martes, 4 de junio de 2024

ADORACIÓN AL SANTÍSIMO, 5 DE JUNIO A LAS 19:00 . PARROQUIA SAN PÍO X

                                 

ADORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

CORAZÓN SANTO ,TÚ REINARÁS

La madre Teresa de Calcuta decía que su corazón "pertenece totalmente al Corazón de Jesús" y se asombraba: ¿Cómo podemos pasar nosotros un solo día sin escuchar decir a Jesús"yo te amo"?

 Oración introductoria

Señor nuestro Jesucristo,
que con amor sincero te entregaste por nosotros
y, elevado sobre la cruz,
hiciste brotar de tu costado traspasado,
con el agua y la sangre,
los sacramentos de tu Iglesia;
concédenos adentrarnos en el misterio de tu Corazón
para que comprendamos lo que trasciende toda filosofía:
la grandeza y la gratuidad de tu amor.
Permítenos, Señor, acercarnos a tu corazón abierto
y ser, en medio del mundo,
signos vivos y eficaces de tu salvación.
Que por intercesión de tu Madre, la Virgen María,
lleguemos a ser templos dignos de la gloria de Dios
y constructores de la civilización del amor.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Lecturas de la Sagrada Escritura

Lectura de la primera carta del apóstol San Juan (I Jn 4, 9-15)

“En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios”.
Palabra de Dios.

          EL SEÑOR ES MI PASTOR


R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor,
nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R/.

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

+ Lectura del  Santo Evangelio según San Juan (Jn 19,31-34)

“En aquel tiempo los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados con la lanza le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua”.

 Palabra del Señor.


Reflexión :

“En efecto, nadie ha visto a Dios tal como es en sí mismo. Y, sin embargo, Dios no es del todo invisible para nosotros, no ha quedado fuera de nuestro alcance. Dios nos ha amado primero, dice la citada Carta de Juan (cf. 4, 10), y este amor de Dios ha aparecido entre nosotros, se ha hecho visible, pues « Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él » (1 Jn 4, 9). Dios se ha hecho visible: en Jesús podemos ver al Padre (cf. Jn 14, 9). De hecho, Dios es visible de muchas maneras. En la historia de amor que nos narra la Biblia, Él sale a nuestro encuentro, trata de atraernos, llegando hasta la Última Cena, hasta el Corazón traspasado en la cruz, hasta las apariciones del Resucitado y las grandes obras mediante las que Él, por la acción de los Apóstoles, ha guiado el caminar de la Iglesia naciente.

El Señor tampoco ha estado ausente en la historia sucesiva de la Iglesia: siempre viene a nuestro encuentro a través de los hombres en los que Él se refleja; mediante su Palabra, en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía. En la liturgia de la Iglesia, en su oración, en la comunidad viva de los creyentes, experimentamos el amor de Dios, percibimos su presencia y, de este modo, aprendemos también a reconocerla en nuestra vida cotidiana. Él nos ha amado primero y sigue amándonos primero; por eso, nosotros podemos corresponder también con el amor. Dios no nos impone un sentimiento que no podamos suscitar en nosotros mismos. Él nos ama y nos hace ver y experimentar su amor, y de este « antes » de Dios puede nacer también en nosotros el amor como respuesta” (BENEDICTO XVI, Encíclica Deus caritas est, 17).

Tiempo de silencio

Preces

1. Invoquemos, hermanos, a Jesús, manso y humilde de corazón, que en el sacramento de la Eucaristía nos ha dejado la prenda de su amor, y digámosle: MÍRANOS, SEÑOR, Y TEN PIEDAD.

2. Por la Iglesia santa de Dios; para que sea signo eficaz del amor del Padre por los hombres, reflejado en el Corazón del Redentor, ROGUEMOS AL SEÑOR.

3. Por toda la humanidad; para que, a través del testimonio de los cristianos, descubra la insondable riqueza de la misericordia divina, ROGUEMOS AL SEÑOR.

4. Por aquellos que buscan el sentido de sus vidas; para que se acerquen a Jesús, fundamento de la esperanza, ROGUEMOS AL SEÑOR.

5. Por los que sufren, por los enfermos, por los pobres; para que en el Corazón de nuestro Salvador encuentren consuelo y fortaleza; ROGUEMOS AL SEÑOR.

6. Por todos nosotros; para que adorando al Señor en el santísimo Sacramento de su presencia, convirtamos nuestra vida en una respuesta generosa y comprometida al amor de Dios, ROGUEMOS AL SEÑOR.

(Se pueden añadir otras intenciones).

El bello himno „Cor arca legem continens“ es empleado en el rito latino tradicional para las Laudes de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Probablemente fue compuesto en el siglo XVIII por un autor anónimo. Con este himno queremos representar la gran riqueza del canto gregoriano, música propia de la Iglesia romano-latina desde los primeros siglos de la cristiandad. Harpa Dei canta el himno con un leve acompañamiento de voces de fondo, para crear la armonía deseada.

¡Oh Corazón, arca que contiene la ley, no de la antigua esclavitud, sino de la gracia, del perdón, de la misericordia!. ¡Oh Corazón, santuario inmaculado de la nueva alianza, templo más santo que aquel antiguo, y velo más útil que aquel que fue rasgado! Tu caridad ha querido herirte con un golpe que te dejara abierto, para que nosotros veneremos las llagas de tu amor invisible. Cristo sacerdote, que sufrió dolores cruentos y místicos, ofrendó ambos sacrificios bajo este símbolo del amor. ¿Quién no devolverá amor al que nos ama? ¿Quién de los redimidos no le amará, y escogerá en ese Corazón su eterna morada? ¡Oh Jesús, que derramas la gracia por tu Corazón!, gloria sea dada a Ti, en unión con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos sempiternos. Amén.

 Letanía del Sagrado Corazón de Jesús:

V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.

V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.
V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,
R: ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen
María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y la ciencia,
R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.


Bendición


Oremos

Oh Dios, que en este sacramento admirable

nos dejaste el memorial de tu pasión,
te pedimos nos concedas
venerar de tal modo los sagrados misterios
de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Todos responden:
Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario