lunes, 17 de agosto de 2015

21 DE AGOSTO: SAN PÍO X




San PIO X, ven a nuestros hogares a:
“Restaurar todo en Cristo”

Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
Eterno Dios, que por tu inagotable Providencia das a tu Iglesia en cada momento el Pastor más conveniente a sus supremos intereses, por la memoria del que fue Padre celosísimo y eficaz para la propagación de nuestra Fe y para el bien de toda la humanidad, San Pío X, te rogamos nos induzcas cada día más a tener fidelidad absoluta a las enseñanzas del Pontificado y, siguiendo la consigna del ilustre Santo, sea norma de nuestra vida instaurarlo todo en Cristo, para lograr así la paz del mundo y asegurar nuestra perseverancia final.
Te pedimos de un modo especial, ¡oh Dios misericordioso!, imprimas en nuestros corazones un profundo amor y devoción al Santísimo Sacramento del Altar, para que siendo fieles devotos de quien mereció ser designado como el Papa de la Eucaristía, no pase día sin que acompañemos a Jesús en la soledad de su Sagrario, para merecer recibirlo con la mayor frecuencia posible durante nuestra vida y especialmente, en la hora de nuestra muerte. Te suplicamos, además, nos alcances el favor que pedimos en esta Novena si ha de ser para tu mayor honra y gloria.
Interponemos como intercesores a nuestras súplicas, a tan Santo Pontífice, a todos nuestros Patrones y Abogados y de un modo especial, a la Virgen de la Estrella, cuya protección, por medio del Santo Rosario, quiso San Pío X fuera la que asegurara la salvación del mundo.
Foto de Rafael Gil Vicuña.


En honor del Santísimo Sacramento, del que tan ejemplar devoto fue San Pío X, rezaremos un Padrenuestro, Avemaría y Gloria, rogando por las intenciones del Sumo Pontífice y por las necesidades de la Iglesia, con el propósito de ganar las indulgencias concedidas.
ORACIÓN – DÍA PRIMERO
Glorioso San Pío X, que pusiste un empeño especial en mantener la fuerza de nuestra fe y la disciplina eclesiástica, condenando las innovaciones peligrosas en tu admirable encíclica, “Pascendi”, ruega a Dios para que nunca se perturbe ni altere la pureza de la fe y cada día seamos todos más sinceramente adictos y fieles a los principios inmutables de nuestra Religión.
Haz, con tu intercesión, que nuestros sacerdotes sean para todos ejemplos vivientes por sus virtudes, su fidelidad a la jerarquía y su encendida caridad, a fin de que siendo cada día más Santos, merezcan por su perfección santificarnos a todos y llevarnos al cumplimiento de todos nuestros deberes individuales y sociales, como prenda de nuestra perseverancia final. Amén.
San Pío X predice la curación de una niña
En Venecia, junto a la Iglesia de los Milagros, el Siervo de Dios se encontró con una pobre mujer que llevaba en brazos a una niña moribunda.
– Eminencia, bendiga a esta niña que muere –suplicó la desventurada madre.
El Patriarca bendijo a la niña, y dirigiéndose a la pobre mujer la animó diciéndole:
– Estate tranquila, porque tu niña no muere.
Los hechos confirmaron estas palabras del Santo Patriarca de los venecianos.
En la recepción de la Sagrada Comunión halló siempre el combustible que mantuvo ígneo el fuego de la caridad en su corazón, haciendo se despojara de todo, para entregarse a sus prójimos en una suprema superación de humildad y renunciamiento.
V. Ruega por nosotros, San Pío X.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN FINAL
¡Oh Dios!, que infundiste en el corazón de San Pío X un profundo sentimiento de caridad y amor a nuestros semejantes, haz que a imitación suya aprendamos a ejercerla, no solamente con nuestras limosnas sino con nuestra total entrega a los necesitados, para que seamos dignos de gozar de la compañía del Santo Pontífice en tu Divina Presencia en la gloría, por los siglos de los siglos. Amén.

  • Ordenado sacerdote del Señor el 18 de septiembre de 1858
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
ORACIÓN – DIA SEGUNDO
Glorioso San Pío X, que como dice uno de tus biógrafos, «fue como una necesidad para tu corazón hablar de María, predicar sobre María, promover en todos el amor y la devoción a María», ruega a Dios nos infunda la confianza en tan eficaz mediadora, para que en todas nuestras necesidades, en nuestros pesares, en nuestros dolores, alcemos los ojos hacia su inagotable bondad, para encontrar el remedio necesario o la resignación imprescindible.
Haz, por tu intercesión, que siempre vayamos a Dios por el amor a su Inmaculada Madre, para que siguiendo tu ejemplar e ilimitada confianza en su poderosa intercesión, merezcamos gozar de su constante protección en esta vida y su definitiva ayuda en la hora de nuestro tránsito. Amén.



San Pío X cura una paralítica
En 1913, una pobre madre suplicaba a Pío X curase a una hija suya, paralítica desde hacía muchos años.
– No puedo –respondió el Pontífice–, solamente el Señor puede hacer milagros.
La mujer no se convenció y con acento de mayor fe replicó:
– Sí. Vos podéis. Basta que queráis hacerlo.
– No puedo… solamente el Señor puede hacer milagros –insistió el Papa.
– Padre Santo, Vos representáis a Jesucristo en la tierra. Vos podéis hacer el milagro –insistió la madre.
– Tened confianza –dijo entonces el Papa–. El Señor sanará a vuestra hija.
En el mismo momento la hija sintió un estremecimiento, se irguió, y con gran admiración de los presentes, echó a andar.
ORACIÓN FINAL
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
ORACIÓN – DIA TERCERO
Glorioso San Pío X, que supiste mantener durante tu ilustre Pontificado las prerrogativas de la Iglesia en sus relaciones con el Estado, protestando de manera eficaz contra las persecuciones de que fueron objeto las corporaciones religiosas por parte de los poderes laicos, manifestando cuánto apenaban tu corazón de Padre las vejaciones de que fueron objeto, intercede para que Dios conceda a todos los religiosos que cada día perseveren más en el espíritu de su orden, y cumplan la altísima misión que sus fundadores se impusieron.
Haz, por tu intercesión, que todos los estados católicos mantengan relaciones de cordial colaboración, y los que no lo son de respetuosa tolerancia, con nuestra Santa Iglesia, y que cada día ésta aumente su influencia en la Sociedad, para llevar a mayor número de hombres al camino de la verdadera felicidad. Amén.

San Pío X cura a un ciego de nacimiento
Un señor alemán, ya de edad madura, ciego de nacimiento, asistía a una audiencia del Papa. Cuando éste se le acercó y se enteró de su desgracia, le recomendó tuviera confianza en Dios, y le puso las manos sobre los ojos.
Al contacto de las manos prodigiosas del Papa, el ciego recobró instantáneamente la vista.

ORACIÓN FINAL
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
ORACIÓN – DIA CUARTO
Glorioso San Pío X, que en tus constantes desvelos por la organización y eficacia de la acción social católica, cuidaste de dar a esta obra toda la importancia que merece, fijando normas concretas y eficaces para que nunca perdiera su primitivo espíritu, asegura con tu intercesión la continuidad de su actuación y la fidelidad inmutable a los principios que motivaron su creación, apartándola de cualquier desviación y evitando pueda mover a ninguno de sus actuantes el menor interés material, y sí sólo los supremos que inspiraron su fundación.
Ruega para que toda la actuación de las organizaciones de Acción Católica sean eficaces por la pureza de intención de sus militantes y por su inhibición de toda finalidad que no sea el bien de los humildes y la santificación del mundo. Amén.
San Pío X cura a una enferma de lepra
En el año 1914, un obispo del Brasil tenía a su madre enferma de lepra, y habiendo oído hablar de la fama de santidad de Pío X, se trasladó a Roma, para implorar del Siervo de Dios la curación de su madre.
Presentándose al Santo Pontífice, le rogó le alcanzase la gracia de su curación. El Papa le exhortó a encomendarse a la Virgen Santísima y a otros Santos.
El Obispo insistió y le dijo: “Por lo menos, Beatísimo Padre, dígnese repetir las palabras de Cristo: «Volo mundare» («Quiero; sé limpio»)”.
El Papa repitió: “Volo mundare”. Cuando el Obispo regresó a su patria encontró a su madre completamente curada de la lepra.
ORACIÓN FINAL
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
ORACIÓN – DIA QUINTO
Glorioso San Pío X, que manteniendo las genuinas tradiciones de la Iglesia, supiste modernizar en cuanto era preciso su consuetudinario derecho, infunde por tu intercesión a todos un profundo respeto y sumisión a todas sus disposiciones e intercede, para que en todo momento, la interpretación de sus preceptos sea la más conveniente a los intereses de la Cristiandad, a la pureza de costumbres y a la perseverancia de todos los fieles.
Alcanza del Todopoderoso que los inmejorables principios del derecho canónico influyan en las legislaciones de todos los Estados, para que en todos ellos rijan las normas de estricta justicia y caridad que inspiraron siempre sus instituciones y que establecieron en el mundo el respeto que merece el hombre por ser hecho a imagen y semejanza de Dios. Amén.


San Pío X cura a una religiosa, enferma desde hacía quince años
La superiora de un colegio de la India inglesa, padecía una grave enfermedad de estómago, para cuya curación habían fracasado todos los remedios. Las niñas, el día de su Primera Comunión, en enero de 1914, se dirigieron al Santo Padre pidiendo la curación de su amada religiosa.
La enferma iba empeorando por falta de nutrición. Cayó pronto en un estado de postración tan extrema, que en la noche del 7 de febrero siguiente, ante el temor de que muriese, le fue administrada la Extremaunción.
Al día siguiente llegaba para las Hermanas de Belgaum el siguiente telegrama:
«Roma 7 de febrero de 1914. – Padre Santo concede con gusto bendición Apostólica solicitada – Cardenal Merry de Val».
Le mostraron el telegrama a la enferma. En aquel momento estaba sola. Las hermanas se hallaban en el refectorio. Lo leyó y llena de fe intentó levantarse; se vistió y se sentó en una silla.
Cuando las hermanas la vieron levantada no querían creer lo que veían sus ojos. Les dijo que quería comer y quedaron asombradas. Unas querían que comiese, otras se oponían diciendo que era mejor esperar unos días. La enferma cortó toda vacilación. Quería comer enseguida. Entre las dudas de unas y la fe de otras comió sopa, pan y carne. Desde aquel día volvió a ocupar su lugar en el refectorio. Llena de vigor y de vida, volvió a su trabajo.

ORACIÓN FINAL
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
ORACIÓN – DIA SEXTO
Glorioso San Pío X, que hiciste norma de tu Pontificado restaurarlo todo en Cristo, intercede para que siguiendo tus enseñanzas y ejemplos, adaptemos nuestra vida a la estricta observancia de los Mandamientos, para que siendo fieles sumisos de la Iglesia, seamos dignos de llamarnos hijos de Dios.
Te rogamos de un modo especial, logres que Dios imprima en nuestros corazones todo el ardor de caridad que abrasaba el tuyo, para que por los frutos de esta excelsa virtud, seamos humildes en nuestras relaciones con los pobres, justos con los que de nosotros dependen, respetuosos con nuestros superiores e imitadores en toda nuestra vida pecadora de las excelsas virtudes en que brilló la tuya. Amén.

San Pío X profetiza
La visión profética que tuvo de todos los acontecimientos, le hacía exclamar frecuentemente:
– Veo una gran guerra. Las cosas van mal –repetía con insistencia al Cardenal Secretario de Estado, que se maravillaba de la seguridad con que hablaba el Pontífice y creía se refería a la guerra de los Balcanes–. No hablo de esta guerra –decía el Padre Santo en 1914, cuando la expedición italiana a Libia–. Todo esto es nada comparado con la gran guerra que vendrá.
Y si el Cardenal le observaba que no se vislumbraba guerra alguna, el Santo viejecito replicaba:
– Eminencia, no pasaremos de 1914.
ORACIÓN FINAL
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
ORACIÓN – DIA SÉPTIMO
Glorioso San Pío X, que para dar fuerza a nuestra naturaleza, nos invitaste con reiterada insistencia a recibir la Sagrada Comunión, impulsando a todos los cristianos a frecuentar lo más posible ese Sacramento de Amor, ruega por nosotros para que siguiendo tu voluntad inspirada por Dios, nos acerquemos asiduamente a la Sagrada Mesa y saquemos del celestial banquete todas las fuerzas necesarias para mantenernos fieles a las promesas del bautismo.
Haz que Dios nos perdone cualquier negligencia o falta de devoción que hayamos tenido en nuestras Comuniones, y que cada día nos acerquemos con mejor preparación, mayor fuerza de alma y más encendido amor a recibir a Cristo en la Eucaristía. Amén.
San Pío X cura a un niño gravemente enfermo
A un niño de seis años, de la familia Conradi, a consecuencia de una caída se le había destrozado un riñón y lacerado la vejiga. El caso era desesperado y los médicos le concedían pocas horas de vida.
Se pidió al Padre Santo una bendición especial para aquella familia. El Santo Padre escuchó el relato y al terminar dijo: «Pobre madre: sí, les envío una bendición particular».
Al oír la noticia la madre, con toda su fe exclamó: «Pío X ha enviado su bendición; mi Jorge curará».
Y así fue; la vejiga, contra todos los diagnósticos de los médicos, se cicatrizó y el riñón destrozado volvió a su estado normal sin necesidad de intervención quirúrgica.
ORACIÓN FINAL
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
ORACIÓN – DIA OCTAVO
Glorioso San Pío X, que con tu inagotable celo por el culto externo que debemos a Dios, dictaste normas acertadísimas para que en todo momento tenga nuestra liturgia la solemnidad y dignidad debidas y sean nuestros templos modelos de sobriedad y pureza artística, haz que Dios conceda a todos los que dirigen nuestra Iglesia, el sentido artístico más depurado para el acertado cumplimiento de aquellas normas y concede un verdadero espíritu artístico a todas las manifestaciones religiosas, para que mueva nuestras almas a la meditación y a la piedad.
Ruega para que nuestras multitudes aprecien el valor inestimable de la oración en común y que la severidad de los cantos religiosos armonice en todo momento con la profundidad de todos nuestros ritos y con la solemnidad de nuestras ceremonias religiosas. Amén.
San Pío X cura el brazo a un impedido
A las audiencias públicas que celebraba el Padre Santo, acudían toda clase de personas, entre éstas algunos enfermos, confiando en lograr su curación por la intercesión del Pontífice. En una de aquellas audiencias, pasó Pío X junto a un infeliz que tenía un brazo inerte, quien mostrándoselo y en todo apremiante de súplica, le dijo:
– Padre Santo, cúrame para que pueda ganar el sustento para los míos.
– Sigue tu camino… y ten fe en el Señor –le dijo el Pontífice.
Y tocándole el brazo repitió:
– Ten fe, el Señor te curará.
En el mismo instante, el brazo inerte recobró su fuerza y sus movimientos. Profundamente emocionado el hombre gritó:
– ¡Padre Santo! ¡Padre Santo!
El Papa se detuvo y poniendo sus dedos sobre los labios le impuso silencio.
ORACIÓN FINAL
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
ORACIÓN – DIA NOVENO
Glorioso San Pío X, que en tu admirable Encíclica “Summi Pontíficatus”, afirmaste que la paz que todos los hombres dicen desear, únicamente puede lograrse con una absoluta sumisión del hombre a Dios, ruégale que infunda en los corazones de todos, y muy especialmente a los conductores de las naciones, un profundo respeto a las enseñanzas del Evangelio y sincero reconocimiento de la autoridad de la Iglesia, para que, bajo el manto protector del Vicario de Cristo, todos se reconozcan hermanos y sometan la solución pacifica de sus diferencias a la decisión de quien es Padre amantísimo de todos.
Haz por tu poderosa intercesión que el Mundo recobre la paz, que las naciones apacigüen sus odios, que las razas se sientan igualadas ante Dios y que, como bendición del cielo, seamos librados del terrible azote de una guerra que sería el fin de la civilización cristiana y posiblemente del mundo. Amén.
San Pío X prevé los estragos de la guerra
En 1912 se propuso al Santo Padre la compra, por un Instituto religioso, de una gran propiedad situada en Gradisca, donde existían espléndidos edificios.
– No es posible –contestó el Padre Santo– porque todos aquellos edificios serán destruidos.
Años después, en la guerra europea, todos aquellos edificios se convirtieron en un montón de ruinas.
ORACIÓN FINAL
¡Oh Dios!, que infundiste en el corazón de San Pío X un profundo sentimiento de caridad y amor a nuestros semejantes, haz que a imitación suya aprendamos a ejercerla, no solamente con nuestras limosnas sino con nuestra total entrega a los necesitados, para que seamos dignos de gozar de la compañía del Santo Pontífice en tu Divina Presencia en la gloría, por los siglos de los siglos. Amén.
Cuerpo Incorrupto de San Pío X

Letanías del Papa San Pío X


Señor, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre Celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Santa María, Madre de Dios,
a cada invocación se repite: ruega por nosotros.
San José, Patrono de la Iglesia Universal,
San Pío X, modelo de los sacerdotes,
San Pío X, sabio Obispo,
San Pío X, humilde Cardenal y Patriarca,
San Pío X, celoso Papa de su grey,
San Pío X, maestro piadoso,
San Pío X, misericordioso con los pobres,
San Pío X, consolador de los enfermos,
San Pío X, amante de la pobreza,
San Pío X, humilde de corazón,
San Pío X, siempre fiel a sus obligaciones,
San Pío X, heroico en la práctica de todas las virtudes,
San Pío X, lleno de espíritu de sacrificio,
San Pío X, decidido en restaurarlo todo en Cristo,
San Pío X, que acercó a los niños al comulgatorio,
San Pío X, que promovió la Comunión frecuente para todos,
San Pío X, que instó a conocer y amar la Santa Misa,
San Pío X, que procuró la difusión de las enseñanzas cristianas por todas partes,
San Pío X, que resistió y condenó todas las herejías,
San Pío X, que enseñó la correcta y justa Acción Católica,
San Pío X, que consagró a los fieles al apostolado laico,
San Pío X, que se daba a conocer como pobre pastor de almas,
San Pío X, que responde a las súplicas de quienes claman a él,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Ten misericordia de nosotros.
V. Ruega por nosotros, San Pío X.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos. Oh, Dios, que llenaste el alma de San Pío X con una caridad ardiente y lo llamaste para que sea el Vicario de Cristo en la tierra, concédenos que, por su intercesión, podamos seguir los pasos de Jesucristo, nuestro Divino Maestro; y que nuestras oraciones dirigidas a este Santo Papa den frutos en nuestra vida terrenal y nos conduzcan a la eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Oración del propio de la Fiesta
Oh Dios, que para defender la fe católica y restaurar todas las cosas en Cristo has llenado al Sumo Pontífice San Pío X de celeste sabiduría y apostólica fortaleza; concede propicio que, siguiendo sus enseñanzas y ejemplos, consigamos los premios eternos. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. AMEN.

“Padre Santo, bendiga a mi hijo para que sea bueno, porque sé que si Ud. lo hace así lo será, porque Ud. es un SANTO”.
– “Buena Señora, Ud. se equivoca de consonantes: Yo soy un Sarto (sastre) no un Santo”. Hacía alusión a su apellido que en italiano significa sastre


Que los hombres vuelvan a Dios, por la Iglesia

De lo cual se concluye que instaurar todas las cosas en Cristo y hacer que los hombres vuelvan a someterse a Dios es la misma cosa. Así, pues, es ahí a donde conviene dirigir nuestros cuidados para someter al género humano al poder de Cristo: con El al frente, pronto volverá la humanidad al mismo Dios. A un Dios, que no es aquel despiadado, despectivo para los humanos que han imaginado en sus delirios los materialistas, sino el Dios vivo y verdadero, uno en naturaleza, trino en personas, creador del mundo, que todo lo prevé con suma sabiduría, y también legislador justísimo que castiga a los pecadores y tiene dispuesto el premio a los virtuosos.
Por lo demás, tenemos ante los ojos el camino por el que llegar a Cristo: la Iglesia. Por eso, con razón, dice el Crisóstomo: Tu esperanza la Iglesia, tu salvación la Iglesia, tu : efugio la Iglesia : Pues para eso la ha fundado Cristo, y la ha conquistado al precio de su sangre; y a ella encomendó su doctrina y los preceptos de sus leyes, al tiempo que la enriquecía con los generosísimos dones de su divina gracia para la santidad y la salvación de los hombres.
“Maria es el camino mas seguro hacia Jesús”
SAN PÍO X

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