«La persecución de los cristianos a nivel global: una amenaza a la paz y a la seguridad internacional». Es el título de la conferencia que se llevó a cabo el viernes 17 de abril de 2015, en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York. Según la Santa sede intervino el observador permanente vaticano ante la ONU, mons. Bernardito Aúza, según indicó la Radio Vaticana. El religioso recordó los duros llamados de Papa Francisco a la comunidad internacional para que «no permanezca muda e impasible» ante crímenes inaceptables. Los mártires de hoy, observó el Pontífice, «son más numerosos que en los primeros siglos».
En Irak, Siria, Nigeria, Libia, Kenia y en las regiones del subcontinente asiático, dijo mons. Aúza, «la tierra ha sido literalmente regada con sangre. Hemos visto imágenes bárbaras de cristianos coptos decapitados en Libia; Iglesias llenas de gente explotar durante las celebraciones litúrgicas en Irak, Nigeria y Paquistán; antiguas comunidades cristianas expulsadas de sus casas en la Llanura de Nínive; estudiantes cristianos ajusticiados en Kenya».
«Miles de personas en todo el mundo –indicó– son perseguidas, privadas de sus derechos humanos fundamentales, discriminadas y asesinadas simplemente porque son creyentes. Sabemos que estos ataques contra personas de fe no suceden solo con los cristianos», sino también a otros musulmanes y minorías étnicas, como los yazidíes, sobre todo después de la violencia de los milicianos del llamado Estado Islámico. Sin embargo, precisó, hay un hecho inconfutable: «en muchas partes del mundo, los cristianos son tomados como blanco específicamente». Así, en el informe de 2014 del Pew Research Center se puede ver que la mayor parte de los ataques contra las personas de fe son contra cristianos.
Entre 2006 y 2012, afirmó mons. Aúza, los cristianos fueron afectados por persecuciones o discriminaciones en 151 de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas. «Esto indica –subrayó con fuerza– un fracaso colectivo de esta organización internacional, cuyo objetivo es el de salvar a los pueblos y a las naciones del flagelo de la violencia y de las agresiones injustas». Mons. Azúa recordó que «entre 100 y 150 millones de cristianos sufren persecución en el mundo de hoy».
«El observador permanente recordó que el mes pasado en Ginebra, en el Consejo para los derechos humanos de las Naciones Unidas, 65 países firmaron una declaración (redactada por Líbano, Rusia y la Santa Sede) para sostener los derechos humanos de los cristianos y de otras comunidades, en particular en el Medio Oriente. «Fue la primera vez en la que se mencionó explícitamente la categoría de los cristianos en el Consejo para los derechos humanos», indicó. Azúa también lanzó un llamado para actuar rápido, antes de que sea demasiado tarde, ante esta urgencia: «los cristianos perseguidos en todo el mundo [...] cuentan con nosotros y piden cada vez mayores esfuerzos de nuestra parte para salvarlos de la persecución. Recemos para que podamos ser capaces, juntos, de abrir los ojos del mundo sobre lo que está sucediendo».
Imagen: Niña siria levanta las manos al pensar que una cámara es un arma apuntádole
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