El Papa Francisco afirma que “la familia tiene que ser protegida. Son muchos los peligros a los que está enfrentados: el ritmo de vida, el estrés. A veces los padres se olvidan de jugar con sus hijos”.
“La Iglesia tiene que animar y estar al lado de las familias ayudándolas a descubrir caminos que les permitan superar todas las dificultades”, prosigue el Pontífice.
“Recemos para que las familias en el mundo de hoy sean acompañadas con amor, respeto y consejo. Y de modo especial sean protegidas por los Estados”, concluye.
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