Santa Laura Montoya Upegui, nacida en Jericó, Colombia, en 1874,
fue una mujer de profunda fe, maestra de vocación y misionera por amor.
Huérfana desde niña, conoció el dolor y la pobreza,
pero también la fuerza de confiar plenamente en Dios.
Dedicó su vida a enseñar y a llevar la Palabra a los más olvidados:
los pueblos indígenas de la selva colombiana.
Con valentía y ternura, fundó la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena,
para anunciar el Evangelio donde nadie quería ir.
En medio de la selva, entre enfermedades y peligros,
Laura hablaba de Cristo con gestos de amor,
enseñando que la fe no tiene fronteras.
Fue canonizada por el Papa Francisco en 2013,
y su vida sigue siendo un faro de misión, perdón y esperanza.
💬 “Quien ama de verdad, no descansa mientras haya un alma que no conozca a Dios.”
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