Fiesta de Cristo Sacerdote
Señor, en este día de la fiesta de Cristo Sacerdote, quiero pedirte que des al mundo sacerdotes que se parezcan a ti, Buen Pastor. Sacerdotes que pisen en las huellas que Tú dejaste; sacerdotes que no busquen su gloria sino la tuya; sacerdotes que “vayan delante de las ovejas” cumpliendo con sus obras lo que predican con los labios; sacerdotes que carguen con las ovejas débiles y enfermas, sacerdotes que lleguen a amar tanto a sus ovejas que están dispuestos a dar la vida por ellas.
2.- Lectura reposada de la Palabra. (Mt. 26, 36-42)
Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a los discípulos: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar». Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: «Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo». Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú». Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro: «¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil». De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo: «Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad».
3.- ¿Qué dice el texto?
Meditación-reflexión.
En esta escena quiere el evangelista revelarnos algo de la espiritualidad íntima de Jesús, su angustia humana mortal: su tristeza, la angustia que siente ante la muerte cercana, su obediencia filial a la voluntad del Padre; en una palabra, la verdadera humanidad del Hijo de Dios. En este momento la hora está cerca, ya que sucede lo mismo no bajo los dones simbólicos del pan y del vino del Jueves Santo, sino con la realidad sangrienta de su pasión y muerte corporal en el Viernes Santo.
En el sacerdocio no podemos separar el jueves del viernes. Lo que cada día celebramos en el Altar hemos de vivirlo después en la vida de entrega a los demás. El sacerdote que cada día toma el pan en sus manos y dice: Esto es mi cuerpo que se rompe por vosotros debe estar dispuesto a darse, a entregarse, a romperse por los demás. De lo contrario el sacerdote vivirá toda la vida en una esquizofrenia existencial.
Palabra del Papa.
El Papa Francisco ha comenzado su sermón subrayando que Jesús iba al encuentro de los pobres, los cautivos, los enfermos, los que están tristes y solos. Y ha destacado que los sacerdotes deben de hacer exactamente lo mismo. «Nuestra gente agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su vida cotidiana, cuando baja hasta los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites, las periferias donde el pueblo fiel está más expuesto». El Papa ha hecho un fortísimo llamamiento a los sacerdotes para que salgan y experimenten lo que se vive «en las periferias donde hay sufrimiento, sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones». 28/03/2013 (Misa Crisma).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto comentado. (Guardo silencio)
5.- Propósito: Rezar un rato para que haya sacerdotes al estilo de Jesús.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, veo que es muy serio eso de ser sacerdote. Creo que los hay muy buenos y te siguen con fidelidad; pero me da la impresión de que otros no tienen idea de lo que llevan en sus manos. Consagran todos los días, rompen el pan eucarístico, pero en sus personas no se les ve ni la más pequeña magulladura en el servicio sacrificado a los demás. Danos, Señor, sacerdotes para nuestro tiempo.
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