viernes, 9 de diciembre de 2016

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO C

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Estamos invitados a permanecer alegres en el Señor porque su venida esta muy próxima.    Con la alegría y la esperanza que nos da la certeza de que el Señor ya viene.
 

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MISA DOMINICAL
MONICIÓN DE ENTRADA
Hemos celebrado, el jueves, con gran entusiasmo, la fiesta de la Virgen Inmaculada. Cada día, con su ayuda, sentimos que la Navidad está cerca.
Hoy, es el DOMINGO DE LA ALEGRIA.
Estamos contentos. El Señor se acerca. Cada día lo reconocemos en el horizonte. La estrella nos lo indica.
Como cristianos, hoy más que nunca, tenemos que pedir a Dios que nunca nos falte el gozo y la alegría de ser cristianos.
Tenemos que reconocer que, muchas veces, no por tener bienes materiales somos felices.
Ojala que, el Señor, al celebrar su Nacimiento con toda la Iglesia, sea la causa y la fuente de nuestra ALEGRIA… pero ALEGRÍA CON MAYÚSCULA.
MOMENTO PENITENCIAL
a) El nacimiento del Señor es motivo de alegría. Pero muchas personas viven como si Dios nunca hubiera nacido. Están sordos a su llamada.
b) El nacimiento del Señor es un suceso que ha cambiado la vida de la humanidad. Pidamos perdón por aquellos que sólo se quedan en lo superficial.
c) El nacimiento del Señor es una llamada a ser mejores, a compartir lo bueno que tenemos en el corazón. ¿Por qué somos egoístas?
 
 LECTURAS
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 35, 1-6a. 10
 
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 145, 7. 8-9a. 9bc-10
R. VEN, SEÑOR, A SALVARNOS.
 
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SANTIAGO 5, 7-10
 
ALELUYA Lc. 4,18
El Espíritu del Señor está sobre mí me ha enviado para anunciar el Evangelio  los pobres.
 
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 11, 2- 11
 
REFLEXIÓN SOBRE LAS LECTURAS
 
1.- El fragmento de Isaías  termina con siguiente frase: “Pena y aflicción se alejarán”. Y eso es la alegría. El profeta Isaías sigue presentándonos en estos domingos de Adviento su profecía sobre un mundo de paz en el que nadie luchará contra nadie, ni siquiera en la naturaleza. Y nos pide además que fortalezcamos a los débiles. Es un buen encargo para estos próximos y cercanos momentos de Navidad.
 
S.- Con este salmo 145 alabamos a Dios.  Utilizamos los últimos versículos de dicho salmo que contiene un buen ejemplo de la ternura y de amor de Dios a sus criaturas.
 
2.- El apóstol Santiago en su Carta nos dice que nos mantengamos firmes, porque el Señor está cerca. Firmes en nuestra fe y en nuestros propósitos de ser mejores que, sin duda, son los frutos del Adviento. El tiempo se acaba para olvidar nuestros malos momentos y disponernos a vivir los buenos.
 
3.-  El Evangelio está lleno de esperanza. Juan Bautista, preso por la maldad de Herodes, recibe noticias contradictorias sobre la actitud del Mesías. Tal vez, Juan esperaba –como otros muchos judíos—ese Mesías capaz de articular un triunfo político. Pero Jesús le responde que se contemple lo que hace como Mesías: los más despreciados de la sociedad, los enfermos, los inválidos recuperan la salud y, sobre todo, a los pobres se les predica la Buena Noticia.
 
 
PETICIONES
PADRE, DANOS UN CORAZÓN PACIENTE
1. – Por la Iglesia, para que tenga los mismos sentimientos de Cristo y busque y atienda a todos los que están necesitados de Dios. OREMOS
2. – Por todos los pueblos del mundo, para que el Señor se haga presente entre ellos y puedan celebrar la verdadera Navidad. OREMOS
3. – Por los enfermos, para que la venida de Jesús les libere de la esclavitud de sus males y puedan celebrar con gozo la buena nueva. OREMOS
4. – Por los que viven alejados de la fe, para que en este tiempo propicio se vuelvan a reencontrar con Cristo y reaviven su relación con Él.  OREMOS
5. – Por las familias, para que este tiempo de preparación les sirva para acoger al niño que nos viene a reinar en nuestros corazones. OREMOS
6 – Por todos nosotros, para que seamos pacientes y nos mantengamos firmes en la espera. OREMOS
ACCIÓN DE GRACIAS
Antes de marcharnos, Señor,
queremos que, de una vez por todas,
siembres en nuestros corazones la verdadera ALEGRIA.
Son muchas cosas las que nos preocupan
pero, con tu llegada, van desapareciendo nuestras inquietudes.
Gracias, porque con esta Eucaristía, sabemos que sin Ti
el mundo andaría peor.
Gracias, porque con tu nacimiento,
renacen en nosotros las ganas de ser mejores
y de llevar esta sensación de alegría a los que nos rodean.
¡Gracias, Señor!
 

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