Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
INTRODUCCIÓN
Hoy es un día entrañable especialmente para todos los aragoneses. ¿Qué aragonés no ha visitado el Pilar? ¿Qué aragonés no ha rezado, a su manera, a la Virgen del Pilar? Una devoción que arranca del pueblo. La ofrenda de flores no la organiza ninguna autoridad civil o religiosa. Brota del corazón de los aragoneses que expresan su cariño a la Virgen con un ramo de flores. Y esa ofrenda de flores se convierte, al día siguiente, en una ofrenda de frutos para atención de los más pobres y marginados. En la devoción a la Virgen del Pilar hay flores y frutos; hay devoción y acción.
LECTURAS
1ª lectura: 1Cron. 15, 3-4.15-16,1-2. 2ª lectura: Hech. 1, 12-14.
EVANGELIO
Lc. 11, 27-28:
Mientras él hablaba estas cosas, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen»
REFLEXIÓN
Al filo de las lecturas creo que podemos celebrar esta fiesta a tres niveles:regional, b) personal y c) nacional.
a) Nivel regional.
Somos de Aragón y a mucha honra. El pueblo de Israel tenía, como un tesoro, el arca de la Alianza y era el signo de la presencia de Dios en medio del pueblo. Dios está con nosotros y no nos abandona. Cuando este pueblo se vio cercado por el ejército de Asiria acudió a él y fue salvado por una mujer: Judit que venció a Holofernes. De ella se decía: Tú eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú el orgullo de nuestro pueblo. María es la verdadera arca de la alianza. Ella es el signo más claro de la presencia de Dios en medio de nosotros; a ella acudimos en medio de nuestros problemas; ella se ha dignado visitarnos en Carne mortal y todos los días los aragoneses cantamos esa hora feliz. La Virgen del Pilar es nuestra gloria, nuestro orgullo y la alegría de nuestro pueblo. Por eso todos los años levantamos una montaña de flores, signo de agradecimiento y de cariño a Ella. Y siempre que vamos a Zaragoza besamos con veneración esa columna bendita ya cóncava de tanto besarla. Por eso en una jota se dice:
“Hay un amor en la tierra
Que hasta en las piedras se graba:
Y es el de Aragón que, a besos,
El santo pilar taladra”.
“Hay un amor en la tierra
Que hasta en las piedras se graba:
Y es el de Aragón que, a besos,
El santo pilar taladra”.
Cuando una madre quiere mucho a su hijo pequeño le dice locuras: ¡Me lo comería a besos! Pues aquí hay un pueblo, el pueblo de Aragón, que se ha comido a besos el pilar de la Virgen.
b) Nivel personal
El evangelio nos habla de esa mujer de pueblo que, entusiasmada de las palabras y de la persona de Jesús, se fija en su madre para decirle: ¡Bendita la madre que te parió! Jesús le dice: Dichosa porque ha escuchado en su corazón la palabra de Dios. Y desde ese momento María es la mujer que nos enseña a rezar: no con los labios, con el ruido, con las palabras sino con el corazón. Y rezar con el corazón es expresar delante de Dios lo que uno lleva dentro. No hace falta ni ir a una Iglesia. En tu propio corazón hay “una capilla sagrada” donde está Dios. La Virgen no vino una vez y se marchó… Se quedó en el corazón de cada uno de nosotros. No importa en qué situación nos encontremos. No importa que nos hayamos ido lejos… Un hijo se puede ir de su madre, pero una madre nunca se va del hijo. Cuando no tengas ganas de rezar hay que acudir a ella. Cuando ya llevas mucho tiempo sin ir a la Misa, hay que acudir a Ella. Cuando te hayan dicho que eso de la religión es un cuento hay que acudir a Ella, preguntarle a Ella, estar con ella. Una madre nunca miente, nunca engaña…Con qué espontaneidad rezaban nuestros mayores:
“Eché un besico al Jalón
Pa que al Ebro lo llevara
Y al pasar por Zaragoza
En el Pilar lo dejara”.
El beso es lo más delicado, lo más tierno, lo más íntimo. Ese es el beso que los antepasados daban al Jalón para que se lo llevara a Zaragoza. Y se lo diera a la Virgen. Ese rio Ebro que ha dado nombre a la península Ibérica no se ha secado; sigue pasando por el Pilar depositando allí todos los besos de todos los aragoneses.
c) A nivel de España.
La segunda lectura nos ha presentado a María reunida con los Apóstoles, esperando la venida del Espíritu Santo. No está allí para mandar. Está para cohesionar el grupo, para mantenerlo unido. Después se dispersarán por el mundo.
Hoy más que nunca necesitamos de María para mantener unida a España. Sin pretender ser alarmista, lo menos que se puede decir es que España se deteriora:
Cuando se queman banderas españolas.
Cuando uno se avergüenza de llamarse español.
Cuando unas autonomías engordan a base de que otras queden enflaquecidas.
Unidad en la diversidad sería la ley de oro. Vivimos lo nuestro con toda intensidad pero sabiendo que España somos todos. Y el ser un aragonés forofo no quita nada para ser un forofo español. Todos nosotros queremos a nuestra autonomía: sus vinos, sus cereales, sus frutas…pero no nos quita nada para sentirnos españoles. El que yo ame a mi madre no quiere decir que no deba amar a la madre de mi madre. Algo así. Las autonomías deberían ser hijas de la madre España. Por eso quiero terminar con las letras de otra jota:
Patria y Virgen es mi lema
Patria y Virgen mi cantar:
Mi patria es España entera,
Mi Virgen la del Pilar.
¡FELIZ DIA DEL PILAR!
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