domingo, 20 de agosto de 2023

BIOGRAFÍA DE SANTA TERESA DE CALCUTA

 


SANTA TERESA DE CALCUTA

<<Por nacimiento soy albanesa; por ciudadanía, una india; por mi fe, soy una monja católica. Por lo que respecta a mi vocación, pertenezco al mundo. Por lo que se refiere a mi corazón, pertenezco completamente al Corazón de Jesús>>.

Pequeña de estatura, pero con una fe sólida como una roca, a la Madre Teresa de Calcuta le fue confiada la misión de proclamar, especialmente a los más pobres de entre los pobres. Fue un alma llena de luz de Cristo, encendida con su amor hacia él y con el deseo ardiente de <<saciar su sed de amor por las almas>>.

Entorno familiar

“Ve, sé mi luz” fue la invitación que oyó de Jesús, mensajera del amor de Dios, nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, ciudad que se encuentra en la encrucijada de los Balcanes. Era la más pequeña de los hijos de NiKola y Drane Bojaxhiu; bautizada con el nombre de Gonxha Agnes, recibió la primera comunión a los cinco años y medio, y fue confirmada en noviembre de 1916.

Su padre falleció de repente, cuando Gonxha tenía tan solo ocho años, dejando a la familia en una situación económica bastante precaria. Drane había educado a sus hijos con firmeza y con mucho amor, por lo que fue una buena influencia para el carácter y la vocación de su hija. La formación religiosa de Gonxha se desarrolló ulteriormente y la llevó a involucrarse de una manera cada vez más vibrante en la parroquia del Sagrado Corazón.

Llamada a la consagración religiosa

A la edad de dieciocho años, movida por el deseo de ser misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928, para unirse al instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como las Hermanas de Loreto (Irlandesas), en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa, por Santa Teresa de Lisieux. En diciembre, partió para la India, llegó a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de realizar la profesión de sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue enviada a la Comunidad de las Hermanas de Loreto en Calcuta y se dedicó a la enseñanza de las niñas de St. Mary´s School. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa realizó la profesión última de sus votos convirtiéndose así, en <<esposa de Jesús>>, como solía decir ella, << para toda la eternidad>>. Desde aquel momento se la llamó Madre Teresa.

Continuó enseñando en el St. Mary´s School,, y en 1944 fue nombrada directora del centro. Era una persona de intensa oración con un profundo amor por sus hermanas y por sus alumnas. La Madre Teresa estuvo verdaderamente feliz durante los veinte años que pasó en Loreto. Destacó siempre por su caridad, desprendimiento y valentía, su capacidad para realizar su trabajo duro y con un talento natural para la organización. Vivió su consagración a Jesús en medio de sus compañeras con fidelidad y alegría.

La llamada dentro de la llamada

El 10 de septiembre de 1946, durante su viaje en tren de Calcuta a Darjeeling para su retiro anual, la Madre Teresa recibió su <<inspiración>>, su <<llamada dentro de la llamada>>. Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de Jesús por el amor y por las almas penetraría en su corazón de tal manera que el deseo de saciar esta sed, se convertiría en su deseo más ferviente y en la auténtica fuerza impulsora del resto de su vida. En el curso de los meses siguientes, a través de locuciones interiores y de visiones, Jesús le reveló el deseo de su corazón de <<víctimas de amor>> que <<irradiaran su amor en las almas>>.<<Ven y sé mi luz>>, le suplicó a ella. <<Yo no puedo ir solo>> le reveló su dolor por los pobres desatendidos, su pena al saber de su ignorancia sobre él y su gran deseo por saberse amado por ellos. Le pidió a la Madre Teresa que creara una comunidad, las Hermana Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres de entre los pobres.

Casi dos años más tarde, pasado un amplio periodo de prueba y discernimiento, la Madre Teresa recibió el permiso para comenzar la nueva comunidad. El 17 de agosto de 1948, vistió por primera vez su sari blanco con rayas azules y se fue, dejando tras de sí la verja del convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.

Después de realizar un breve curso con las Hermanas de la Misión Médica, en Patna, la Madre Teresa regresó a Calcuta y se alojó, de manera temporal, con las Hermanas de los Pobres. El 21 de diciembre fue por primera vez a los suburbios. Empezó a visitar familias, a lavar las heridas de los niños, a cuidar a los hombres ancianos y enfermos que vivían en las calles, y a atender a una mujer moribunda, tuberculosa y hambrienta. Empezaba cada día en comunión con Jesús gracias a la Eucaristía y salía, con el rosario en la mano, a buscar y a servir a Jesús en <<los no queridos, en los no amados, en los desatendidos>> En pocos meses, se uniría a ella un pequeño grupo de antiguas alumnas.

Fecundidad de una llamada: las Misioneras de la Caridad y otras fundaciones.

El 7 de octubre de 1950, en la Archidiócesis de Calcuta, fue promulgada como tal la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al comienzo de la década de los 60, la Madre Teresa comenzó a enviar a sus hermanas a otros lugares de la India. Después de un Decreto que el Papa Pablo VI otorgó a la Congregación en febrero de 1965, abrió una casa en Venezuela. Pronto le siguieron otras casas en Roma y en Tanzania, y poco a poco en todos los continentes. Empezando en 1980 y continuando en 1990, la Madre Teresa abrió casa en la mayoría de los países comunistas, incluyendo la Unión Soviética, Albania y Cuba.

Para poder responder mejor a las necesidades, tanto físicas como espirituales de los pobres, la Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad, en 1963, la rama contemplativa de hermanas, en 1976, Los Hermanos contemplativos, en 1979, y los Padres Misioneros de la Caridad, en 1984. Sin embargo, su inspiración no estaba exclusivamente limitada a las vocaciones religiosas. Por ello fundó los Colaboradores de la Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes: gente de diversas creencias y nacionalidades con quienes compartiría su espíritu de oración, simplicidad y sacrificio y su apostolado con trabajos humildes de amor. Este espíritu es el que inspira más tarde a los Misioneros Laicos de la Caridad. La Madre fundó también en 1981 el Movimiento Corpus Christi para sacerdotes diocesanos, como un <<pequeño camino de santidad>> para aquellos sacerdotes deseosos de compartir su carisma y espiritualidad.

Recibió numerosos premios, el Premio Novel de la Paz en 1979. Recibió tantos premios como reconocimientos <<por la gloria de Dios y en nombre de los pobres>>

Los rasgos de una vocación

Toda Vida de la Madre Teresa y su labor dan testimonio de la alegría de amar, la grandeza y la dignidad de todo ser humano. Valoraba mucho las pequeñas cosas hechas con fe y con mucho amor, y el incomparable valor de la amistad con Dios. Pero hay otro ámbito heroico de esta gran mujer que nos fue revelado después de su fallecimiento. Oculta a todas las miradas, oculta incluso a las personas más cercanas a ella, fue su vida interior, marcada por una profunda, dolorosa y permanente experiencia, por la que se sentía alejada de dios, incluso rechazada por él, a la vez que aumentaba su creciente amor por él.

Ella bautizó esta experiencia interior como <<la oscuridad>>. La <<noche oscura<>> de su alma, que comenzó casi al mismo tiempo que comenzara su labor con los pobres y continuaría durante el resto de su vida, llevó a la Madre Teresa a una unión más profunda con Dios. A través de esta oscuridad, ella participó místicamente de la Sed de Jesús –su dolor y ardiente deseo de amor- y compartió también la desolación de los pobres.

Sus últimos años

Durante los últimos años de su vida, a pesar de crecientes y graves problemas de salud, la Madre Teresa siguió dirigiendo su Congregación y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las Hermanas de la Madre Teresa eran casi 4.000 y estaban distribuidas en 610 casas, en 123 países de todo el mundo.

En marzo de 1997, dio su bendición a su sucesora electa como Superiora general de las Misioneras de la Cridad y después de ello, llevo todavía a cabo un viaje más.

Después de encontrarse por última vez con el Papa San Juan Pablo ii, volvió a Calcuta y ocupó sus últimos días en recibir a la gente y en instruir a sus Hermana.

El 5 de septiembre, la vida terrena de la Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de la India la honró despidiéndola con un funeral de Estado, y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. En poco tiempo, su tumba comenzaría a ser un lugar de peregrinaciones y oración para gente de todas las creencias, tanto ricos como pobres.

La Madre Teresa dejó un testamento de inamovible fe, esperanza indestructible y extraordinaria caridad.

Su respuesta a la petición de Jesús: <<Ven y sé mi luz>>, hizo de ella una Misionera de la Caridad, una <<madre de los pobres>>, un símbolo de compasión por el mundo y un testigo viviente del sediento amor de Dios.

En poco menos de dos años después de su fallecimiento, en vista de la fama de santidad ampliamente extendida de la Madre Teresa y de los favores concedidos por su intercesión y de los que se empezaron a informar, el Papa Juan Pablo II permitió que se abriera la Causa de canonización. El 20 de diciembre de 2002, aprobó el decreto confirmando sus virtudes heroicas y un milagro atribuido a su intercesión. El 19 de octubre de 2003, el Santo Padre beatificó a la Madre Teresa ante una alegre y orante multitud de, al menos, 300.000 personas, reunidas en la Plaza de San Pedro en un espíritu de acción de gracias a dios por el regalo de su vida y su santidad.

El Papa Francisco canonizó a la Madre Teresa el 4 de septiembre de 2016, Año de la Misericordia.

 

 

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