jueves, 18 de febrero de 2016

VIA CRUCIS POR LOS ENFERMOS

Programacion Viacrucis por los Enfermos

Durante la Cuaresma y la Semana Santa, los viernes a las 10:30h, después de la Misa de la mañana, se rezará el Via Crucis.
Se trata de un acto de piedad, un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión y Muerte de Jesucristo en su camino al Calvario.

VIA CRUCIS DE LOS ENFERMOS
Queridos hermanos, nos disponemos a iniciar el Vía Crucis de nuestro Señor Jesucristo, por los enfermos d , vecinos, amigos y enemigos, recordando a cada paso, su camino hacia su crucifixión, en la cual pagó con su muerte y resurrección el perdón de nuestros pecados.
 
Todos tenemos nuestro propio Vía Crucis que andar.  Todos tenemos nuestro camino personal de seguir a Jesús.  Es un mismo camino y es también un camino diferente para todos, porque cada uno estamos llamados a Seguirle desde nuestra propia realidad.
 
Nos da miedo el Vía Crucis, porque todos tenemos miedo al dolor.  Todos sentimos nuestros rechazos a la Cruz.  Sin embargo, el camino de la Cruz, más que un camino de dolor y sufrimiento debiera ser un camino de esperanza.
 
La Cruz de Jesús no es la Cruz que invita a la muerte sino la Cruz que invita a la vida.  Es el camino de lo nuevo.  Juan Pablo II llamaba a la Cruz “la cuna del cristiano”.  Y las cunas, más que de muerte hablan de vida, de futuro, de esperanzas.
 
Nadie como el que sufre comprende la realidad del camino de la Cruz, porque nadie como él sabe cuánto pesa el madero del dolor y de la enfermedad.  Nadie como él vive colgado de la esperanza de que esto termine.  Pero también nadie como el enfermo sabe comprender la realidad de Jesús camino del Calvario.  Mientras los sanos miramos, desde la acera, a Jesús caminando bajo la Cruz, el enfermo lo ve desde su propia experiencia.
 
El Vía Crucis que ofrecemos a nuestros enfermos no quiere ser una llamada a la pasividad frente al dolor.  No quiere ser una resignación sin esperanza.  Al contrario, quiere llevar un poco de luz, allí donde el sufrimiento ha cubierto con sombras su vida.  Este Vía Crucis quiere ayudar al enfermo a poner luz donde hay oscuridad, a poner esperanza donde el cansancio de la enfermedad invita a la desesperanza.  Y sobre todo, quiere ser una invitación a sufrir, no en la soledad, sino en compañía de Jesús.  Jesús se hace enfermo con el enfermo y el enfermo se siente identificado con Jesús.
 
Querido enfermo, no somos nosotros quienes debemos darte consejos en tu enfermedad.  Pero si podemos poner en tu camino a Alguien que si sabe mucho de dolores y es capaz de comprenderte mejor que nadie:  Jesús crucificado.  No te fijes tanto en sus dolores, fíjate más bien en cuánto amor y cuánta vida brotan de ese dolor.
 
La Pasión de Jesús, como decía San Pablo de la Cruz, es un “mar de dolor”, pero inmediatamente, en ese mar de dolor él veía “un mar infinito de amor”.  La Pasión como la revelación del amor de Dios al hombre.

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