lunes, 27 de noviembre de 2017

El cristiano debe estar atento. Lectio Divina. Martes 28 de noviembre de 2017.

 Resultado de imagen de Lucas  21,5 - 11:
Invocación al Espíritu Santo:  Espíritu de Amor, que inundas de luz los corazones, ven al nuestro para que iluminado, procuremos siempre hacer la voluntad del Padre, para que busquemos siempre la amistad del hijo, y sepamos discernir cuando tú, Espíritu Santo nos hablas. Ven Espíritu de Amor y guía nuestro caminar.

Lectura. Lucas capítulo 21, versículos 5 al 11: 
5Al oír a algunos que hablaban del templo, admirados de la belleza de sus piedras y de las ofrendas que lo adornaban, dijo: 6Vendrán días en que de estas cosas que ven, no quedará piedra sobre piedra. ¡Todo será destruido! 7Entonces le preguntaron: -Maestro, ¿Cuándo será eso? ¿Cuál será la señal de que esas cosas están a punto de suceder? 8Él contestó: -estén atentos, para que no los engañen. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy, ha llegado la hora”. No vayan detrás de ellos. 9Y cuando oigan hablar de guerras y de revueltas, no se asusten, pues eso tiene que suceder primero, pero el fin no vendrá inmediatamente. 10Les dijo además: -Se levantará nación contra nación y reino contra reino; 11habrá grandes terremotos en diversas regiones y habrá hambres y pestes y en el cielo señales grandes y terribles. 

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Indicaciones para la lectura:  Como los otros evangelios sinópticos, Lucas concluye la predicación de Jesús en Jerusalén con un discurso acerca de los acontecimientos finales. Al evocarlos, el evangelista trasmite su visión de la historia de la salvación, en tres momentos: destrucción de Jerusalén, tiempo de la misión de la iglesia y, por último, la venida del hijo del hombre, que traerá la plenitud del Reino de Dios. En la tradición profética, el abandono del templo de Dios y su destrucción eran contemplados como la consecuencia de la ruptura de la alianza por parte del pueblo. Lucas alerta a su comunidad sobre los posibles signos engañosos.

Meditación: 

Al oír a algunos que hablaban del templo, admirados de la belleza de sus piedras y de las ofrendas que lo adornaban, dijo: 
El templo es la construcción más importante que tenían los judíos, allí se podía tener contacto con Dios, y por tanto era la casa de Dios, por eso debía estar fuertemente construido y finamente adorando. Los que hablaban de este templo solo se fijaban en la apariencia del templo, se fijaban en su exterior y en sus bellas ofrendas, dejando a un lado lo que realmente significaba el templo.

Vendrán días en que de estas cosas que ven, no quedará piedra sobre piedra.
¡Todo será destruido!: 
Jesús predice la destrucción del templo y de Jerusalén acontecida en el año 70. Y efectivamente todo junto con el templo fue arrasado. Jesús habla de la destrucción material del templo, pero a la vez habla simbólicamente del rompimiento de la alianza antigua, esa ya no más tendrá valor, y por tanto el templo no será ya nunca más el lugar en el que se encontraba.

Entonces le preguntaron: - Maestro, ¿Cuándo será eso? ¿Cuál será la señal de que esas cosas están a punto de suceder?: 
Estas preguntas son principalmente signos de la curiosidad de los que escuchaban a Jesús, pero también el evangelista tiene esa intención de responder a su comunidad que vivía un temor a los acontecimientos que indicarán el final de los tiempos. La segunda generación de cristianos pensaba que la venida de Cristo estaba por llegar. Y seguramente se hacían las mismas preguntas que hicieron a Jesús aquellos hombres que estaban escuchando en el templo. Los hombres piden una señal, al parecer para prepararse a este acontecimiento. 

 Él contestó: -estén atentos, para que no los engañen. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy, ha llegado la hora”. No vayan detrás de ellos: 
Durante el tiempo de Lucas las comunidades cristianas creían que la segunda venida del hijo del hombre estaría por llegar, la insistencia de que el fin estaba muy cerca, por eso no es de extrañarse que muchos anunciaran falsamente este fin. Lucas pone al tanto a su comunidad, y lo hace con las palabras de Jesús, de tal modo que les pide que estén atentos. La atención que pide Jesús debe ser muy firme, velar para que no sean engañados por falsos profetas que se dirán enviados por Dios, ante estos profetas Jesús pide prudencia, para que no los sigan. También es invitación a nosotros para estar atentos y velando, de tal manera que estos acontecimientos no nos sorprendan, sino que más bien nos halle preparados, con la lámpara encendida.

Y cuando oigan hablar de guerras y de revueltas, no se asusten, pues eso tiene que suceder primero, pero el fin no vendrá inmediatamente. Les dijo además: -Se levantará nación contra nación y reino contra reino: habrá grandes terremotos en diversas regiones y habrá hambres y pestes y en el cielo señales grandes y terribles. 
La violencia y las revueltas estarán siempre, al parecer esto tiene que suceder y eso mismo lo dice Jesús. El evangelista deja en claro que no es necesario vivir con estos temores, existen cosas que tienen que pasar y no por eso el fin está inminente, una vez más reitera que a pesar de las guerras y discordia, el hombre tiene que estar cuidando para que no sea sorprendido y mal preparado.

Oración: 
 Señor, que tengamos siempre con una actitud positiva frente a los acontecimientos que estamos viviendo actualmente, que no nos asusten, más bien que nos lleven a reflexionar en nuestra propia realidad, nuestra existencia, y lo que nos quieren decir estos signos. Si el temor se apodera de nosotros, que seas tú Señor el que quite estos miedos, miedos que muchas veces nos impiden trabajar en la construcción del reino. 

Contemplación: 
 ¿Hoy ante qué debemos de estar vigilantes los Cristianos? La vigilancia es una actitud que debemos tener todos los cristianos, “el primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe y que rechacemos todo lo que se opone a ella” “tenemos que hacer frente a mentalidades de este mundo, que nos invaden…” también estar atentos ante los medios de comunicación, pues ellos pueden traer distracción y pasividad, “Han de formarse una conciencia clara y recta para resistir más fácilmente las influencias menos honestas” (Catecismo de la Iglesia Católica numerales 2088 y 2727). 

 Compromiso:  Hoy haré una oración en la que pediré al Señor que me ayude a ser vigilante en mi fe. También vigilaré mis acciones para no ser motivo ni de ofensa ni de escándalo para mis familiares.

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