XXIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO -CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA-
Festividad de Nª Sª de Lourdes, 11 de febrero de 2021
“Uno
solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos” (Mt 23, 8)
“Cuidémonos
mutuamente”
Liturgia
Monición de entrada
Esta Jornada nos recuerda que todos somos hermanos y nos invita a vivir cuidándonos
mutuamente porque somos corresponsables unos de otros, como la pandemia ha puesto
de relieve de manera particularmente dolorosa.
Vamos a tener presentes a los enfermos y los que sufren en todo el mundo los efectos de
la pandemia del coronavirus, particularmente a los más pobres. Pedimos por los que les
cuidan y damos gracias por el servicio que prestan de manera generosa y, a veces,
heroica. Escuchamos la invitación de Cristo a no tener miedo, porque el está con
nosotros todos los días de nuestra vida (cf. Mt 28, 20).
Vamos a tener presentes a los enfermos y los que sufren en todo el mundo los efectos de
la pandemia del coronavirus, particularmente a los más pobres. Pedimos por los que les
cuidan y damos gracias por el servicio que prestan de manera generosa y, a veces,
heroica. Escuchamos la invitación de Cristo a no tener miedo, porque el está con
nosotros todos los días de nuestra vida (cf. Mt 28, 20).
Con la esperanza puesta en el Padre de la Misericordia, participemos en esta celebración
de la mano de María, a la que Jesús encargó el cuidado de cada uno.
ALREDEDOR DE TU MESA
Acto penitencial.
En silencio de nuestro corazón, nos reconocemos pecadores y acudimos a Cristo para
dejarnos sanar por su perdón.
- Tú que has venido a sanar nuestro corazón del egoísmo, la indiferencia y el desamor.
Señor, ten piedad.
- Tú que infundes paz, armonía y confianza en nuestras vidas. Cristo, ten piedad.
- Tú que nos liberas de toda esclavitud para que podamos vivir plenamente. Señor, ten
piedad.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna.
GLORIA
Lecturas Misas de la Virgen María: La Virgen María, salud de los enfermos
Lectura del libro del profeta Isaías 53, 1-15. 7-10
¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza.
Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres,
como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos,
ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado.Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores;
nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado;
pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron.
Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca;
como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador,
enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino?
Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron.
Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores,
aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación;
verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su
mano. Palabra de Dios.
MI ALMA CANTA LA GRANDEZA DEL SEÑOR
Salmo responsorial Sal 102 R. Bendice, alma mía, al Señor; él cura todas tus enfermedades.
ALELUYA
EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de
Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel
del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
–«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que
me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó
de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor
se cumplirá».
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa. Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Elevemos nuestra oración a Dios Padre, en quien ponemos nuestra confianza. Lo
hacemos por mediación de María, Salud de los enfermos.
1 • Por los enfermos de nuestra parroquia, de la diócesis y del mundo: los que están
ahora ingresados en los hospitales o confinados en sus casas y los que se recuperan las
secuelas del Covid, los que esperan operación y los más graves. Roguemos al Señor.
2• Por los ancianos que se encuentran en las residencias o en sus casas sin poder recibir
visitas.Roguemos al Señor.
3 • Por los capellanes que prestan la asistencia religiosa en los hospitales.Roguemos al Señor.
4• Por todos los religiosos y religiosas que dedican su vida al servicio de los enfermos y
los pobres en todo el mundo. Roguemos al Señor.
5• Por el personal sanitario que cuida y atiende a los enfermos y mayores en los
hospitales, los centros de salud y las residencias. Por la Hospitalidad Ntra. Sra. de Lourdes de La Rioja.Roguemos al Señor.
6 • Por los científicos que investigan en todo el mundo los medios para prevenir y curar
enfermedades.Roguemos al Señor.
7• Por los voluntarios que visitan, acompañan y ayudan a los enfermos y a las personas
mayores que se sienten solas. Roguemos al Señor.
8• Por los que han fallecido a causa del virus o de otras enfermedades y por sus familias. Roguemos al Señor.
9 • Por nuestras parroquias, llamadas a ser un verdaderos hogares que se interesan y acompañan a los enfermos y sus familias y oran por los que les cuidan. Roguemos al Señor.
ORACIÓN PARA PEDIR LA SALUD DE LOS ENFERMOS:
“Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.
Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.
Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”. (Papa Francisco)
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OFRENDAS:
Hoy Señor con estas ofrendas queremos poner en tus manos nuestro corazón y decirte que te queremos y que deseamos estar siempre contigo.
*Rosario: Recibe este Rosario como señal de nuestro amor a nuestra madre la Virgen de Lourdes, salud de los enfermos, para que sea siempre nuestra estrella y camino.
*Vela: Señor tu dijiste: "Yo soy la luz del mundo quien crea en mí no caminara en la oscurridad sino que tendrá la luz de la vida2. Hoy Señor, venimos a decirte que tu luz ha iluminado el camino de nuestras vidas, y no dejaremos que esa lámpara se apague.
* Mascarilla: Con esta mascarilla miramos a tantas personas en estos momentos de pandemia que son ejemplares, han reaccionado dando la propia vida
* Pan: Con el pan, te ofrecemos nuestra vida diaria con sus luchas y esperanzas, el
fruto del trabajo de los trabajadores, con aquello que los agota y también
aquello que los anima.
* Vino: En el Cáliz con vino te ofrecemos, nuestro amor que necesita del fuego de tu
Corazón y la vida de nuestras/os hermanas/os que sufren por la violencia, la
trata de personas,la enfermedad, la esclavitud y toda clase de marginación.
ESTRELLA Y CAMINO
SANTO
DONDE HAY CARIDAD Y AMOR
Monición final .
La misa ha llegado al final. Hemos sentido la presencia del Señor en medio de nosotros,
su Palabra iluminó nuestras vidas y su Cuerpo, pan partido y compartido, nos ha
fortalecido para andar el camino en familia. Antes de marchar a nuestras casas,
recibimos la bendición Dios.
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