viernes, 20 de septiembre de 2024

CON MARÍA, PEREGRINOS DE LA ESPERANZA / 2025

 

Tema del año 2025

Con Maria, Peregrinos de la Esperanza

0. Preámbulo
Cada año, el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes presenta un tema que sirve de marco pastoral y programático básico para los organizadores y monitores de peregrinaciones. Su objetivo se centra en aportar ideas a la hora de organizar las peregrinaciones y la vida en el santuario durante todo el año.                                                      El año 2025 es especial. Se trata de un año jubilar, un «año de gracia» (Is 61, 2) en el que se perdonan la deuda y los castigos causados por los pecados. En otras palabras, el Jubileo es un gran acontecimiento popular durante el cual todos los peregrinos pueden sumergirse en la infinita misericordia de Dios.                              Como es sabido, el tema del año del Jubileo 2025 es PEREGRINOS DE LA ESPERANZA. En la bula de convocación «Spes non confundit», «la esperanza no defrauda» (Rm 5, 5). El Santo Pa- 2 dre afirma que «la esperanza será (…) el mensaje central» de este año jubilar, porque el mundo está experimentando «la imprevisibilidad del futuro [que] hace surgir sentimientos a menudo contrapuestos: de la confianza al temor, de la serenidad al desaliento, de la certeza a la duda. Encontramos con frecuencia personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles felicidad» (SnC n.º 1).                                                          Para vivir esta sinfonía junto a la Iglesia universal, el santuario se aleja de su tradición de temas anuales, a menudo basados en las palabras de la Virgen Inmaculada o Bernardita, y se une a la Iglesia universal conservando su toque «lourdais», es decir, con un tono mariano particular. Por tanto, el tema que nos acompañará hasta Lourdes este año es: «CON MARÍA, PEREGRINOS DE LA ESPERANZA»

0.1. Las palabras nos hablan                                                           Con: La preposición CON marca el tono de la peregrinación: se trata de «estar en compañía de alguien», pero también de «estar bien con alguien». Con María (que tomó la iniciativa de invitarnos y estar con nosotros aquí en Lourdes) y Bernardita, así como con los demás peregrinos (en su gran variedad), ¡buscamos la comunión con Dios! Peregrinos: La palabra está en plural. Esto implica que hablamos de todos los peregrinos, empezando por María y Bernardita.    Esperanza: Sin querer «definir» esta virtud teologal, nos limitaremos simplemente a subrayar su centralidad en este Jubileo y en este tema, teniendo en cuenta que «La esperanza (…) efectivamente nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz» (SnC n.º 3); ella «no engaña ni defrauda, porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino» (Ibidem, cf. Rm 8, 35.37-39); y también, «se fundamenta en la fe y se nutre de la caridad» (Ibidem)

0.2. Un matiz significativo entre «esperanza» y «expectación»    La esperanza es la espera de un futuro mejor, mientras que la expectación es la acogida de un acontecimiento futuro, una venida, un «adventus». Por esta razón, la expectación no es la espera de un mejor porvenir, sino la aceptación de un presente vivido «de otra manera», en tensión hacia la vida eterna.                                        Nos parece que esta observación puede relacionarse con las palabras de la Bella Señora: «No le prometo hacerle feliz en este mundo, sino en el otro». Por esto, Bernardita es una figura de Esperanza que ya disfruta de la felicidad eterna en una vida que, sin embargo, está repleta de dificultades…                                                                  
Por tanto, podemos ampliar nuestro tema con una pregunta: ¿POR QUÉ Y CÓMO PODEMOS VENIR A LOURDES EN PEREGRINACIÓN JUBILAR JUNTO A MARÍA Y BERNARDITA, NOSOTROS QUE SOMOS PEREGRINOS DE LA ESPERANZA?

0.3. La pedagogía del tema del año en tríptico                               Se trata de ofrecer a nuestros peregrinos la oportunidad de experimentar un itinerario…                                                                  • Que se inspire en la experiencia de los discípulos de Emaús…          • Que se base en la experiencia de Bernardita, su encuentro y su vida tras los pasos de la Bella Señora…                                                        • Y que se convierta en un lugar de inspiración para cada peregrinación y peregrino. Esta pedagogía se sustenta en nuestra fe en la revelación, porque Dios se revela en la historia de la humanidad: la historia de los discípulos de Emaús, Bernardita y los peregrinos de Lourdes.                                                                      Una pedagogía que nos permite vivir la «MEMORIA» de                  • la peregrinación de los discípulos de Emaús y la de Bernardita, en el pasado…                                                                                            • nuestra propia peregrinación, hoy…                                                  • un futuro cumplimiento de la promesa, ahora y a la hora de nuestra muerte, ¡al final de nuestra peregrinación en la tierra!

0.4. Punto de partida bíblico: Lc 24, 13-35                            
«Aquel mismo día, dos de ellos iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: “¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?”. Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió: “¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días?”. Él les dijo: “¿Qué?”. Ellos le contestaron: “Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron”. Entonces él les dijo: “¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?”. Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo: “Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída”. Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista. Y se dijeron el uno al otro: “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?”. Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: “Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón”. Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan»                                          De Emaús a nosotros mismos, pasando por Massabielle: Las 4 etapas de una peregrinación jubilar.

I. Una tristeza que nos hace irnos y abandonar                            Los discípulos/peregrinos conversaban entre ellos sobre todo lo sucedido; hablaban, se preguntaban y estaban tristes, preocupados, desorientados, angustiados y desconcertados. Comentaban los tristes acontecimientos que acababan de vivir mientras se dirigían hacia un lugar: Emaús. Pero mientras tanto, dialogaban entre ellos… Su tristeza de espíritu les impedía reconocer a este «extraño» que se les acercó y caminó junto a ellos…                                              «Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel». Su «esperanza» se desilusionó. Estaban decepcionados por el curso de los acontecimientos… «con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió».                                                                                Ni siquiera la buena noticia que las mujeres les anunciaron fue bien recibida debido a la pesadez de sus corazones: «Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron». Los discípulos no veían las cosas como querían verlas, por eso no creían…                                        Bernardita también fue a la Gruta de Massabielle a buscar leña. Enferma, salió del calabozo, donde no solo reinaba el frío invernal, sino también la miseria y la perspectiva de un triste mañana. Entonces, se dirigió a la Gruta en busca de leña para recalentar su sopa (literalmente).                                                                            Sin duda, nuestros peregrinos salen de casa cargados con el peso de diferentes situaciones agotadoras: hasta el punto de que ni siquiera es bien recibido el pequeño rayo de esperanza que otros les dan, como les ocurrió a los discípulos. Puede que un «primer anuncio» haya fracasado… Este es el punto de partida, que es también el de los peregrinos a los que acompañamos. En la bula de convocación del Jubileo, el papa Francisco también reconoce que el mundo oscila entre el miedo, el desánimo y la duda. Afirma que «Encontramos con frecuencia personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles felicidad» (SnC, 1).  En otra meditación, ya se formulaban estas preguntas: «¿Había muerto la esperanza? ¿Se había quedado el mundo definitivamente sin luz, la vida sin meta?»

Propuesta pastoral:                                                                          En este año jubilar, el papa nos recuerda las preocupaciones del mundo actual:                                                                                        • la tragedia de la guerra (SnC, 8),                                                        • la pérdida del deseo de transmitir la vida y la alegría de vivir (SnC, 9),                                                                                                          • los presos y aquellos que son privados de la libertad, o al menos sus allegados (SnC, 10),                                                                              • las personas enfermas (SnC, 11),                                                        • los jóvenes (SnC, 12),                                                                          • los migrantes (SnC, 13),                                                                    • los ancianos (SnC, 14), • los pobres (SnC, 15).
Permitamos que nuestros peregrinos (como Jesús con los discípulos de Emaús) expresen cuáles son sus preocupaciones ante los acontecimientos de su vida y del mundo, y recemos por ellos. Con ellos y como el papa Francisco, peregrinemos e invoquemos a María, Madre de la Esperanza: «Por eso tú permaneces con los discípulos como madre suya, como Madre de la esperanza. Santa María, Madre de Dios, Madre nuestra, enséñanos a creer, esperar y amar contigo». 

II. Un encuentro que abre la puerta a la esperanza                «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».                                                                                      Durante la peregrinación de los discípulos de Emaús, Jesús mismo vino, caminó CON ellos, se informó y enseñó. Interpretó las Escrituras y las actualizó para que estos las entiendan. Más que nunca, es el Emmanuel: Dios con nosotros.                                      En Lourdes, la Inmaculada se acercó a Bernardita y le enseñó a persignarse y a rezar el rosario, haciendo desaparecer así su angustia y su miedo.                                                                                          La peregrina Bernardita nos reúne en Lourdes porque es como nosotros. A través de su mediación, se nos ofrece la proximidad del cielo en la persona de María y en la de su divino Hijo. Ellos se acercan a nosotros, nos informan, nos enseñan y nos tranquilizan.      El peregrino es el hijo o la hija de un mundo que no cree porque no ve… Está enfermo de todas las enfermedades; padece todo tipo de sufrimientos… y la fe es solo «un fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve» (Heb 11, 1).                                  Entonces, la peregrinación se convierte en un camino de fe. Como nuestra vida cristiana en general, es un «camino, que también necesita momentos fuertes para alimentar y robustecer la esperanza, compañera insustituible que permite vislumbrar la meta: el encuentro con el Señor Jesús» (SnC, 5), ese encuentro que Bernardita también tuvo a su manera en la Gruta de Massabielle y que todo peregrino deberá «rehacer» durante el año jubilar.                                          Aquí en Lourdes, todas las situaciones de la vida, y muchas otras, deben sentir la proximidad de Dios y de la Virgen Inmaculada.    Venir a Lourdes significa dejar los miedos atrás y reencontrar la dignidad. Entonces, todos los peregrinos podrán decir, como los discípulos de Emaús: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba…»; o a lo mejor hablarán como Bernardita:                            • «Me habló como se habla a una persona»;                                       
• «La Gruta era mi cielo»;                                                                    
• «¡Cuán feliz era mi alma, oh, buena Madre, cuando tuve la dicha de contemplarte! Cómo me encanta recordar esos dulces momentos pasados ante tus ojos llenos de bondad y misericordia por nosotros».

 Propuesta pastoral
En este año jubilar, el santuario y las diferentes peregrinaciones deben prestar especial atención a todas las situaciones difíciles mencionadas en la primera etapa.                                                    Para servir «al encuentro que abre una puerta a la Esperanza», corresponde a los responsables la tarea de unir y acompañar a cada peregrino, prestando especial atención a la última «oveja» del grupo. Para sugerir Esperanza, destacaremos:                                                  • La belleza, es decir, la organización armoniosa de la peregrinación. • Los colores, es decir, su diversidad y peculiaridad.                            • La sonrisa, es decir, las personas enfermas.                                        • El entusiasmo, es decir, los jóvenes.                                                    • La sabiduría, es decir, los ancianos.                                                    • La alegría, es decir, el servicio.                                                           • La espiritualidad, es decir, su capacidad para rezar. 

III. Gestos/signos de la peregrinación que dan esperanza           Para que el tiempo «cronológico» de una peregrinación adquiera el valor del tiempo providencial o kairos, se nos ofrecen unos gestos sencillos y precisos.                                                                  «Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista».                                  La mesa de la Eucaristía es el destino inesperado de los discípulos de Emaús. Allí, contemplaron el signo poderoso del sacrificio supremo de Cristo y de nuestra salvación. Entonces, pudieron reconocer al Señor en la fracción del pan.                                                  Bernardita también encontraría esta intimidad con Cristo durante el periodo de las apariciones. Experimentó este encuentro a través del sacramento de la reconciliación y la Eucaristía. Acogiendo y viviendo la Palabra de María, su corazón se abrió en la tierra a «la esperanza del otro mundo».                                                                La Palabra de la Bella Señora es, de hecho, el eco del Evangelio. En respuesta, Bernardita realizó los gestos penitenciales: comió hierba, caminó de rodillas, se embarró el rostro con barro… Gestos no exentos de sacrificio por su parte. Es más, decía: «Si supieran cuánto me costó». Sin embargo, el aspecto más significativo fue su vida sacramental. Recurrió a la confesión después de la primera aparición, a la Eucaristía entre la 17.ª y la 18.ª aparición, sin olvidar su compromiso con la Iglesia parroquial de Lourdes al hacerse «hija de María» el 8 de septiembre de 1858 y, por último, a su compromiso de vida consagrada con las Hermanas de la Caridad y de la Instrucción Cristiana de Nevers.                                                                            La peregrinación es, ante todo, un momento de oración personal y comunitaria en el que cada grupo y cada peregrino pide al Señor que se «quede con nosotros».                                                                  Una oración que nos permite discernir entre:                                        • el bien y el mal,                                                                                    • la verdad y la mentira,                                                                        • la caridad y el egoísmo,                                                                      • lo verdadero y lo falso,                                                                        • la confianza y el miedo,                                                                      • la serenidad y el desánimo,                                                                
• la certeza y la duda.                                                                          En pocas palabras, se trata de deshacerse de todos los sentimientos contradictorios que nos recorren. Un discernimiento que se hace a la luz de la Palabra de Dios, que es capaz de «quemar los corazones».

Las peregrinaciones también deben ser lugares de vida sacramental. El santuario ofrece tres en particular: la Eucaristía, la reconciliación y la unción de enfermos, que muestran a todos el amor, la misericordia y la salvación procedentes de Dios; sacramentos que, en este año jubilar, nos otorgan aún más el don de la conversión y la gracia de la indulgencia (cf. SnC, 23).                                                Además de los sacramentos, el santuario de Lourdes da la oportunidad de realizar los gestos de piedad popular (en particular, el rosario) que permiten vivir «el tríptico de las “virtudes teologales”, que expresan la esencia de la vida cristiana (cf. 1 Co 13,13; 1 Ts 1,3)» (SnC n.º 18). Por tanto, todas las peregrinaciones están invitadas a vivir conscientemente estos gestos de la peregrinación, los cuales transforman la realidad transformándonos a nosotros mismos gracias a la esperanza que nos hace mirar de otra forma las realidades oscuras de la vida:                                                                • La roca me tranquiliza y me aleja del miedo                                      • La vela me ilumina y me aleja de la noche                                          • La fuente me da agua y me aleja de la sed                                           • Las procesiones me ayudan a caminar con los demás tras los pasos de Cristo y de su Madre, y me alejan del aislamiento                            • El gesto del agua y el baño me purifican y me alejan de toda mancha                                                                                                   • La Eucaristía me alimenta y me aleja del hambre espiritual              • La confesión me restaura y me aleja de la muerte espiritual              • El viacrucis me consuela y me aleja del sentimiento de abandono                                                                                                                Además de todos estos gestos, el santuario ofrece un camino jubilar de esperanza para este año santo, el cual nos conducirá de la desolación al consuelo

Propuesta pastoral:                                                                                No se trata de inventar nuevos gestos, sino de vivir los sacramentos y los signos de Lourdes de forma renovada, bajo el signo de la Esperanza:                                                                                          
 La Eucaristía como anticipo del banquete de bodas, en la Eternidad.

IV. Peregrinos misioneros de la esperanza                                     «Pero él desapareció de su vista (…). Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: “Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón”. Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan».                                                                                      La peregrinación de Emaús había terminado, por lo que debían volver «en aquel momento», sin perder tiempo. Como la Virgen María que va «con presteza», van a levantarse y regresar a Jerusalén, punto de partida, lugar de vida, donde les esperan los demás discípulos y toda la comunidad creyente que no viajó a Emaús, para contar, anunciar y testimoniar lo que han vivido durante su peregrinación. La presencia/ausencia del Resucitado les pone en marcha como misioneros.                                                                      Tras la marcha de la Bella Señora, Bernardita ya no tuvo miedo del agua fría (que incluso llegó a estar templada) y ayudó a su hermana Toinette y a su amiga Jeanne Abadie a cargar su leña. Fue ella quien, después de la Gruta, fue rápidamente hasta el sacerdote para anunciarle el nombre de la Bella Señora y lo que esperaba de los sacerdotes (que vinieran aquí en procesión y que se construyera una capilla); ella sabía que era la encargada de contarlo y de dar testimonio… Una vez ocurridas las apariciones, dejó Lourdes para siempre y se convirtió en misionera consagrada, portadora de esperanza…                                                                                  Existe un «después» de la peregrinación… hay que dejar Lourdes, volver a casa, a la familia, a la parroquia, al mundo… dar testimonio y convertirse en misionero de la esperanza… San Pedro nos lo dice: «en vista de ello, poned todo empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia, a la paciencia la piedad, a la piedad el cariño fraterno, y al cariño fraterno el amor» (2 Pe 1, 5-7). Esta es la esperanza que todo peregrino debe llevar en Lourdes durante este año santo.                                                                                            Con el papa Francisco, todos debemos ser anclas de esperanza: «La imagen del ancla es sugestiva para comprender la estabilidad y la seguridad que poseemos si nos encomendamos al Señor Jesús, aun en medio de las aguas agitadas de la vida. Las tempestades nunca podrán prevalecer, porque estamos anclados en la esperanza de la gracia, que nos hace capaces de vivir en Cristo superando el pecado, el miedo y la muerte. Esta esperanza, mucho más grande que las satisfacciones de cada día y que las mejoras de las condiciones de vida, nos transporta más allá de las pruebas y nos exhorta a caminar sin perder de vista la grandeza de la meta a la que hemos sido llamados, el cielo. (…) Que el testimonio creyente pueda ser en el mundo levadura de genuina esperanza, anuncio de cielos nuevos y tierra nueva (cf. 2 P 3,13), donde habite la justicia y la concordia entre 8 los pueblos, orientados hacia el cumplimiento de la promesa del Señor» (SnC n.º 25).        
                                                                                                          Propuesta pastoral:                                                                              Al igual que el agua extraída de la fuente de Massabielle es llevada a nuestras familias, el peregrino es portador de Esperanza y vida. Las peregrinaciones podrían encontrar símbolos (objetos, imágenes, oraciones, etc.) que acompañasen a los peregrinos en su misión como testigos y misioneros de la esperanza, según el único mandamiento: el amor a Dios y al prójimo (cf. Mc 12,30-31). Como decía Bernardita: «El amor basta». 

CONCLUSIÓN                                                                                 En resumen, vivir una peregrinación a Lourdes durante el año jubilar en sintonía con toda la Iglesia es ponerse en camino. A pesar de la tristeza de la vida, vamos a caminar con los demás y, sobre todo, con María y Bernardita, a través de los gestos sacramentales y devocionales.                                                                                    Este proceso nos permitirá acoger la Esperanza, pero también convertirnos en sus testigos y misioneros. Entonces, seremos Peregrinos de la Esperanza con María, aquí en Lourdes, durante este año jubilar 2025.                                                                                   ANEXO  01. Himno del Jubileo Conferencia episcopal de Francia. Peregrinos de Esperanza, Versión española del himno del Jubileo 2025                                                                                              Estribillo: LLAMA VIVA PARA MI ESPERANZA, QUE ESTE CANTO LLEGUE HASTA TI, SENO ETERNO DE INFINITA VIDA, ME ENCAMINO, YO CONFÍO EN TI.                                    1. Toda lengua, pueblos y naciones hallan luces siempre en tu Palabra. Hijos, hijas, frágiles, dispersos, acogidos en tu Hijo amado. 2. Dios nos cuida, tierno y paciente nace el día, un futuro nuevo. Cielos nuevos y una tierra nueva. Caen muros gracias al Espíritu.      3. Una senda tienes por delante, paso firme, Dios sale a tu encuentro. Mira al Hijo que se ha hecho hombre para todos, él es el camino. 

02. Oración del Jubileo 
Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino. Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria. La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor. A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos. Amén.

P. Emmanuel MVOMO, CFIC, Capellán              Ab. Hervé REME, Capellán

Semana de Pastoral Penitenciaria bajo el lema: “Abrazados a la Esperanza”

 

Del 17 al 24 de septiembre, Pastoral Penitenciaria celebra su semana preparatoria para la Fiesta de Nuestra Señora de la Merced. Con el jubileo del año 2025 como eje central, El Papa nos propone “mirar el mundo con esperanza” desde la perspectiva del Evangelio. Los miembros de Pastoral Penitenciaria tienen la tarea de llenar de esperanza ese vacío tan destructor, a todos los niveles, que sufren nuestros hermanos privados de libertad.

Este Año Jubilar de la Esperanza es para los miembros de esta pastoral una oportunidad de cara a alumbrar alternativas, propuestas, acciones y líneas pastorales que nos lleven a llenar el corazón de cada persona privada de libertad durante ese “peregrinar” en el tiempo del cumplimiento de su condena, y que suponga trazar caminos de esperanza en la reconstrucción de su vida ética, moral y de fe, así como el de la reafirmación de su vida familiar y social. Se trata de animar y estimular a que cada una de ellas sienta la necesidad de rehacer su vida, sus principios y valores, y que renazca en su interior la necesidad de estar “abrazado a la esperanza” como motor que le impulse a proyectar su vida hacia la libertad verdadera.

Es muy necesario mantenernos vinculados con la esperanza, pues de ella nos nutrimos, y con ella vivimos por la fuerza de la fe y del amor en Cristo resucitado. También es importante que, desde la Pastoral Penitenciaria, ejerzamos esa influencia positiva con propuestas y sugerencias factibles a la Institución Penitenciaria de cara a que se vayan abriendo para los internos e internas aquellas puertas, que permanecen aún cerradas o semiabiertas, tales como la dotación de Equipos de profesionales para llenar el vacío existencial que supone la eterna inacción en la prisión, con programas educativos, culturales, terapéuticos, formación profesional, atención especial a los enfermos mentales, etc.; así como medidas alternativas que favorezcan sobremanera la disminución de la permanencia en prisión, la concesión de permisos y terceros grados, la integración laboral y social, etc.

El Papa nos insta a favorecer el establecimiento de una “alianza social para la esperanza, quesea inclusiva y no ideológica”. Desde esta Semana de Pastoral Penitenciaria, preparatoria para la Fiesta de Nuestra Madre de la Merced, vamos a ir abriendo caminos de Esperanza que nos lleven a adentrarnos en el corazón de nuestra Iglesia y de la conciencia de los cristianos para conseguir que todos abramos nuestros corazones y podamos acompañar a nuestros hermanos privados de libertad en su proceso de vivir su presente y de mirar su futuro con esperanza, siempre “abrazados a la esperanza que nunca defrauda” sabiendo que en esa lucha hay muchos pies que les acompañan, muchas manos que les abrazan y muchos corazones que les aman.


TE HE LLAMADO POR TU NOMBRE

 TEMPORADA PRIMERA

PROYECCIÓN EN LA PARROQUIA SAN PÍO X

MARTES, 1 DE OCTUBRE,

A LAS 17.00 H.


CAPÍTULO PRIMERO
TE HE LLAMADO POR TU NOMBRE


Lectio Divina: 20 de septiembre de 2024


“Le acompañaban los Doce, y algunas mujeres”



1.- Introducción.

Señor, te agradezco que hayas incorporado a la mujer a tu misión, a la construcción del Reino. En medio de un contexto totalmente machista, Tú optaste a favor del feminismo de una manera clara y contundente. No tuviste prejuicios contra ellas, las defendiste del tabú de la sangre, las elevaste a la categoría de seres libres, capaces de escuchar tu palabra, y sobre todo, siempre las miraste con la mirada del corazón.

2.- Lectura reposada del evangelio. Lucas 8, 1-3

En aquel tiempo, Jesús iba caminando por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Es verdad que, a la hora de la primera creación, el protagonismo lo tuvo un hombre: Adán; pero en la segunda creación, Dios, a la hora de elegir un medio eficaz para entrar en el mundo, pensó en clave femenina. Siempre me impresionan las palabras de Pablo: “Al llegar la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer” (Gal. 4,4). En el relato del evangelio de hoy Jesús fue un osado. Sabía que “la mujer casada que acompañaba a los profetas era repudiada por su marido y era motivo suficiente para casarse con otra” (J. Jeremías). Pero Jesús rompe los esquemas sociales y culturales a la hora de optar por un auténtico feminismo, incluso incorporando a las mujeres a su propia misión evangelizadora. Y fue una mujer, María Magdalena, la que dio a los discípulos la noticia de que Cristo había Resucitado. Fueron unos ojos de mujer los primeros que vieron el rostro del resucitado; unos oídos de mujer los que escucharon el primer nombre pronunciado por Él: ¡María! Y unos labios de mujer los primeros que besaron los pies del nuevo Adán.

Palabra del Papa

“Es indudable que debemos hacer mucho más a favor de la mujer, si queremos dar más fuerza a la reciprocidad entre hombres y mujeres. Es necesario de hecho, que la mujer no solamente sea más escuchada, sino que su voz tenga un peso real, un prestigio reconocido en la sociedad y en la iglesia. El modo mismo con el cual Jesús ha considerado a las mujeres -el evangelio lo indica así- era un contexto menos favorable del nuestro, porque en esos tiempos la mujer era puesta en segundo lugar. Pero Jesús la considera de una manera que da una luz potente que ilumina un camino que lleva lejos, del cual hemos recorrido solamente un tramo. Aún no hemos entendido en profundidad cuales son las cosas que nos puede dar el genio femenino de la mujer en la sociedad. Tal vez haya que ver las cosas con otros ojos para que se complemente el pensamiento de los hombres. “Es un camino que es necesario recorrer con más creatividad y más audacia”. (Audiencia de S.S. Francisco, 15 de abril de 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)

5.- Propósito: Dar gracias a Dios por habernos dado a María su madre por madre nuestra.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor Jesús, yo te agradezco que hayas sido tan valiente y no te haya importado incorporar a las mujeres a la misión de extender a todas partes tu Reino. Y, de un modo especial, te agradezco que hayas querido venir a este mundo a través de una mujer llamada María. Ella es, como dice P Claudel, “el sacramento de la ternura maternal de Dios”. Haz que sepamos empaparnos de esta ternura infinita.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Lectio Divina: 19 de septiembre de 2024


Tu fe te ha salvado, vete en paz


1.- Oración Introductoria.

Señor, hay escenas en el evangelio que son tan sublimes, tan tiernas, tan delicadas, que solamente han podido salir de Ti. La escena de este evangelio bastaría para reconocerte como Dios. Una persona humana es incapaz de inventar tanta grandeza, tanta delicadeza, tanta belleza. Tu mirada no se queda en lo superficial sino que es capaz de bucear en el fondo del ser humano y descubrir esa imagen de Dios en lo profundo del corazón. Tú, Señor, eres la mejor escuela de humanidad.

2.- Lectura reposada del Evangelio: Lucas 7, 36-50

En aquel tiempo un fariseo le rogó a Jesús que comiera con él, y, entrando Jesús en la casa del fariseo, se puso a la mesa. Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume. Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora. Jesús le respondió: Simón, tengo algo que decirte. Él dijo: Di, maestro. Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más? Respondió Simón: Supongo que aquel a quien perdonó más. Él le dijo: Has juzgado bien, y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra. Y le dijo a ella: Tus pecados quedan perdonados. Los comensales empezaron a decirse para sí: ¿Quién es éste que hasta perdona los pecados? Pero Él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado. Vete en paz.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-Reflexión

Los protagonistas de esta escena son dos hombres y una mujer. El fariseo se recrea en recoger la basura y el estiércol del pasado de la pecadora para tirárselo a la cara: “Es una prostituta”. En cambio a Jesús no le interesa para nada lo que ella ha sido sino lo que ella está llamada a ser: “puede ser una santa”. Es interesante la pregunta de Jesús al fariseo: ¿Ves esta mujer? Porque tú no la has visto. Sólo has visto sus pecados, su miseria, su pasado. Pero esta mujer es mucho más que todo eso. Esta mujer, desde que ha entrado en esta casa, no ha dejado de sorprenderme con mil detalles de afecto y de cariño: Me ha lavado los pies con un perfume exquisito. Y no lo ha derramado a cuentagotas, sino que ha roto el frasco y me lo ha derramado del todo, sin reservarse nada. Y después me ha enjugado los pies con sus cabellos, con sus cabellos sí, con esos cabellos desmelenados que, en otro tiempo, han servido de atracción para otros hombres. Esa mujer tiene un gran corazón; esa mujer con sus besos, su ternura, sus mil detalles, es una afrenta y acusación para ti que, al entrar en tu casa, ni me has saludado, ni me has ofrecido agua para lavarme; eso que se hace en todas las casas con los invitados. Realmente has sido un grosero. Esa mujer ha demostrado mucho amor y por eso se le han perdonado sus muchos pecados. Una mirada superficial, llena de prejuicios, hunde para siempre a las personas. Una mirada limpia, profunda, creadora, positiva, las levanta y les hace crecer. En aquella casa entró una prostituta y salió una mujer. Una mujer con su dignidad perdida y ahora recuperada. Una mujer con la cabeza baja y ahora con la cabeza bien alta porque el mismo Dios le ha perdonado.

Palabra del Papa.

“El Evangelio que hemos escuchado nos abre un camino de esperanza y de consuelo. Es bueno percibir sobre nosotros la mirada compasiva de Jesús, así como la percibió la mujer pecadora en la casa del fariseo. En este pasaje vuelven con insistencia dos palabras: amor y juicio. Está el amor de la mujer pecadora que se humilla ante el Señor; pero antes aún está el amor misericordioso de Jesús por ella, que la impulsa a acercarse. Su llanto de arrepentimiento y de alegría lava los pies del Maestro, y sus cabellos los secan con gratitud; los besos son expresión de su afecto puro; y el ungüento perfumado que derrama abundantemente atestigua lo valioso que es Él ante sus ojos. Cada gesto de esta mujer habla de amor y expresa su deseo de tener una certeza indestructible en su vida: la de haber sido perdonada. ¡Esta es una certeza hermosísima! Y Jesús le da esta certeza: acogiéndola le demuestra el amor de Dios por ella, precisamente por ella, una pecadora pública. El amor y el perdón son simultáneos: Dios le perdona mucho, le perdona todo, porque «ha amado mucho»; y ella adora a Jesús porque percibe que en Él hay misericordia y no condena. Siente que Jesús la comprende con amor a ella, que es una pecadora. Gracias a Jesús, Dios carga sobre sí sus muchos pecados, ya no los recuerda. Porque también esto es verdad: cuando Dios perdona, olvida. ¡Es grande el perdón de Dios! Para ella ahora comienza un nuevo período; renace en el amor a una vida nueva”. (Homilía de S.S. Francisco, 13 de marzo de 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya meditada. (Guardo silencio)

5.-Propósito. Hoy me fijaré sólo en lo bueno y positivo de las personas con las que me relacione.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra y ahora yo le respondo con mi oración. Señor, al terminar esta oración, me quedo impresionado por tu gran amor, por tu gran misericordia. Tú no quieres que miremos las miserias y los pecados de los demás, para humillarles, para hundirles, para despreciarles. Tú quieres que nos miremos unos a otros con ese inmenso amor con que nos amas Tú. El día que nos creamos de verdad lo que Dios nos ama, ese será el día más bonito para nosotros. Y a eso te refieres Tú, Jesús, cuando nos hablas del evangelio como una buena noticia.

Evangelio del miércoles 18 de septiembre de 2024


¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación?

1.- Introducción.

Señor, hoy vengo a la oración con ganas de decidirme. No me gusta la postura de esos niños que no se deciden por nada. Ni les cae bien jugar a bodas ni a entierros. Yo hoy quiero decidirme por ti y no por Juan bautista. Quiero optar por la vida, la alegría, la música y la fiesta. Respeto a Juan en el desierto con su soledad, su austeridad, su radicalidad. Pero me quedo contigo, Jesús.

2.- Lectura reposada del evangelio. Lucas 7, 31-35

En aquel tiempo dijo el Señor: ¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado. Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores. Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

No cabe duda de que aquí, en este evangelio, hay una oposición entre la vida de Juan y la de Jesús. “Juan ni comía ni bebía y el hijo del Hombre come y bebe”. Juan vive en soledad, en el desierto, vestido con piel de camello, viviendo una vida austera y sacrificada. Y, desde allí, lanza sus dardos con palabras punzantes:” “¡Raza de víboras! Ya toca el hacha la raíz de los árboles y todo árbol que no dé fruto será talado y echado al fuego” (Mt. 3,7-11). Jesús no ha vivido nunca solo. Cuando sale a predicar, lo primero que hace, es llamar a un grupo de discípulos para vivir con ellos. Jesús, celebrando unas bodas con sus familiares, cambia la ascética en mística; cambia la tristeza en gozo; cambia las leyes encerradas en “viejas tinajas de barro” en vino nuevo, del más exquisito amor. Mientras hay vino, Jesús se mantiene sentado, sin actuar. Pero cuando escasea el vino y decae la fiesta, ahí entra en escena dando un vino excelente, es decir una alegría, infinitamente mejor. Jesús es la alegría de la vida. De ahí que sus palabras son de bondad, de ternura, de misericordia. Habla del reino de Dios como de una invitación a un banquete de bodas. Si estrujáramos el evangelio rezumaría alegría por todas partes.

Palaba del Papa

“Y así se entienden los diálogos fuertes de Jesús, con la clase dirigente de su tempo: se pelean, lo ponen a la prueba, le ponen trampas para ver si cae, porque se trata de la resistencia a ser salvados. Jesús les dice: “Pero yo no les entiendo” y señala que ellos “son como aquellos niños: hemos sonado la flauta y no han bailado; hemos cantado un lamento y no han llorado. ¿Pero qué quieren? ¡Queremos salvarnos como nos gusta!”. Es siempre este el cierre al mundo de Dios. Ellos no creen en la misericordia ni en el perdón: creen en los sacrificios. Misericordia quiere, no sacrificios. Quieren que todo esté bien acomodado, bien ordenado, todo claro. Este es el drama de la resistencia para la salvación. También nosotros, cada uno de nosotros, tiene este drama dentro de sí. Pero nos hará bien preguntarnos: ¿Cómo quiero ser salvado? ¿A mi manera? ¿Con una espiritualidad que es buena, que me hace bien, pero que está fija, tiene todo claro y no hay riesgo? O del modo divino, o sea en la vía de Jesús, que siempre nos sorprende, que siempre nos abre las puertas a aquel misterio de la omnipotencia de Dios, que es la misericordia y el perdón. Nos hará bien pensar que este drama está en nuestro corazón (Cf Homilía de S.S. Francisco, 3 de octubre 2014, en Santa Marta).

4.- Qué me dice hoy a mí este evangelio ya meditado. (Silencio).

5.- Propósito. Intentaré hacer todo por amor para descubrir la alegría de la vida.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra, y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, al terminar este rato de oración, mi corazón se siente dilatado, ensanchado. Adoctrinado en una religión de miedos y mortificaciones, he descubierto que tu vida, Jesús, estaba marcada por la alegría y las ganas de vivir. Es verdad que, para ser fiel a la misión del Padre, tuviste que pasar por la Cruz. Pero siempre como expresión del amor, y siempre dándole un carácter temporal. Lo definitivo para ti era el gozo de la Pascua, la alegría de la Resurrección, una alegría que ya nada ni nadie nos podrá arrebatar.

martes, 17 de septiembre de 2024

CANCIÓN. POR LA FE

 


POR LA FE 

Por la senda de la fe
Quiero recorrer
El camino, el camino de la vida

Con certeza creeré
Y cuando no pueda ver
A tu nombre clamaré
Dame fe

Por la fe puedo seguir
Esperando lo imposible
Por la fe puedo sentir
Que estás aquí
Por la fe puedo entender
Lo que antes no entendía
Por la fe ciegamente confiaré

Con certeza creeré
Y cuando no pueda ver
A tu nombre clamaré
Dame fe

Por la fe puedo seguir
Esperando lo imposible
Por la fe puedo sentir
Que estás aquí
Por la fe puedo entender
Lo que antes no entendía
Por la fe ciegamente confiaré

Aunque vengan tiempos duros
Aunque todo sea oscuro
Aunque ya no tenga fuerzas
En ti esperaré, no me dejarás caer
Todo es posible por la fe

Por la fe puedo seguir
Esperando lo imposible
Por la fe puedo sentir
Que estás aquí
Por la fe puedo entender
Lo que antes no entendía
Por la fe ciegamente confiaré

🙏🏻 Día 9 - Confesión | Semana 1 - Ejercicios Espirituales | Tierra Santa| Magdala

 


En este día profundizamos en la importancia de la confesión como un paso esencial en nuestro camino espiritual. Desde los antiguos baños rituales en Magdala, profundizamos en la verdadera esencia de la confesión, diferenciando el dolor genuino por el pecado del sentido de culpa, y presentamos tres pasos fundamentales para una buena confesión: agradecimiento, introspección y fe en la misericordia de Dios.

TU PALABRA ME DA VIDA. Evangelio del martes 17 de septiembre de 2024

 




Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores


1.- Introducción.

Señor, en el evangelio de hoy me detengo en esta frase: ¡No llores! ¿Quién puede impedir llorar a una madre viuda que va a enterrar a su único hijo? Esa mujer ha perdido ya el sentido de su vida. Esa mujer ya no quiere tener ojos para ver sino sólo para llorar. ¿Quién es este personaje tan osado? Sólo puede ser Jesús, el que vive, el que nos arrastra a la Resurrección y a la vida. El que no puede ver sufrir de esta manera a esta pobre mujer. ¿Te acordaste, Jesús de tu propia madre, que un día no lejano pasaría por esa misma situación?

2.- Lectura reposada del evangelio. Lucas 7, 11-17

En aquel tiempo iba Jesús de camino a una ciudad llamada Naím, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: Joven, a ti te digo: Levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo. Y lo que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

A la entrada de la ciudad de Naím, frente a frente, dos caravanas. La que acompañaba a la madre viuda y la que acompañaba a Jesús. La que acompañaba a la viuda es la caravana de la muerte; y la que acompañaba a Jesús es la caravana de la vida. Lo mismo que ahora. Los que se apartan de Jesús forman parte de la caravana de la muerte. Allí hay llanto, dolor, sufrimiento, desesperación. Jesús detiene la comitiva, no le deja avanzar, toca el féretro símbolo de muerte (algo totalmente prohibido para un judío) y acercándose al joven, le dice: levántate. En esta caravana de la muerte hay muchos jóvenes postrados, hundidos por la droga o el alcohol, causando terribles problemas a sus padres, que no hacen más que llorar y lamentarse. También hoy Jesús les dice: ¡levantaos!Y usa la misma palabra que aparece para hablar de la Resurrección. Jesús es el único que puede resucitar lo que está muerto en nosotros o a punto de morir. Jesús es el único que puede hacernos pasar de la caravana de la muerte a la caravana de la vida. Todavía un gesto de ternura: lo entregó a la madre.Un gesto que encanta a Dios es poder entregar a los hijos muertos, hundidos, malogrados, frustrados, a sus propias madres. ¿No entregarán también a Él, al bajarlo de la Cruz, a su propia madre?

Palabra del Papa

“Jesús demostró un poder absoluto sobre esta muerte: se ve cuando devuelve la vida al joven hijo de la viuda de Naím y a la niña de doce años. Precisamente de ella dijo: «La niña no ha muerto; está dormida», provocando la burla de los presentes. Pero, en verdad, es precisamente así: la muerte del cuerpo es un sueño del que Dios nos puede despertar en cualquier momento. Este señorío sobre la muerte no impidió a Jesús experimentar una sincera compasión por el dolor de la separación. Al ver llorar a Marta y María y a cuantos habían acudido a consolarlas, también Jesús «se conmovió profundamente, se turbó» y, por último, «lloró». El corazón de Cristo es divino-humano: en él Dios y hombre se encontraron perfectamente, sin separación y sin confusión. Él es la imagen, más aún, la encarnación de Dios, que es amor, misericordia, ternura paterna y materna del Dios que es Vida”. Benedicto XVI, 9 de marzo de 2008.

4.- Qué me dice hoy a mí este texto? (Guardo silencio).

5.- Propósito: Acercarme hoy a alguien que está triste, que ha perdido la ilusión por vivir, que no encuentra sentido a nada. Y tratar de llevarlo a Jesús.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí por medio de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Jesús, antes de terminar mi oración, quiero que Tú mismo ores dentro de mí. Así mi oración será eficaz. Quiero ser sensible a los problemas y dificultades de las personas que sufren. Hoy hay mucho dolor, mucho sufrimiento en el mundo. Hay mucha gente que llora. Tú no has venido hasta nosotros para darte un paseo y enterarte de que este mundo es un “valle de lágrimas”. Te has solidarizado con nuestro dolor, has mezclado tus lágrimas con las nuestras, has muerto en medio de terribles dolores. Todo eso no puede ser en vano. Transforma nuestra tristeza en gozo; nuestro sufrimiento en ternura; nuestra desesperación en esperanza; nuestra muerte en vida.          

lunes, 16 de septiembre de 2024

Evangelio,16 de septiembre de 2024

 El Siervo del Centurión.



1.- Oración Introductoria.

Señor, quiero comenzar este momento de oración contigo, con las mismas palabras del Centurión: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa”. Esta oración de este pagano me saca los colores y me avergüenza. Toda la vida me la paso con derechos: derecho a estar contigo, derecho a que me escuches, derecho a que me cures y, por supuesto, derecho a que me des el cielo porque ¡Me lo he ganado! Quítame, Señor, todos mis derechos menos uno: el derecho a ser humilde, el derecho a ser indigente, el derecho a confiar sólo en Ti.

2.- Lectura sosegada del evangelio. Lucas 7, 1-10

En aquel tiempo, cuando hubo acabado de dirigir todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaúm. Se encontraba mal y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste. Habiendo oído hablar de Jesús, envió donde él unos ancianos de los judíos, para rogarle que viniera y salvara a su siervo. Estos, llegando donde Jesús, le suplicaban insistentemente diciendo: Merece que se lo concedas, porque ama a nuestro pueblo, y él mismo nos ha edificado la sinagoga. Iba Jesús con ellos y, estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos amigos a decirle: Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo, por eso ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra, y quede sano mi criado. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: Vete, y va; y a otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace. Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que le seguía: Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande. Cuando los enviados volvieron a la casa, hallaron al siervo sano.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-Reflexión

El evangelista Lucas, impresionado por la bondad y dulzura de Jesús, nos ofrece unos detalles hermosos a la hora de evangelizar a los alejados. Nos habla de un Dios universal, bueno para todos. Y nos dice que puede haber mucha fe en aquellos que están al margen de la Institución. Por eso, ante cualquier persona, debemos pensar que hay en ella una tierra sagrada que debo respetar. Más aún, ante cualquier persona honrada que busca a Dios, yo debo aparecer como “discípulo” y nunca “como maestro”. Esa persona, aunque no sea de los nuestros, puede poseer el Espíritu de Jesús que “sopla como quiere y donde quiere”. Es viento fuerte que se lleva por delante nuestros viejos esquemas de intolerancia. Todavía me llama la atención la palabra de aquellos emisarios: “ama a nuestro pueblo”. Lo que decide todo es el amor. Una religión que no genera amor no puede ser verdadera. La única señal que ha dejado Jesús para saber si somos suyos es el amor. “En esto conocerán que sois discípulos míos, si os amáis los unos a los otros”. (Jn. 13,35). Todavía hay un bonito detalle: “Él mismo nos ha edificado la sinagoga”. Cuando se trata de evangelizar a los que están lejos, hay que comenzar apoyando y valorando todo lo que hay de positivo en esa persona. A partir de ahí podemos caminar juntos buscando la verdad. “Un siervo a punto de morir” significa nuestra precariedad, nuestra fragilidad. Somos tan vulnerables que siempre estamos “a punto de morir”. Siendo ésta nuestra condición humana, ¿cómo podemos todavía vivir, trabajar, reir, cantar, dormir? Hay alguien que sostiene nuestra frágil existencia. Es Jesús que siempre viene a ayudarnos, a protegernos, a salvarnos. Sin Jesús, nuestra pobre y menesterosa vida humana se haría insoportable.

Palabra del Papa.

“Esta es una oración que no hacemos siempre, la oración en la que confiamos algo a alguien: ‘Señor te confío esto, llévalo Tú adelante’, es una bella oración cristiana. Es la actitud de la confianza en el poder del Señor, también en la ternura del Señor que es Padre. Asimismo, cuando una persona hace esta oración desde el corazón, siente que es confiada al Señor, se siente segura: Él no decepciona nunca. La tribulación nos hace sufrir pero el confiarse al Señor da la esperanza y de ahí surge la tercera palabra: paz”. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 5 de mayo de 2015, en Santa Marta).

4.- ¿Qué me dice hoy a mí este texto? (Guardo silencio)

5.-Propósito: Hacer un esfuerzo por descubrir lo bueno que se esconde en el corazón de cada persona con la que voy a comunicarme en este día.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, al acabar esta oración, quiero agradecerte las luces que me has dado, lo mucho que he aprendido. Quiero ser humilde y no ir a Ti en plan de “exigencia sino de indigencia”. Quiero adoptar la postura del publicano y nunca la del fariseo. Y quiero que esta humildad me lleve a adoptar una postura positiva y de igualdad con relación a cualquier persona, sea de la religión que sea, incluso de aquellas personas que no profesan ninguna religión. Todos están hechos a tu imagen y semejanza.

domingo, 15 de septiembre de 2024

Iglesia Noticia en la Rioja. 15 de septiembre de 2024

 

🙏🏻 Día 8 - Realidades últimas | Semana 1 - Ejercicios Espirituales | Tierra Santa| Magdala

 


En esta etapa de nuestros Ejercicios Espirituales, nos enfrentamos a las realidades últimas: la muerte, el juicio, el infierno, el purgatorio y el cielo. Esta meditación es una oportunidad para reflexionar sobre la seriedad de nuestros actos y el poder transformador de la gracia de Dios. No se trata de temer al juicio, sino de encontrar esperanza en la misericordia infinita de Dios, quien siempre nos ofrece la oportunidad de volver a Él. ✝️ Lecturas Lc 16,19-31; Mt 25

Laudes del Domingo XXIV. Harpa Dei Liturgia

 

فادر کامران کی پروہت آرڈینیشن کی پہلی برسی کے لیے دعا

 

                                  

فادر کامران کی پروہت آرڈینیشن کی پہلی برسی کے لیے دعا


قادرِ مطلق اور مہربان خُدا، ہم آپ کو اُس پادری کے لیے مخلصانہ شکریہ اور شکرگزار پیش کرتے ہیں جس نے اس پہلے سال کے دوران آپ کی وفاداری سے خدمت کی۔ ہم آپ کے اس فضل اور اس کی وزارت کے تحفے کے لیے آپ کا شکریہ ادا کرتے ہیں۔ والد کامران کو آنے والے سالوں کے لئے طاقت اور ہمت سے نوازیں۔ آپ کی موجودگی اُس کے ساتھ رہے، اُسے تسلی بخش اور حوصلہ افزائی کرے جب وہ اپنی وزارت کو جاری رکھے۔

 



 

ہم آپ سے دعا گو ہیں کہ آپ والد کامران کو آپ کے کلام کو پھیلانے اور عاجزی اور شفقت کے ساتھ رہنمائی کرنے کے لیے فضل اور حکمت عطا کریں۔ وہ خوشی اور سکون سے بھر جائے کیونکہ وہ آپ کی اور آپ کے لوگوں کی خدمت جاری رکھے ہوئے ہے۔ دُعا ہے کہ آپ کی وزارت اُمید، شفا اور روحانی تجدید فراہم کرتی رہے۔ آمین۔

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Oración por el Primer Aniversario de Ordenación Sacerdotal del Padre Kamran

Dios todopoderoso y misericordioso, te ofrecemos nuestro sincero agradecimiento y gratitud por el sacerdote que te ha servido fielmente durante este primer año. Te damos gracias por la gracia que le has concedido y por el don de su ministerio. Que el Padre Kamran sea bendecido con fuerza y valor para los años venideros. Que Tu presencia esté con él, consolándole e inspirándole mientras continúa su ministerio en Pakistán.

 


Te pedimos que concedas al Padre Kamran la gracia y la sabiduría para difundir Tu palabra y dirigir con humildad y compasión. Que se llene de alegría y paz mientras sigue sirviéndote a Ti y a Tu pueblo. Que su ministerio siga proporcionando esperanza, curación y rejuvenecimiento espiritual. Amén.


UNIDOS EN LA ORACIÓN Y EN LA AMISTAD