Monición de Entrada
Les damos la más cordial bienvenida a esta santa misa en el II Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia. Dentro de la Cincuentena Pascual, tiene personalidad propia esta primera semana que hoy acaba, la "octava de Pascua", que se celebra como un único día. A este mismo domingo otros le llaman "domingo de Tomás", porque, precisamente en un día domingo el Señor se aparece a sus discípulos, tal como nos lo relatará el evangelio de hoy.
Celebremos el domingo, como la gran fiesta del Señor, con esta santa eucaristía. De pie, cantamos
VIENEN CON ALEGRÍA SEÑOR
Moniciones para cada lectura
Primera lectura (Hechos de los apóstoles 4, 32-35)
Escucharemos ahora una visión global de la vida de la primera comunidad cristiana, transformada por la experiencia de la resurrección de Jesús.
Salmo responsorial (Salmo 117)
El salmo 117, más que comentar Ia primera lectura, sintoniza con la Pascua que estamos celebrando. Con el salmista nosotros también manifestamos nuestra alegría y nuestro gozo diciendo:
Segunda lectura (1 Juan 5, 1-6)
Escuchemos ahora un texto del final de la primera carta de San Juan, en el que trata sobre varios temas de nuestra vida cristiana, como hijos de Dios.
Evangelio (Juan 20, 19-31)
Por una venerable tradición, se lee cada año en este domingo el evangelio en el que Juan nos cuenta las dos apariciones del Resucitado a los apóstoles. Preparémonos con el canto del aleluya, para la escucha atenta de este relato.
Oración de los fieles
- Para que la Iglesia siga siendo testigo de la resurrección de Cristo para proclamarlo al mundo. Oremos.
- Pidamos para que nuestros gobernantes participen de la alegría de la Resurrección de Cristo y eso les lleve a hacer resurgir a los pueblos a una vida mejor. Oremos.
- Para que todos nos hagamos solidarios con los más necesitados de nuestra sociedad, brindándoles nuestra ayuda concreta y nuestras oraciones. Oremos.
- Para que nuestra comunidad parroquial sea iluminada por la alegría de la Resurrección, de tal modo que sea luz en el mundo que la rodea. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
"En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común", llevemos ahora al altar las ofrendas del vino y el pan, fruto de nuestro trabajo. Cantemos.
TE PRESENTAMOS EL VINO Y EL PAN
ACERQUÉMONOS TODOS AL ALTAR
Comunión
¡Señor mío y Dios mío! exclamamos, como Tomás, ante la presencia real de Cristo Resucitado en el Pan y el Vino. Acerquémonos a recibirle.
Final
Vayamos ahora a proclamar a los cuatro vientos que Cristo no está muerto, Cristo está vivo porque ha resucitado.
HOY SEÑOR TE DAMOS GRACIAS
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