viernes, 5 de febrero de 2021

Moniciones- V Domingo del Tiempo Ordinario (7 de Febrero)

 


V Domingo del Tiempo Ordinario

Ciclo B – 2021

Jb 7, 1-4. 6-7 / Sal 147 (146) / 1Co 9, 16-19. 22-23 // Mc 1, 29-39

«Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.» (Mc 1, 29)

Monición de Entrada

Bienvenidos, hermanos a la celebración del día del Señor. Hoy nos encontramos en el Quinto domingo del Tiempo Ordinario; en él, somos invitado a meditar en la acción de Dios en nuestra vida, a la presencia de la fe en nuestra existencia y cómo esta fe ilumina nuestras decisiones y proyecto de vida.

Demos gracias al Dios que nos llama a su amor e iniciemos nuestra celebración. 

VIENEN CON ALEGRÍA, SEÑOR

SEÑOR, TEN PIEDAD

Monición a la Liturgia de la Palabra

La Palabra de Dios nos ubica en la existencia misma del cristiano, en su proyecto de vida y servicio. En el libro de Job nos encontramos con el hombre que reconoce que su caducidad está en las manos de Dios. Con San Pablo notamos que esta existencia adquiere sentido en la decisión por el Evangelio, lo cual combina la oración y el servicio que es anuncio, como lo hizo Jesús.

Escuchemos.

HOMILÍA

El próximo jueves, día 11 de febrero, es la Jornada Mundial de los Enfermos, en la fiesta de la Virgen María de Lourdes. Hoy, en este domingo, recordamos a nuestros enfermos y tenemos también nosotros la experiencia de cómo Jesús nos toma de la mano, de cómo nos levanta para servirle en la persona de los enfermos y de los más necesitados, y de cómo nos empuja interiormente a comunicar el Evangelio de la esperanza.

Reunidos en esta casa de la Iglesia, como la casa de Pedro en Cafarnaún, con nuestros sufrimientos, con nuestros miedos… la paz de Cristo esté siempre con todos nosotros.

Jesús nos tiende hoy su mano y nos levanta de nuestros pecados. Dejémonos curar interiormente por él. Jesús es la mano que nos sostiene; es la Palabra que nos salva: , Jesús, nos levanta, dándonos su mismo aliento.

1- Job se nos presenta justo y sabio, en medio de la desgracia de su familia y de su enfermedad. En el culmen del dolor y de la angustia, su oración es un grito de fe y confianza total en Dios. 

Alabemos al Señor, que sana los corazones destrozados (Salmo 146)

2- San Pablo recomienda trabajar por el Evangelio de manera gratuita y libre, Él mismo no quiere ninguna retribución por su trabajo misionero, para permanecer libre ante sus destinatarios y para participar de la misma suerte de los vulnerables, a fin de “ganarlos para Cristo”.

3- Admirable es la compasión de Jesús por la situación de enfermedad y de falta de esperanza que sufren las personas que le rodean. Él da mucho más de lo que pide la gente: Con la curación solicitada les regala también su amistad y su persona, pero muchos lo toman solo como un “curandero” más. A ese juego no se presta el Maestro de Nazaret: sería pervertir la relación tan especial que tiene con Dios: es su Hijo, portador de salud y paz.

En vísperas de la Jornada Mundial del Enfermo, especialmente en medio de esta pandemia que asola a toda la humanidad más necesitada, oremos a Jesús para que nos introduzca en su misma oración filial, abriendo nuestro corazón a todos los hombres, nuestros hermanos, con un corazón universal. Que Jesús  dé salud y paz a nuestros enfermos, nos bendiga y nos guarde de todo mal.


Oración de los Fieles

R/. Sana, Señor, nuestro corazón.

1) Por la Iglesia, para que permanezca santa y católica en medio de las dificultades del mundo y, bajo el amparo de San José, descubra tu rostro en la oración constante y el servicio a todas las personas.

2) Por nuestra ciudad, para que, fortalecida por tu Espíritu Divino sea fortalecida para enfrentar la corrupción, la pandemia, la inequidad social y las enfermedades que la aquejan.

3) Por nuestros hermanos enfermos, para que, a ejemplo de la suegra de Pedro, no cesen de esperar en ti y sean signo de salvación y esperanza en medio de tu pueblo.

4) Por quienes han decidido anunciar el Evangelio mediante la consagración por los consejos evangélicos o los ministerios de la Iglesia, para que, su oración y misión sean fecundas en tu amor.

5) Por nuestra comunidad parroquial, para que celebre tu presencia en los sacramentos, sane sus heridas y se anime en la caridad; de modo que permanezca fiel a la incitación que le haces a servirte en santidad.

OH SEÑOR, DELANTE DE TI

Monición al Ofertorio

La suegra de Pedro sirvió a Jesús con alegría una vez fue curada. Junto al Pan y el vino pongamos sobre el altar a todos nuestros hermanos enfermos, y a nosotros mismos, para que sirvamos con alegría y generosidad.

Presentemos nuestras ofrendas en la Mesa del Señor.

SANTO, HOSANA EN EL CIELO

Monición a la Comunión

Como Cristo, quien no cesó de hacer el bien y de ofrecer constantes oraciones al Padre, contemplémosle y sigamos su ejemplo. Que, al comulgar con Él, vivamos en unión constante con su corazón para que oración, misión y decisión por el Evangelio iluminen nuestros días.

Pasemos a comulgar sacramentalmente o hagámoslo espiritualmente.

 

Para quienes no puedan comulgar sacramentalmente, y con la confianza de la fuerza del Espíritu Santo en cada hogar y cada corazón, presentamos la siguiente fórmula de comunión espiritual:

GUSTAD Y VED QUE BUENO ES EL SEÑOR

HOY SEÑOR TE DAMOS GRACIAS

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