jueves, 28 de julio de 2022

EL MANANTIAL DE LA VIDA.28 DE JULIO

 “El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar”

1.- Introducción.

Señor, te pido que me ayudes a comprender este evangelio que me parece un poco difícil. Haz que tenga siempre presente la imagen de ese Padre Bueno que no se cansa de esperar, que sale al encuentro del hijo y, una vez que le ve de lejos, se lanza hacia él para abrazarle. A partir de ese texto quiero interpretar los pasajes más oscuros.

2.- Lectura sosegada del evangelio: Mateo 13, 47-53

El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. ¿Comprendieron todo esto?». «Sí», le respondieron. Entonces agregó: «Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo». Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

La explicación a esta parábola de la red, la hice en el comentario del Domingo XVII del tiempo ordinario. (A)). Para no repetir, quiero poner aquí un comentario sugerente a este texto, de la “Lectio Divina” de los padres carmelitas. Dice así: En una ronda de amigos alguien mostró una foto, donde se veía a un hombre de rostro severo, con el dedo levantado, casi agrediendo al público. Todos quedaron con la idea de que se trataba de una persona inflexible, exigente, que no permitía intimidad. En ese momento, llega un joven, ve la foto y exclama: “¡Es mi padre!” Los demás miraron hacia él, y mirando la foto, comentan: ¡Vaya padre severo! Y el chico joven contesta: “¡No, en absoluto! Es muy cariñoso. Mi padre es abogado. Aquella foto fue sacada en el tribunal, en el momento en que denunciaba el crimen de un latifundista que quería desalojar a una familia pobre que moraba en un terreno baldío del ayuntamiento, desde hacía muchos años. ¡Mi padre ganó la causa! Los pobres pudieron quedarse allí donde estaban”. Todos le miraron de nuevo y dijeron: “¡Qué persona más simpática!” Como por un milagro, la fotografía se iluminó por dentro y tomó otro aspecto. Aquel rostro, tan severo adquirió rasgos de una ternura entrañable. Las palabras del hijo cambiaron todo, sin cambiar nada. Las palabras y los gestos de Jesús, nacidas de su experiencia de hijo, sin mudar una letra o una coma, (Mt 5,17-18) iluminaron el sentido del Antiguo Testamento desde dentro e iluminaron por dentro toda la sabiduría acumulada del doctor de la Ley. Dios mismo, que parecía tan distinto y severo, adquirió los rasgos de un Padre bondadoso de gran ternura.

Palabra del Papa

“La parábola de la cizaña en medio del trigo y la de la red para pescar se refieren, sobre todo, a la presencia, ya operante, de la salvación de Dios. Pero, junto a los “hijos del reino”, se hallan también los “hijos del maligno”, los que realizan la iniquidad: sólo al final de la historia serán destruidas las potencias del mal, y quien haya acogido el reino estará para siempre con el Señor2. (San Juan Pablo II, Audiencia, 18 de marzo de 1987).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)

5.- Propósito. Hoy, a las personas que mire, las miraré con la mirada del corazón.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, te doy gracias porque cada día puedo ver nuevos aspectos de tu evangelio. Y, para no equivocarme, procuraré mirar el texto con una mirada limpia y profunda. Si Dios es amor, todo en la Biblia me tiene que hablar del amor. Si no saco amor es que no la he leído bien.


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