martes, 28 de diciembre de 2021

Laudes . Los santos Inocentes, mártires 28 de diciembre

                              

Laudes
Los santos Inocentes,
mártires

28 de diciembre

INVITATORIO

V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Ant A Cristo recién nacido, que otorgó a los mártires
Inocentes la corona de la gloria, venid, adorémosle.
[Sal 94] ó [Sal 99] ó [Sal 66] ó [Sal 23]

HIMNO

Oye turbado el tirano
que ha nacido un Soberano
por su mal;
un niño que es Rey eterno,
que nace pobre en invierno
y en portal.

Aquellos magos de Oriente
le trajeron de repente
la noticia;
y, loco de furia extraña,
con sangre las cunas baña
su servicio.

Y, en golpe de odio y espada,
la furia de la nevada
cercenó
capullos de mariposas,
y de rosales las rosas
deshojó.

De Raquel, roto el gemido
 y sosegado,
rojo llanto de congojas
en esas mañanas rojas
ha dejado.

Danos, por tu Hijo amado,
arrojar, Padre, el pecado
de la guerra;
pon la paz en la bonanza
y que reine la esperanza
en la tierra. Amén.

SALMODIA

Ant. 1 "Irán en mi cortejo vestidos de blanco, pues son
dignos de ellos", dice el Señor.

- Salmo 62 -

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansias de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a las sombras de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 "Irán en mi cortejo vestidos de blanco, pues son
dignos de ellos", dice el Señor.

Ant. 2 Los niños Inocentes cantan alabanzas al Señor;
lo que en esta vida no pudieron hacer lo han realizado
después de su muerte.

Cántico.
Dn. 3,57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieve, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzadlo, por los siglos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 Los niños Inocentes cantan alabanzas al Señor;
lo que en esta vida no pudieron hacer lo han realizado
después de su muerte.

Ant. 3 De la boca de los niños de pecho has sacado
una alabanza contra tus enemigos.

-Salmo 149-

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 De la boca de los niños de pecho has sacado
una alabanza contra tus enemigos.

LECTURA BREVE

Jr 31, 15

Una voz se escucha en Ramá, gemidos y llanto amar-
go: Raquel está llorando a sus hijos, y no se consue-
la, porque ya no existen.

RESPONSORIO BREVE

V. Los santos y los justos viven eternamente.
R. Los santos y los justos viven eternamente.

V. Reciben de Dios su recompensa
R. Viven eternamente.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los santos y los justos viven eternamente.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Los niños Inocentes murieron por Cristo, fue-
ron arrancados del pecho de su madre para ser ase-
sinados: ahora siguen al Cordero sin mancha, can-
tando: "Gloria a ti Señor."

Cántico de Zacarías
Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con
nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Los niños Inocentes murieron por Cristo, fue-
ron arrancados del pecho de su madre para ser ase-
sinados: ahora siguen al Cordero sin mancha, can-
tando: "Gloria a ti Señor."

PRECES.

Celebremos la gloria de Cristo, que venció a un ti-
rano, no con un ejército de soldados, sino con un
blanco escuadrón de niños, digámosle llenos de jú-
bilo:

A ti te aclama el ejército glorioso de los mártires.

Cristo Señor, de quien dieron testimonio los niños
Inocentes, no con sus palabras, sino con su sangre,
haz que nosotros demos testimonio de ti ante los
hombres, tanto con nuestra palabra como, con
nuestra conducta.

Tú que hiciste capaces del triunfo a quienes aún no
eran capaces de entrar en combate,
no permitas que seamos vencidos nosotros, a quie-
nes tantos medios has dado para llegar a la vic-
toria.

Tú que lavaste con tu sangre las vestiduras de los
santos Inocentes,
purifícanos de toda maldad.

Tú que enviaste al cielo a esos niños mártires como
primicias de tu reino,
no permitas que nosotros seamos excluidos del
festín eterno.

Tú que experimentaste en tu infancia la persecu-
ción y el destierro,
protege a los niños que se ven acosados por la
indigencia, la guerra o la desgracia.

Se pueden añadir algunas intenciones libres
peticiones

Elevemos nuestra voz al Padre celestial, ante el cual
todos nos sentimos como niños pequeños, y digámos-
le confiadamente:
Padre nuestro .............

ORACIÓN.

Señor Dios, cuya gloria pregonaron en este día los
Inocentes mártires, no con palabras, sino dando su
vida por ti, haz que nuestra conducta testifique con
hechos la fe que proclamamos con los labios. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.

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