Texto del Evangelio (Mt 7,15-20): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis».
Hoy nos ponemos en guardia. ¿Por qué? ¡Hay mucho ruido a nuestro alrededor! Siempre hay tipos que se las dan de sabios y que dan lecciones riéndose de Dios. Sus temas preferidos: Dios, la Iglesia, los curas, la familia… ¿Quieres aplicarles un test? «Por sus frutos los reconoceréis», nos dice Jesús.
—A esos profetas pregúntales: tú, ¿qué familia tienes?, ¿cuántos hijos?, ¿cuántas vocaciones has traído?, ¿qué me dices de la eternidad? Y comprobarás que «no se recogen uvas de los espinos ni higos de los abrojos».
—A esos profetas pregúntales: tú, ¿qué familia tienes?, ¿cuántos hijos?, ¿cuántas vocaciones has traído?, ¿qué me dices de la eternidad? Y comprobarás que «no se recogen uvas de los espinos ni higos de los abrojos».
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