sábado, 4 de marzo de 2023

ENCUENTRO DE FE-VIDA. :"VEN Y VERÁS"

 PARROQUIA SAN PÍO X

DÍA 6 DE MARZO, LUNES, 

DE 5 A 6 DE LA TARDE

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“EL PRIMER ANUNCIO” 

2ª SESIÓN: INTERPRETAR


 

1.  ORAMOS Y ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS

 

Monición: Bienvenidos a este encuentro de oración, de escucha de la Palabra de Dios y de discernimiento sobre el Primer Anuncio del Evangelio. Hoy nos centraremos en interpretar la realidad que vivimos y reconocimos en el anterior encuentro, a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia.

 

Se trata de buscar la mirada de Dios en esta realidad concreta que estamos viviendo, a nivel personal y comunitario, y ahondar en su sentido más profundo. Eso es lo que significa “interpretar”, como paso previo para poder responder a la llamada que nos sigue haciendo el Señor a ser discípulos misioneros.

 

Rezamos todos:

 

Oración comunitaria:

 

Dios y Padre nuestro,

que atiendes las necesidades de todos tus hijos

y les concedes siempre lo que conviene.

Te damos gracias por tu amor, que fomenta el nuestro.

Que nuestra meta sea hacer tu voluntad en todo.


Señor Jesucristo, Salvador nuestro,

ayúdanos a crecer en santidad,

y realiza en nosotros una verdadera conversión pastoral misionera.

Que tengamos un corazón compasivo como el tuyo,

para construir un mundo más fraterno.

Enséñanos a acercarnos con sencillez y humildad

a los más pequeños y necesitados,

a trabajar por la justicia y la dignidad

de todos los seres humanos.

           

Espíritu Santo,

que nos reúnes en pueblo de amor.
Inspira nuestra vocación laical,
para que anunciemos a Jesús con fidelidad

y crezcamos, junto con nuestros pastores y la vida consagrada,

en comunión y sinodalidad.
Orienta nuestros pasos,

para avanzar en la construcción de una Iglesia

en la que los laicos seamos y nos sintamos corresponsables. Amén.

 

Monición: Vamos a escuchar la llamada de Jesús a Leví, recaudador de impuestos, en la que podemos ver cómo es el encuentro del Señor con un hombre de su tiempo, al que llama y en quien provoca una conversión de vida. Fijémonos en la reacción de los personajes y en la respuesta que da Jesús.

Acojamos este Evangelio con los oídos de la fe y compartamos con los miembros del grupo la resonancia o interpelación que el Espíritu suscita en nosotros.

Lectura del Evangelio de Marcos:

 

Salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a él, y él los enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice: «Sígueme». Se levantó y lo siguió́.

 

Sucedió́ que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran ya muchos los que lo seguían. Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a los discípulos: ¿Por qué come con publicanos y pecadores?».

 

Jesús lo oyó́ y les dijo: «No necesitan medico los sanos, sino los enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2, 13-17).

 

                   (Breve silencio para la reflexión personal y diálogo compartido)

 

2.       REFLEXIONAMOS Y DISCERNIMOS:

 

“EL PRIMER ANUNCIO: “INTERPRETAR” (Paso 2º)

2.1 Magisterio del Papa Francisco:

 

“El primer anuncio debe provocar también un camino de formación y de maduración. La evangelización también busca el crecimiento, que implica tomarse muy en serio a cada persona y el proyecto que Dios tiene sobre ella. Cada ser humano necesita más y más de Cristo, y la evangelización no debería consentir que alguien se conforme con poco, sino que pueda decir plenamente: «Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí»”. (Gal 2, 20). (EG, n. 160).

 

2.2 ¿Cómo es el proceso del Primer Anuncio y del crecimiento de la vida cristiana?

 

Comienza todo con una persona que vive su fe y da testimonio de sus obras, y, a raíz del testimonio de sus obras, puede anunciar también de palabra lo esencial de la fe en Jesucristo.

Eso suscita en algunos una primera fe, una primera conversión. A estas personas que se han encontrado con el Señor y en las que se ha suscitado una fe inicial, se les invita a entrar en un itinerario de iniciación cristiana. En ese itinerario profundizan más y más en el conocimiento y seguimiento de Jesús y su Evangelio, celebran los sacramentos de iniciación cristiana y se introducen en la vida de la Iglesia. Con el tiempo irá surgiendo un compromiso por la transformación del mundo, a la medida del Reino de Dios.

 

2.3 La dinámica y el lenguaje del primer anuncio

 

Básicamente se puede resumir la dinámica del primer anuncio en una idea básica: se trata de un encuentro entre personas, en el que todo ocurre de forma dialogal (como con sucedió con Leví). El anuncio de Jesús se acoge con mayor credibilidad cuando se va estableciendo una relación de confianza entre los dialogantes.

 

En esta época, en la que están a nuestro alcance tantos medios y tantas herramientas de comunicación, tenemos que recordar que el medio fundamental que usa Jesús, y después la comunidad apostólica, es el diálogo interpersonal.

 

Es el aspecto sobre el que Jesús se explaya más: ¿cómo anunciar, cuál es el método, cuál debe ser el lenguaje? Nos dice que la forma y el estilo más esencial es el testimonio. Este testimonio no implica solo la mente, las ideas, no. Implica todo: mente, corazón, manos... Implica todos los lenguajes de la persona: el lenguaje del pensamiento, el lenguaje del afecto, el lenguaje de las obras… No es solo la mente o solo el corazón o solo el gesto: todo evangeliza.

 

 

2.4 Los “verbos” clave de los discípulos misioneros

             En la ponencia final del Congreso de Laicos (2020) se apuntaron los “verbos” clave que hemos de conjugar y poner en práctica para hacer posible una Iglesia en salida. Pensemos ahora en nuestra tierra riojana, en el modo en que los cristianos podemos dar testimonio: en la familia, en el trabajo, en los grupos de amigos, en las asociaciones civiles, en los espacios culturales; en definitiva, en nuestra existencia de cada día:

  1. Salir a las periferias. Salir a las periferias no consiste en esperar a que vengan quienes están en ellas, sino que conlleva ponernos en camino y acercarnos a su encuentro con actitud humilde, para acoger y caminar juntos.
  2. Dialogar y salir al encuentro. El modo como la Iglesia se asienta en el mundo es el diálogo y el encuentro. “La Iglesia está llamada a asumir un rostro relacional que sitúa la escucha, la acogida, el diálogo y el discernimiento común en el centro de un proceso que transforma la vida de quienes participan en él" (DF 122).
  3. Vivir desde la oración y los sacramentos. Una vida sostenida en la oración y los sacramentos recibe de ellos el coraje y la fuerza necesarios: Invoquémoslo hoy, bien apoyados en la oración, sin la cual toda acción corre el riesgo de quedarse vacía y el anuncio finalmente carece de alma.” (EG 259).
  1. Abrirse a cuantos buscan. Queremos ser una Iglesia de puertas abiertas, atenta a los que buscan. Lo que nosotros podemos ofrecerles es estímulo, luz y aliento. Esta preocupación es urgente, especialmente en aquellos contextos donde las huellas religiosas han perdido fuerza y vigor. Comunicarse con quienes buscan exige saber abrir puentes de relación.
  2. Hacerse cercanos a los pobres y a quienes sufren. La Iglesia tiene entre sus pilares fundantes la predilección por los pobres. “Hoy y siempre, los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio, y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos” (EG 50).
  3. Anunciar el Evangelio. Vivir la fe exige comunicarla, anunciarla, compartirla. No podemos callar la verdad del Evangelio. “Más allá de cualquier circunstancia, a todos (…) quiero anunciarles ahora lo más importante, lo primero, eso que nunca se debería callar. Es un anuncio que incluye tres grandes verdades que todos necesitamos escuchar siempre, una y otra vez” (Ch V 115); estas tres verdades son: Dios te ama, Cristo te salva, El Espíritu da vida y acompaña en la vida.
  4. Estar cerca de la vida de la gente. No somos de este mundo, pero vivimos en el mundo. “Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo” (EG 268). El Señor nos toma de en medio del pueblo y nos envía al pueblo.

 

3.   PREGUNTAS PARA EL DISCERNIMIENTO COMUNITARIO:

 

Esta es una fase delicada del proceso de discernimiento. Debemos discernir a la luz de la Palabra y confiando en la acción del Espíritu sobre la realidad con que nos encontramos hoy y en la que estamos llamados a evangelizar. La clave que va a ayudar en este momento está en descubrir los nudos más importantes que haya que afrontar:

 

1.    ¿Qué llamadas experimentamos en nuestra realidad –personal y comunitaria– a la luz del mandato de anunciar a Jesucristo?

2.    ¿Cuáles son los “nudos” (retos, urgencias, prioridades…) que hemos de afrontar a la hora de evangelizar en esta nueva época?

 

4.    ORACIÓN FINAL A LA VIRGEN MARÍA (San Juan Pablo II).

 

Virgen María, inspira en nosotros fortaleza de ánimo y confianza en Dios,

para que sepamos superar todos los obstáculos que encontremos

en el cumplimiento de nuestra misión.

Tú, que, junto a los Apóstoles estuviste en oración en el Cenáculo

esperando la venida del Espíritu de Pentecostés,

invoca su renovada efusión sobre todos los fieles laicos, hombres y mujeres,

para que correspondamos plenamente a nuestra vocación y misión,

como sarmientos de la verdadera vid,

llamados a dar mucho fruto para la vida del mundo. Amén.   

 



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