las que se ha suscitado una fe inicial, se
les invita a entrar en un itinerario de iniciación cristiana. En ese itinerario
profundizan más y más en el conocimiento y seguimiento de Jesús y su Evangelio,
celebran los sacramentos de iniciación cristiana y se introducen en la vida de
la Iglesia. Con el tiempo irá surgiendo un compromiso por la transformación del
mundo, a la medida del Reino de Dios.
2.3 La dinámica y el lenguaje del primer anuncio
Básicamente
se puede resumir la dinámica del primer anuncio en una idea básica: se trata de
un encuentro entre personas, en el que todo ocurre de forma dialogal (como con
sucedió con Leví). El anuncio de Jesús se acoge con mayor credibilidad cuando
se va estableciendo una relación de confianza entre los dialogantes.
En
esta época, en la que están a nuestro alcance tantos medios y tantas
herramientas de comunicación, tenemos que recordar que el medio fundamental que
usa Jesús, y después la comunidad apostólica, es el diálogo interpersonal.
Es
el aspecto sobre el que Jesús se explaya más: ¿cómo anunciar, cuál es el
método, cuál debe ser el lenguaje? Nos dice que la forma y el estilo más
esencial es el testimonio. Este testimonio no implica solo la mente, las ideas,
no. Implica todo: mente, corazón, manos... Implica todos los lenguajes de la
persona: el lenguaje del pensamiento, el lenguaje del afecto, el lenguaje de
las obras… No es solo la mente o solo el corazón o solo el gesto: todo
evangeliza.
2.4 Los “verbos” clave de los discípulos misioneros
En la ponencia final del
Congreso de Laicos (2020) se apuntaron los “verbos” clave que hemos de conjugar
y poner en práctica para hacer posible una Iglesia en salida. Pensemos ahora en
nuestra tierra riojana, en el modo en que los cristianos podemos dar testimonio:
en la familia, en el trabajo, en los grupos de amigos, en las asociaciones civiles,
en los espacios culturales; en definitiva, en nuestra existencia de cada día:
- Salir
a las periferias. Salir a las periferias no consiste en esperar a que vengan quienes
están en ellas, sino que conlleva ponernos en camino y acercarnos a su
encuentro con actitud humilde, para acoger y caminar juntos.
- Dialogar
y salir al encuentro. El modo
como la Iglesia se asienta en el mundo es el diálogo y el encuentro. “La
Iglesia está llamada a asumir un rostro relacional que sitúa la escucha,
la acogida, el diálogo y el discernimiento común en el centro de un
proceso que transforma la vida de quienes participan en él" (DF
122).
- Vivir desde la oración y los sacramentos. Una vida sostenida en la oración y los sacramentos recibe de ellos el coraje y la fuerza necesarios: “Invoquémoslo hoy, bien apoyados en la oración, sin la cual toda acción corre el riesgo de quedarse vacía y el anuncio finalmente carece de alma.” (EG 259).
- Abrirse
a cuantos buscan. Queremos ser una
Iglesia de puertas abiertas, atenta a los que buscan. Lo que nosotros
podemos ofrecerles es estímulo, luz y aliento. Esta preocupación
es urgente, especialmente en aquellos contextos donde las huellas
religiosas han perdido fuerza y vigor. Comunicarse con quienes buscan
exige saber abrir puentes de relación.
- Hacerse
cercanos a los pobres y a quienes sufren. La Iglesia tiene entre sus pilares fundantes la predilección por los
pobres. “Hoy y siempre, los pobres son los destinatarios privilegiados
del Evangelio, y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo
del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un
vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos
solos” (EG 50).
- Anunciar
el Evangelio. Vivir la fe exige comunicarla, anunciarla, compartirla. No podemos
callar la verdad del Evangelio. “Más allá de cualquier circunstancia, a
todos (…) quiero anunciarles ahora lo más
importante, lo primero, eso que nunca se debería callar. Es un anuncio que
incluye tres grandes verdades que todos necesitamos escuchar siempre, una
y otra vez” (Ch V 115); estas tres
verdades son: Dios te ama, Cristo te salva, El Espíritu da vida y acompaña
en la vida.
- Estar
cerca de la vida de la gente. No somos de este mundo, pero vivimos en el mundo. “Para ser
evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual
de estar cerca de la vida de la gente, hasta el
punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una
pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo” (EG 268). El Señor nos toma de en medio del pueblo y
nos envía al pueblo.
3.
PREGUNTAS PARA EL
DISCERNIMIENTO COMUNITARIO:
Esta es una fase
delicada del proceso de discernimiento. Debemos discernir a la luz de la
Palabra y confiando en la acción del Espíritu sobre la realidad con que nos
encontramos hoy y en la que estamos llamados a evangelizar. La clave que va a
ayudar en este momento está en descubrir los nudos más importantes que haya que
afrontar:
1. ¿Qué llamadas experimentamos en nuestra
realidad –personal y comunitaria– a la luz del mandato de anunciar a
Jesucristo?
2. ¿Cuáles son los “nudos” (retos, urgencias,
prioridades…) que hemos de afrontar a la hora de evangelizar en esta nueva época?
4.
ORACIÓN FINAL A LA VIRGEN MARÍA (San Juan Pablo II).
Virgen María, inspira
en nosotros fortaleza de ánimo y confianza en Dios,
para que sepamos
superar todos los obstáculos que encontremos
en el cumplimiento de
nuestra misión.
Tú, que, junto a los
Apóstoles estuviste en oración en el Cenáculo
esperando la venida del
Espíritu de Pentecostés,
invoca su renovada
efusión sobre todos los fieles laicos, hombres y mujeres,
para que correspondamos
plenamente a nuestra vocación y misión,
como sarmientos de la
verdadera vid,
llamados a dar mucho
fruto para la vida del mundo. Amén.
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