en nuestro entorno ya hay muchas señales que anuncian la Navidad: guirnaldas luminosas en las calles, escaparates iluminados por mil focos, publicidad en vallas o en televisión. ¡Cuánta luz por doquier !
Clara, muchas de esas luces son puro comercio o folclóricas.
Pero tienes que ahondar un poco...
Busquemos otra Luz:
- la que no entra en tu casa si no le abres enteramente las ventanas de tus ojos, de tus oídos, de tu corazón...
- la que recibimos como un regalo y que después regalamos,
- la que jamás se apaga,
- la que ilumina toda la vida,
- la que se llama Jesucristo, Luz del mundo
¿Quieres ser con nosotros un buscador de luz?
ABRIR LA VENTANA DE LOS OJOS
Evangelio según san Lucas 21,25-36
Jesús habla de su venida.
¿Y qué dice'
Jesús nos aconseja cinco comportamientos:
- Estar de pie
- Levantar la cabeza
-Estar atentos
-Permanecer despiertos
-No dejar de rezar.
En realidad, nos invita a <<estar vigilantes>>, a no dormirse, a abrir los ojos, a actuar, a vivir de pie. No hay que estar a la espera sin dar golpe, no hay que ser blando y cómodos, amodorrados...Se trata de una espera activa, de comprometerse, de sentirse responsables. O sea, de caminar con decisión.
Si hay que permanecer despiertos, necesitamos un despertador. Trata de abrir los ojos a tantas necesidades alrededor tuyo. Pon en práctica estas decisiones.
¿Oh Dios! Cuando creaste el mudo,
lo primero que quisiste para la humanidad fue la luz:
<<Que se haga la luz>>.
¡Gracias Señor por la luz!
¡Por todas las luces!
Las luces de la calle, de los escaparates, de las casas, de las iglesias...
También por las que recibimos por una mirada,
por un gesto o por una buena palabra.
Quisiera encender la luz del Encuentro.
La luz del Encuentro contigo, y con los demás también.
Un momento de tiempo pasado junto a ti,
y ya surge una pequeña llama.
¡enciende, Señor, mi corazón y mirada!
No me quiero dormir...
Quiero velar contigo a la luz de la llama de tu Amor.
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