viernes, 8 de agosto de 2025

LOS CATÓLICOS CON DISCAPACIDAD

 

Los católicos con discapacidad tienen necesidades únicas y diversas que van más allá de las rampas para sillas de ruedas o los letreros en braille. Un católico con autismo podría necesitar liturgias adaptadas a la sensibilidad sensorial; uno con discapacidad intelectual podría requerir orientación especial para la catequesis.

Sin embargo, muchas parroquias no saben cómo responder a estas necesidades o incluso desconocen cuáles son.

Las parroquias cómo integrar plenamente a las personas con discapacidad en la vida parroquial.

“Desde el aumento de problemas de salud mental hasta el creciente número de familias que afrontan el autismo y otras discapacidades, las parroquias debemos buscar orientación, formación y conexión”.

La ignorancia puede ser dañina. Hay católicos con discapacidad a quienes se les niegan los sacramentos, lo cual va en contra de la enseñanza de la Iglesia.

“Todas las formas de la liturgia deben ser completamente accesibles para las personas con discapacidad”. La accesibilidad va mucho más allá de “modificaciones físicas en los edificios parroquiales”.

“Las personas con discapacidad tienen los mismos derechos bautismales a ser educadas en la fe, a celebrar los sacramentos y a responder al llamado de Dios”.

El objetivo: que cada parroquia se sienta como un hogar.

La inclusión y el sentido de pertenencia son “cruciales”, pero solo el comienzo.

“Abramos la puerta a algo mayor e incluso más importante: promover la plena participación de las personas con discapacidad y avanzar hacia la comunión, un vínculo que experimentamos porque somos amados por Dios y salvados por su Hijo, Jesucristo”.

En 2021, con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad de la ONU, el Papa Francisco les dijo: “La Iglesia es verdaderamente su hogar”.

“Las personas con discapacidad no están simplemente en los márgenes de la Iglesia esperando ser invitadas . Más bien, la Iglesia ya es su hogar, y su presencia y participación son parte integral de la comunidad eclesial”.

Para “equipar a los católicos a valorar los dones y responder a las necesidades de las personas con discapacidad, son necesarias ponencias que aborden temas como salud mental, autismo, preparación sacramental, educación católica inclusiva, liturgias adaptadas sensorialmente, políticas públicas y más. 

“Todos somos peregrinos de la esperanza, llamados a caminar juntos en la fe y el amor. Esto incluye a las personas con discapacidad, cuya presencia y participación enriquecen la vida de la Iglesia”,


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