Cada 14 de octubre, la Iglesia celebra a San Calixto I, el Papa mártir de la misericordia.
Nació esclavo en Roma y conoció el sufrimiento desde joven.
Fue falsamente acusado, condenado a trabajos forzados y enviado a las minas de Cerdeña.
Allí, en el silencio del dolor, descubrió la libertad interior que solo da Cristo.
Liberado por intercesión de una mujer cristiana, dedicó su vida al servicio de la Iglesia, administrando las Catacumbas de Roma, donde descansan tantos mártires de la fe.
Con el tiempo, fue elegido Papa, guiando a los cristianos en tiempos difíciles.
Defendió la misericordia por encima del rigor, recordando que el perdón de Dios no tiene límites.
Su enseñanza más grande fue la del amor que redime y vuelve a levantar al pecador.
Murió mártir, arrojado a un pozo, testigo del Cristo que libera incluso desde las profundidades.
🕊️ “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.” — (Rm 5,20)
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