viernes, 19 de febrero de 2016

SIGNO DE MISERICORDIA CON EL PROYECTO HOMBRE

25 años proyecto hombre

(Carta del Administrador diocesano, D. Vicente Robredo, a todos los cristianos de La Rioja)

vicente                
Logroño, 21 de enero de 2016

    Queridos diocesanos:

    Como bien sabéis, uno de los objetivos principales del Programa Diocesano de Pastoral para este Curso 2015-2016 es el de “Vivir gozosamente la misericordia del Padre hacia nosotros.” Y es que ¿cabría vivir de otra manera la misericordia entrañable del Padre? ¿No es su amor la alegría, el gozo de los gozos?
    A alcanzar este fin van dirigidas la reflexión y puesta en práctica de las Obras de Misericordia, las celebraciones del Sacramento de la Reconciliación, la Apertura de la Puerta de la Misericordia, las “Veinticuatro horas con el Señor”, etc.
    Somos conscientes de que vivir con gozo el amor de Dios implica anunciarlo, airearlo, compartirlo. No se puede vivir la alegría de su Amor si no se muestra, si no se da, si no se ofrece como compañía, como consuelo, como esperanza, como salvación a todos, de manera especial a los que sufren. Esa es la voluntad del Padre, que su Amor llegue a todos.
   Desde esa conciencia, como testimonio de la misericordia permanente del Padre, se programó “llevar a cabo en las parroquias y comunidades un gesto de misericordia significativo” y “realizar un signo diocesano de misericordia con relación a una situación de pobreza”. Así, además de lo que cada parroquia hiciera en su comunidad particular, habría un símbolo misericordioso que nos uniera a todos, que nos representara a todos y en el que colaboráramos todos.
    Pues bien, el gesto elegido fue apoyar varios programas del Proyecto Hombre, programas que, por falta de medios económicos, no podían realizarse, siendo fundamentales para la prevención, la ayuda y la reinserción de los afectados. Son los siguientes: Programa Niño, Programa Encuentro Familiar (dirigido a padres), Programa Fin de Semana (piso de acogida), Programa Joven (adolescentes y jóvenes en peligro de adicción).
    Los detalles de la atención, de los costes económicos, de la manera de participar y ser solidarios con ellos, vienen explicados en los dípticos que se os envían.
    Gestos así van haciéndonos más sensibles al sufrimiento de nuestros hermanos, van ensanchando nuestra generosidad, van asemejándonos al Señor y transformando paso a paso nuestro ser en su Espíritu.
    Os animo a colaborar intensamente y a implicar a todos los miembros de nuestras comunidades en una tarea tan humana y humanizadora, tan cristiana y hermosa, tan nuestra y de Jesús. Así iremos haciendo realidad el “Amaos unos a otros como Yo os he amado”.
    La Virgen de Valvanera reparte a manos llenas su  dulzura materna entre nosotros.
   
    Un abrazo.
 
             Vicente Robredo García, Administrador Diocesano.
 

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