3 DE ENERO DE 2016
Este Domingo Segundo de Navidad es como una gran oportunidad para volver a celebrar litúrgicamente el Nacimiento del Niño Dios. Y hemos de aprovecharlo. Dispongámonos a rezar, cantar y expresar toda nuestra alegría ante el hecho prodigioso que Dios se haya hecho Niño para salvarnos. Iniciemos pues la eucaristía con júbilo, amor esperanza y toda nuestra alegría.
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