Monseñor Omella toma posesión como arzobispo de Barcelona
Después de mes y medio desde la aceptación de la renuncia del Cardenal Sistach, la Iglesia de Barcelona ya tiene nuevo pastor: Mons. Juan José Omella, quien ha tomado posesión como Arzobispo este 26 de diciembre, coincidiendo con la festividad de San Esteban protomártir. Acompañado por el Nuncio Apostólico, por el Cardenal Sistach y por el Obispo Auxiliar, Mons. Omella se ha trasladado desde el Palacio Episcopal -donde residirá a partir de ahora- hasta la Catedral a las 11.30h, seguido de cientos de fieles de su anterior diócesis. que lo han seguido en todo momento cantando muy animadamente. «Os presento al que desde ahora presidirá las celebraciones litúrgicas en esta Catedral de la Santa Cruz como Arzobispo de Barcelona», ha proclamado el Nuncio, Mons. Renzo Fratini, ante la aclamación de los miles de fieles que han llenado la Catedral.
El decano del Capítulo catedralicio, el Dr. Joan Guiteras, ha ofrecido al Arzobispo electo -en la Puerta Santa de la Catedral- la reliquia del Lignum crucis, la Vera Cruz, para que la besara justo en la entrada principal de la Catedral. Posteriormente, todos los canónigos de la Catedral han acompañado a Mons. Omella a la capilla del Santísimo, donde ha rezado durante unos minutos antes de hacer efectivo el inicio de su ministerio.
La celebración ha comenzado presidida por el Nuncio, Mons. Fratini, aunque las primeras palabras han sido del administrador apostólico, el Cardenal Martínez Sistach, quien recordó que Mons. Omella viene «con el deseo de servir a todos los diocesanos»: «La Iglesia diocesana de Barcelona quiere estar con vos (…) Os deseo un pontificado lleno de frutos». Después ha sido el turno del Nuncio Apostólico, representante del Papa Francisco, «lo animo a mantener su actitud con manos para acoger y corazón para amar a todos los barceloneses ya que al obispo se le juzga según su capacidad de pastoreo. Espero que incentive siempre la esperanza». Mons. Renzo Fratini también aconsejó a los fieles asistentes que «vivan en sintonía con su nuevo arzobispo».
Una vez finalizado su discurso, el Canciller del Arzobispado de Barcelona, Mn. Sergi Gordo, ha leído las llamadas letras apostólicas, es decir, el nombramiento de Mons. Omella en latín, que se ha enseñado al pueblo fiel asistente. Después de la aclamación, el nuevo Arzobispo se ha puesto de pie y ha recibido el báculo, signo de toma de posesión de una diócesis. El Nuncio también ha invitado al Arzobispo a sentarse en la cátedra episcopal para que pudiera recibir a algunos representantes de la comunidad diocesana, que le han manifestado obediencia y respeto. Así, ha continuado la celebración de la Eucaristía. La homilía ha finalizado con un sonoro aplauso.
Escuchar y amar
Una vez proclamado el Evangelio, ha sido el momento de escuchar por primera vez una homilía del nuevo Arzobispo. Ha comenzado agradeciendo a Dios, al Papa y a las iglesias donde ha servido su trayectoria episcopal. Y ha continuado dando también las gracias a su predecesor, el Cardenal Sistach, presente a su lado: «Que Dios lo acompañe en su nueva etapa de retiro, de jubilación. Estoy seguro de que seguirá siendo para todos nosotros, los barceloneses, un icono viviente del Buen Pastor». A partir de tres iconos bíblicos, el Arzobispo de Barcelona ha querido explicar cómo será su ministerio en la diócesis aunque antes ha dado una pista: «Quiero escucharos, compartir los gozos y los sufrimientos que os abruman; quiero caminar con vosotros en la búsqueda de la luz que viene del Señor y que nos empuja a ser testigos humildes y valientes en medio de esta sociedad del siglo XXI».
El primer icono bíblico es del Génesis. Concretamente, relativo a Abraham: «Como él, me he puesto en camino hacia una tierra y hacia una comunidad que tengo que empezar a conocer para poder amarla con todo mi corazón. Este camino quiero hacerlo libre de prejuicios, con un corazón abierto y unos oídos atentos». El segundo pasaje que destacó Mons. Omella es del libro de Jeremías: «Como este profeta, siento que esta misión que se me confía es muy grande y que mis capacidades y mis fuerzas son muy limitadas. Y siento en mi corazón mucho temor y temblor». Ya por último, el tercer icono es del Evangelio de San Juan que dice «Sígueme: Os invito, queridos diocesanos, a retomar con entusiasmo el envío de Jesús».
Casi 60 obispos
La celebración, que finalizó con el canto del Virolai, contó con la asistencia de casi 60 obispos y arzobispos de toda España. Cabe destacar la presencia de Mons. Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, entre todos los asistentes.
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