miércoles, 16 de abril de 2025

JUEVES SANTO.

 


Este Jueves Santo se conmemora la Institución de La Eucaristía como el regalo de Amor, también se conmemora la Institución de uno de los Sacramentos de entrega y abandono total al Señor: el Sacramento de La Orden Sacerdotal y La Vida de Servicio a los demás.

Con la celebración del jueves Santo  se abre el Triduo Pascual que culminará en la vigilia que se conmemora, en la noche del Sábado Santo al Domingo de Pascua la Resurrección de Jesucristo.

 

 

·         Las lecturas de éste día son muy especiales:

  La primera es del libro del Éxodo donde se nos presentan Prescripciones sobre la cena pascual, Jesús cenó la Pascua con sus apóstoles, siguiendo la tradición judía, ya que según ésta se debía de cenar un cordero puro y del año; y la sangre de éste se debía rociar la puerta en señal de purificación ya que si no se hacía así el ángel exterminador entraría a la casa y mataría al primogénito de esa familia (décima plaga), según lo relatado en el libro del Éxodo. Los israelitas hacían cada año la Cena de Pascua con la que conmemoraban su liberación de Egipto. Es la misma Última Cena que Cristo, como buen israelita, realiza con sus discípulos, inaugurando para todos una nueva liberación del egoísmo y del mal que a todos tantas veces nos domina.

 

·         La segunda lectura es de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios donde se nos enseña que: Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este vino, proclamamos la muerte del Señor) y el salmo responsorial El Cáliz que bendecimos, es la comunión con la sangre de Cristo. . La Eucaristía es el Sacramento de la unión y del servicio a los demás.

 

·         El Evangelio  recuerda el gesto que realizó Jesús antes de la Última Cena con sus discípulos, y celebramos la Institución del Mandamiento de Amor, Amaros los unos a los otros como Yo os he amado. El servicio a los demás con y por Amor a Cristo. Jesús lava los pies de sus discípulos, una tarea que era propia de esclavos. Con este gesto inesperado, hace visible la actitud de rebajamiento y de servicio que caracteriza su presencia en la comunidad. Con este gesto Jesús nos enseñó que tenemos que amarnos los uno a los otros. La expresión máxima de amor es el servicio desinteresado y generoso a los demás.

 Oración del Lavatorio de Pies: Siguiendo el Ejemplo de Humildad de Jesús

Oh Señor Jesús, en este momento sagrado de reflexión y humildad, recordamos el gesto supremo de amor que nos dejaste en la Última Cena. Cuando te arrodillaste ante tus discípulos, lavando sus pies con ternura y sacrificio, nos mostraste el camino del servicio desinteresado y la entrega total.

En este acto de amor profundo, vemos reflejada tu divinidad humilde, tu disposición a darlo todo por nosotros, tus hijos. Que este gesto de humildad nos inspire a seguir tu ejemplo, a servir a nuestros hermanos con amor sincero y a caminar por la senda del servicio, la compasión y la fraternidad.

Que en este momento de recogimiento, podamos sentir tu presencia cercana, recordando que el mayor entre nosotros debe ser el que sirve. Que nuestras acciones reflejen tu amor incondicional, y que podamos lavar los pies de aquellos que necesitan nuestra ayuda, con la misma humildad y devoción con la que tú lo hiciste.

Amado Señor, enséñanos a ser siervos humildes como Tú, a amar como Tú amas y a servir como Tú sirves. Que nuestras vidas sean testimonios vivientes de tu amor redentor. Amén. 🙏

Recepción de los Santos Óleos

Jueves Santo: Misa de la Cena del Señor

 


En estos momentos, antes de traer las ofrendas del pan y el vino, que se transformarán el Cuerpo y la Sangre de Cristo, recibimos los santos Óleos, es decir los aceites que fueron bendecidos y consagrados por el obispo de nuestra Diócesis, D. Santos. en la Misa Crismal que tuvo lugar el lunes en Santo Domingo de La Calzada


Presentamos el óleo de los enfermos. Este Óleo se utilizará para ungir a los enfermos y estos obtendrán alivio a sus dolores, se perdonan sus pecados y se fortalece su fe.

Sacerdote: Señor Dios, Padre de todo consuelo, que has querido sanar las dolencias de los enfermos por medio de su Hijo, escucha con amor la oración de esta comunidad parroquial. Te damos gracias porque por la bendición de nuestro Obispo has derramado tu Espíritu Santo sobre este óleo, enriqueciéndolo con tu propia bendición. Oye nuestra súplica para que cuántos sean ungidos con él sientan en cuerpo y alma tu divina protección y experimenten alivio en su cuerpo y alma. Amén.

Recepción del óleo de los Catecúmenos. El óleo de los catecúmenos se utilizará para ungir a los niños y a los adultos en el Bautismo, que le impregnará de la fuerza de Dios para vencer el mal que hay en nosotros.

Sacerdote: Señor, fuerza y defensa de tu pueblo, que has hecho del aceite símbolo de vigor, te damos gracias al recibir en nuestra parroquia este Óleo de los catecúmenos. Concede a cuantos sean ungidos con él en el Bautismo vivir fieles a tu Hijo, gozar de la alegría y libertad de los hijos de Dios. Amén


Recepción del Santo Crisma. El Santo Crisma se utilizará para ungir al bautizado y así señalarlo verdadero hijo de Dios que le confiera la capacidad espiritual de vivir la gracia sacramental. También para ungir al neo sacerdote y para consagrar un altar. Este Óleo está compuesto de aceite de oliva y lleva además un bálsamo especial que le da buen olor, el que nosotros hemos de repartir con nuestro buen vivir.

Sacerdote: Señor Dios, fuente de vida y autor de los sacramentos, al recibir el Santo Crisma para nuestra parroquia, te damos gracias por la unción que nos configura con Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey, y nos capacita para rendirte un culto agradable a tus ojos. Oye nuestra oración y concédenos que tu Iglesia crezca en santidad y en el servicio a la verdad. Amén.

   Traslado del Santísimo al lugar de reserva del Monumento.


Nos reunimos ante Ti, Señor, como comunidad parroquial que quiere acompañarte en estos momentos en que, orante en la noche de Getsemaní, te preparas de la mano del Padre Dios para afrontar el desenlace de tu vida y ministerio. En estos momentos de angustia, crisis, traición y grandes decisiones, también nosotros queremos permanecer un tiempo junto a ti, así como Pedro, Santiago y el joven apóstol Juan lo hicieron. Unidos a ti en oración, queremos poner nuestras vidas, preocupaciones, sueños, anhelos, esperanzas e ilusiones a tus pies, para confiarlas a tu bondad. Pero sobre todo queremos estar contigo, puesto que no solo te reconocemos como nuestro redentor, sino también como nuestro amigo íntimo y fiel. Tú nunca nos has abandonado. Concédenos la gracia de que tampoco nosotros te abandonemos a ti en los momentos de dificultad y adversidad. Así, en tu compañía concédenos ser  ejemplo de generosidad y amor para los demás. Te lo pedimos a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén


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