El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza
1.- Introducción
Señor, te pido que me enseñes a ser humilde. Cuanto más alto se quiere hacer un edificio, más profundos han de ser los cimientos. Y el gran edificio de la vida cristiana y de la santidad sólo se puede edificar sobre los hondos cimientos de la humildad. Este es el camino elegido por Jesús “El que quiera ser el mayor que se haga el más pequeño” (Mt. 20,26). Señor yo quiero ser pequeño y humilde.
2.- Qué dice el texto. Mateo 13, 31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas. Les dijo otra parábola: El Reino de los Cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente. Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
Los que hemos estado en Tierra Santa hemos podido comprobar la pequeñez de la semilla de mostaza. Y después crece y se hace la más alta de las hortalizas. A Jesús le interesa significar “el valor de lo pequeño”. La vista se le va instintivamente a lo pequeño. Dios ha visto “la pequeñez de su esclava” (Lc. 1,48). Jesús ha visto “las dos moneditas de la viuda” (Lc. 21,2). Y para celebrar la Eucaristía no ha necesitado ni oro ni plata, sino “un poco de pan” y “un poco de vino” (Lc. 22,19-20). Qué pocas cosas sabe hacer Jesús “con lo grande” y “qué maravillas hace con lo pequeño”. La levadura, metida en la masa, tiene el poder de fermentar toda la masa. La levadura guardada, conservada, custodiada, no sirve para nada. La Iglesia no está para conservar los tesoros de la fe como en un cofre. Está para difundirlos entre la gente. La Iglesia que no se mete en la masa, ya no es la Iglesia de Jesús.
Palabra del Papa
“La parábola utiliza la imagen del grano de mostaza. Si bien es el más pequeño de todas las semillas está lleno de vida y crece hasta volverse ‘más grande que todas las plantas de huerto’. Así es el reino de Dios: una realidad humanamente pequeña y aparentemente irrelevante. Para entrar a ser parte es necesario ser pobres en el corazón; no confiarse en las propias capacidades sino en la potencia del amor de Dios; no actuar para ser importantes a los ojos de mundo, sino preciosos a los ojos de Dios, que tiene predilección por simples y los humildes. Cuando vivimos así, a través de nosotros irrumpe la fuerza de Cristo y transforma lo que es pequeño y modesto en una realidad que hace fermentar a toda la masa del mundo y de la historia”. (Homilía de S.S. Francisco, 14 de junio de 2015).
4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra de Dios ya meditada. (Guardo silencio)
5.- Propósito. Caer en la cuenta de la cantidad de cosas pequeñas que pueden hacer grande mi corazón en este día.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, gracias porque hoy, en mi oración, he aprendido el valor de lo pequeño. Te pido que no se me vayan los ojos detrás de los grandes y famosos, sino detrás de los más débiles, más necesitados, más insignificantes. También te pido que yo sea fermento y levadura. Que esta pequeña levadura que me has dado no sea para guardarla en mi artesa, sino para implantarla en la masa del mundo.
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