1.- Oración introductoria.
Señor, Tú no pasas por la vida de una manera indiferente. Unos te aman y otros te odian. Unos desean matarte y otros dan la vida por Ti. Yo tampoco quiero que seas indiferente para mí. Déjame que te diga una vez más aquello que ya sabes y te lo he dicho mil veces: Sabes que te quiero, que sin ti mi vida no tiene sentido, que eres todo para mí. Pero no sólo lo quiero decir con mis palabras sino también con mi vida. Por eso vengo a pedirte que me ayudes a ser un buen cristiano.
2.- Lectura reposada del evangelio. Juan 7, 40-53
En aquel tiempo la gente que oyó estos discursos de Jesús, unos decían: Este es verdaderamente el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero otros replicaban: ¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo? ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David? Se originó, pues, una disensión entre la gente por causa de él. Algunos de ellos querían detenerle, pero nadie le echó mano. Los guardias volvieron donde los sumos sacerdotes y los fariseos. Estos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? Respondieron los guardias: Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre. Los fariseos les respondieron: ¿Vosotros también os habéis dejado embaucar? ¿Acaso ha creído en él algún magistrado o algún fariseo? Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos. Les dice Nicodemo, que era uno de ellos, el que había ido anteriormente donde Jesús: ¿Acaso nuestra Ley juzga a un hombre sin haberle antes oído y sin saber lo que hace? Aquellos le respondieron: ¿También tú eres de Galilea? Indaga y verás que de Galilea no sale ningún profeta. Y se volvieron cada uno a su casa.
3.- Qué dice el texto.
Meditación, reflexión.
Me impresiona la terquedad de los dirigentes religiosos en tiempos de Jesús: -escribas, saduceos, fariseos- hombres que se han pasado la vida con las Escrituras en las manos. Tienen una grave enfermedad. Podríamos llamar “cardio-esclerosis” (endurecimiento del corazón). Están viviendo a costa de la explicación de las Escrituras. Ellos se creen los maestros de Israel. Pero no aceptan a Jesús. Ni aceptaron las palabras de los mismos guardas enviados por ellos: “Jamás ha hablado un hombre como este hombre”. Les dicen que se han dejado “embaucar”. Me encanta este título que los mismos enemigos han dado de Jesús: “Embaucador”. Y es que Jesús cautiva, Jesús seduce, Jesús fascina, Jesús arrastra, Jesús embauca. Y nosotros los cristianos de todos los tiempos nos debemos dejar seducir y cautivar por Jesús. Los que ponen la mano en el arado y miran atrás, no sirven para el reino. Después de haber visto a Cristo por delante, ¿qué pueden ya ver por detrás? Lo dijo muy bien Fray Luis de León: ¿Qué mirarán los ojos que vieron de tu rostro la hermosura, que no les sea enojos? quien oyó tu dulzura, ¿qué no tendrá por sordo y desventura?
Palabra del Papa
“Esta clase dirigente eran pecadores, como todos, pero estos eran más que pecadores: el corazón de esta gente, de este grupo, con el tiempo se había endurecido tanto, tanto que era imposible escuchar la voz del Señor. Y de pecadores, han resbalado, se han convertido en corruptos. Es tan difícil que un corrupto consiga volver atrás. El pecador sí, porque el Señor es misericordioso y nos acepta a todos. Pero el corrupto está obsesionado con sus cosas, y estos eran corruptos. Y por esto se justificaban porque Jesús, con su sencillez, pero con la fuerza de Dios, les molestaba. Y paso a paso, terminan por convencerse que debían matar a Jesús, y uno de ellos dijo: ‘Es mejor que un hombre muera por su pueblo’. Éstos han hecho resistencia a la salvación de amor del Señor y así ha resbalado de la fe, de una teología de fe a una teología del deber: ‘tenéis que hacer esto, esto, esto…’ Y en la dialéctica de la libertad está el Señor bueno, que nos ama, ¡nos ama mucho! Sin embargo, en la lógica de la necesidad no hay sitio para Dios: se debe hacer, se debe hacer, se debe hacer… Se han convertido en comportamentales. Hombres de buenas maneras, pero de malas costumbres. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 27 de marzo de 2014, en Santa Marta).
4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra. (Guardo silencio)
5.-Propósito Hoy me dejaré cautivar por Jesús.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Gracias, Señor, por este rato tan agradable que he pasado contigo. Es para mí lo mejor del día. Te agradezco tu fuerza para conquistar los corazones. También un día a mí me cautivaste y sigo cautivado por Ti. No te cambiaría por nadie. Siempre que intento disfrutar de la vida sin contar contigo, siempre me queda un dejo de tristeza y soledad. En cambio, cuando yo disfruto contigo me siento más libre para disfrutar de todo. Gracias, Señor.
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