Hoy Jesús de Nazaret nos enseña que el amor a los hermanos, la piedad por los enfermos y por los que sufren, está por encima de cualquier ley y de cualquier precepto. Así, Jesús se saltará la ley judía, tocará con cariño al leproso y le curará dedicándole una sonrisa. Pero, a su vez, el leproso tampoco respeta el precepto sobre la lepra acercándose al grupo –lo que tenía prohibido—y ruega a Jesús que le cure. Sin duda, esta escena del evangelio de Marco resume la gran enseñanza de este domingo sexto del Tiempo Ordinario: el amor es más importante que la ley. Recordemos, asimismo, que el pasado miércoles, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, la iglesia celebraba la Jornada del Enfermo, que, obviamente, “casa” muy bien con el episodio evangélico de la curación del leproso… Jesús cura y la Iglesia debe no olvidar nunca su herencia sanadora recibida de su Fundador y Maestro.
LECTURA DEL LIBRO DEL LEVÍTICO 13, 1-2.44-46
1.- El libro del Levítico, que es nuestra primera lectura, nos muestra la terrible ordenación jurídica y religiosa sobre los leprosos. Ni siquiera podían vestir con decoro. Era la enfermedad más contagiosa conocida hasta entonces y la Ley ponía inhumanos medios para evitar su propagación. La venida de Cristo cambiará radicalmente esa Ley tan dura.
SALMO 31
R.- TÚ ERES MI REFUGIO; ME RODEAS DE CANTOS DE LIBERACIÓN
S.- Salmo Penitencial este número 31 que proclamemos hoy. Si reconocemos nuestro pecado seremos perdonados. Si, por el contrario, nuestra soberbia ciega a naturaleza de nuestra falta el perdón no llegará. Nos pide este salmo que dejemos la soberbia y acudamos cerca de Dios, que, como Padre Bueno, perdona y olvida todas nuestras faltas.
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 10, 31-11, 1
2.- La lección de Pablo en el breve fragmento que escucharemos de la primera Carta los fieles de Corinto es singular. Dice que todo lo que hay en el mundo es bueno y sirve para dar a gracias a Dios. Somos nosotros los que distinguimos absurdamente viendo cosas malas donde solo hay buenas. Tendríamos que hacer todo, como nos dice San Pablo, para gloria de Dios, pero no lo hacemos así. Y de ahí, los muchos problemas que sufre nuestro mundo.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1, 40-45
3.- Jesús rompe la durísima ley que separaba a los leprosos del mundo. La curación es sin duda la solución universal al problema. Pero a nosotros la enseñanza que recibimos de este texto evangélico es que debemos reconocer nuestras limitaciones, faltas y problemas y como el leproso del Evangelio ponernos ante el Señor para decirle: “si quieres puedes limpiarme”. Encomendar a Él la solución de nuestras angustias. Y, eso sí, cuando nos veamos limpios no dejemos de dar gracias a Dios.
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