domingo, 3 de agosto de 2025
sábado, 2 de agosto de 2025
Domingo 18, tiempo ordinario: 3 de agosto de 2025
Guardaos de toda clase de codicia…
INTRODUCCIÓN
En el camino a Jerusalén han ido apareciendo estos temas: Amor concreto al hermano (Buen Samaritanao). Escucha de la Palabra (María a los pies de Jesús). Oración. Padre Nuestro.
En este domingo, un STOP. ¡Cuidado con la riqueza! No se trata del dinero necesario para vivir y sacar la familia adelante con su trabajo honesto. Se trata de la “riqueza” de ese dinero acumulado que no necesito y donde tengo puesto mi corazón. Y ¿qué pasa entonces?
LECTURAS BÍBLICAS
1ª lectura: Eclesiastés 1,2; 2,21-23. 2ª lectura: Col. 3,1-5.9-11
EVANGELIO
Lucas 12,13-21
Entonces le dijo uno de la gente: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia». Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?». Y les dijo: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes». Y les propuso una parábola: «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”. Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”. Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».
REFLEXIÓN
LA RIQUEZA ME DESPERSONALIZA.
LA RIQUEZA ME ENTONTECE.
LA RIQUEZA ME ENVILECE.
1.- LA RIQUEZA ME DESPERSONALIZA. Si caemos en la cuenta, ese rico que ha tenido una gran cosecha no habla con nadie; sólo habla consigo mismo: ¿Qué haré? Ya sé qué haré: “construiré grandes graneros…” “Diré a mi alma”: tienes bienes para muchos años. Come, bebe, banquetea… Allí no aparecen ni su esposa, ni sus hijos, ni sus padres, ni sus amigos. Sólo él y su alma. Cuando uno habla solo, solemos decir: éste anda mal del tejado. Por lo demás, si la persona está hecha para el diálogo, la conversación, la comunicación…aquí tenemos a un hombre disminuido, discapacitado. Un hombre que no era hombre. Es verdad que sabe agrandar sus graneros, pero no sabe ensanchar el horizonte de su vida. Acrecienta su riqueza, pero empequeñece y empobrece su vida. Acumula bienes, pero no conoce la amistad, el amor generoso, la alegría ni la solidaridad. No sabe dar ni compartir, sólo acaparar. ¿Qué hay de humano en esta vida? El evangelio NOS HABLA DE LA CURACIÓN PROGRESIVA DE UN CIEGO. ¿Qué ves? Veo hombres como árboles que andan. Vida meramente vegetativa. Ni siquiera vida animal porque los árboles no sienten.
“Engarza en otro las alas del pájaro y ya no podrá nunca volar al cielo”. (R. Tagore.
2.- LA RIQUEZA ME ENTONTECE. La palabra clave para entender esta parábola es «Necio«. Del latín «nescio», que significa literalmente: «no sé». Necio es el que no sabe qué hacer con su vida. Le han dado posibilidades, talentos, tesoros para negociar y ser cada día más persona: crecer, madurar, realizarse; pero como es un ignorante, malogra su vida, entierra sus talentos, vive superficialmente atrapado por el “tener” “poseer” “acumular” sin caer en la cuenta de que su vida tiene fecha de caducidad y, en cualquier momento, se la pueden quitar. Esto es una parábola. Es lo que le ocurrió a un hombre del siglo primero y lo que nos sigue ocurriendo también a los del s. XXI. Sabemos que tenemos que morir, pero no nos lo creemos y somos los eternos ignorantes. Lo decía muy bien el poeta: “El hombre está entregado al sueño, de su suerte no cuidando, y con paso callado, el cielo vueltas dando, las horas del vivir le va hurtando” (Fray Luis de León) Sensación de vacío, de frustración, de haber perdido el tiempo, de haber sido robado.
3.- LA RIQUEZA ME ENVILECE. Cuantas vilezas y miserias con el afán de dinero. Pensemos en la droga, en la trata de mujeres etc. Pensemos en los políticos: de uno y otro bando: Nos parecían buenas personas, pusimos la confianza en ellos. Después hemos descubierto que eran unos corruptos. Algunos están en la cárcel. Pensemos en las familias. Los padres toda la vida trabajando por sus hijos. Llega la muerte y en el reparto de la herencia vienen las rupturas. Pensemos en los ancianos en la residencia. Me decía la madre de una casa de las hermanitas de ancianos desamparados. No los vienen a ver en vida, pero cuando mueren acuden todos preguntando por las cartillas. Sólo les interesa eso. ¿No es esto una vileza y una miseria?
PREGUNTAS
1.- ¿Acaso cuando he tenido más dinero he sido mejor persona?
2.- Hacerme pronto rico, aunque sin escrúpulos, ¿A ello llamo ser listo?
3.- El considerable aumento en las cuentas bancarias, ¿me ha llevado a un crecimiento correlativo en personalidad, dignidad, responsabilidad?
viernes, 1 de agosto de 2025
Lectio Divina: 2 de agosto de 2025
“Este es Juan, el que ha resucitado”
1.- Oración Introductoria.
Señor, te confieso que no había caído en la cuenta de lo que significa ser verdadero profeta. San Juan se jugó el tipo por ser consecuente con lo que predicaba. Pienso, Señor, que, en la Iglesia de hoy, sobran sacerdotes que no sean también profetas. Los sacerdotes tienden a conservar el pasado, a ir haciendo lo que siempre se ha hecho. No hay riesgo, ni aventura, ni novedad. Los profetas son audaces y, en los momentos de dificultad, saben estar en la brecha. Y así pueden anunciar el futuro.
2.- Lectura reposada del Evangelio según san Mateo 14, 1-12
En aquel tiempo se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús, y dijo a sus criados: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él fuerzas milagrosas». Es que Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por profeta. Mas llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos gustando tanto a Herodes, que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese. Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». Se entristeció el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese, y envió a decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre. Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; y fueron a informar a Jesús.
3.-Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
Juan bautista es el verdadero profeta que anuncia la verdad ante el mismo rey Herodes: “No te es lícito tener la mujer de tu hermano”. Y, naturalmente, las verdades duelen. Pronto llega la ocasión de la venganza. Juan está en la cárcel, pero la verdad no está encarcelada. En la cárcel le cortan la cabeza, pero no por eso deja de hablar. Cuando el verdadero profeta muere, toda su vida se convierte en profecía. Su predicación ya no se circunscribe al espacio y al tiempo en que le toca vivir, sino que se prolonga a lo largo del tiempo. Hoy, Juan Bautista nos sigue hablando y su testimonio es actual para nosotros y será válido de generación en generación. Juan Bautista era el precursor de Jesús, el que iba por delante preparándole el camino. Por eso la muerte de Juan anuncia y prepara la muerte de Jesús. El falso profeta, el que no se expone, no se compromete, no se arriesga, dice palabras huecas, vacías, y éstas terminan con su muerte. El verdadero profeta muere, pero no muere su mensaje, ni el testimonio de su vida.
Palabra del Papa
«Los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y las prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis». Traducida al lenguaje de nuestro tiempo, la afirmación podría sonar más o menos así: los agnósticos que no encuentran paz por la cuestión de Dios; las personas que sufren a causa de nuestros pecados y tienen deseo de un corazón puro, están más cercanos al Reino de Dios que los fieles rutinarios, que ya solamente ven en la Iglesia el boato, sin que su corazón quede tocado por la fe”. Benedicto XVI, 25 de septiembre de 2011.
4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya meditada. (Guardo silencio)
5.- Propósito: Durante todo el día procuraré hablar, pero no con la lengua, sino con el testimonio de un día intenso, lleno de amor.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, la personalidad de Juan Bautista me ha impresionado. Su vida ha estado al servicio de su misión de modo que lo que tenía que hacer en la vida era para él más importante que la misma vida. Yo también quisiera ser como Juan Bautista, el profeta de verdad, el profeta del testimonio. Ayúdame, Señor.