domingo, 4 de agosto de 2024

ADORACIÓN AL SANTÍSIMO, 5 DE AGOSTO A LAS 19:00 (ORACIÓN DE REPARACION POR EL BLASFEMO ACTO DE INAUGURACION DE LOS JUEGOS OLIMPICOS EN FRANCIA).

                                         

El tiempo de verano no interrumpe el encuentro con Dios, tan vital y esencial para los creyentes. Cuando muchas actividades se suspenden, para la oración no hay vacaciones. Dios es la Fuente de Agua viva que vivifica y recrea nuestra vida. Por eso, nos mantenemos en su Presencia que sostiene, ilumina, fortalece y recrea nuestros días.

Estemos donde estemos en estos meses de verano, en la playa, en la cama de un hospital, con los amigos, en la montaña, en un voluntariado, con la familia, en los mil caminos dispuestos para ser recorridos…, busquemos la compañía de Dios sin prisas, escuchemos la palabra que delicadamente enamora, embarquémonos en aventuras que refresquen el alma y nos lleven hacia los hermanos. 

Dios es manantial, no dejemos de beber. Dios es susurro de brisa suave, pongámonos a su aire. Dios es luz, dejemos que recorra nuestras oscuridades. Dios es música para cantar y danzar. Dios es melodía para cantarla con nuestra flauta. Dios es noche estrellada que guía nuestros pasos. Dios es un poema bellísimo en la creación, que tenemos que aprender a escuchar y cuidar. 

1. HAZ SILENCIO DENTRO DE TI

«La vida está llena de pequeñas alegrías, el arte consiste en escucharlas e identificarlas».

  • Escucha a Dios que te habla. Toma conciencia de que desde que naces, eres un aprendiz de oyente.
  • Todo el universo emite señales, el mundo está repleto de sonidos y mensajes. «El día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra» (Sal 18,3).
  • Escucha a los otros y presta más atención a las pequeñas cosas y acontecimientos del día.

  • 2. ABRE LOS OÍDOS DEL CORAZÓN

    • El que no oye, no es capaz de hablar, ni de comunicarse, ni de responder a la palabra.
    • Una tarea de toda tu vida: estar siempre aprendiendo, a la espera de una palabra, «como el centinela aguarda la aurora» (Sal 129,6).
    • No mueras de sed al borde de la fuente. Dile a Jesús que te abra el oído, para que puedas comprender el amor de Dios que llega para todos.
    • El Padre te llama para que seas oyente de Jesús: «Este es mi Hijo, el Elegido. Escuchadlo a él» (Lc 9,35).
    • En la Iglesia que nace de la Pascua, el Espíritu Santo abre los oídos de los oyentes para que acojan la buena noticia de la salvación. «Una mujer llamada Lidia… nos estaba escuchando. El Señor abrió su corazón para que aceptara las cosas que Pablo decía» (Hch 16,14).
    • No te canses de escuchar. «Mirad bien cómo escucháis» (Lc 8,18).
    • La decisión es personal, cada día tienes que optar por ser oyente. ¡»El que tenga oídos, que oiga!» (Mt 13,9)


    • 3. JESÚS TE ENSEÑA A ESCUCHAR

      • Jesús va por los caminos abriendo los oídos a los sordos. «¡Epheta! ¡Abrete! Inmediatamente se le abrieron los oídos» (Mc 7,34-35).
      • Jesús se alegra cuando encuentra oyentes de la Palabra: «¡Dichosos vuestros oídos porque oyen!» (Mt 13, 16). «¡Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la guardan!» (Lc 11,28).
      • Jesús se sorprende de que muchos tengan oídos y no oigan. La causa es un corazón embotado (cf. Mt 13, 14-15).
      • Jesús encabeza la marcha de un pueblo de oyentes: «Va delante de las ovejas, y ellas le siguen, porque conocen su voz» (Jn 10,4).
      • Jesús llama a la puerta de tu corazón para invitarte a una historia de amistad: «Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa, cenaré con él y él conmigo» (Ap 3,20).
      • ORACIÓN DE REPARACION POR EL SATANICO, GROTESCO Y BLASFEMO ACTO DE INAUGURACION DE LOS JUEGOS OLIMPICOS EN FRANCIA.


      • *ORACION EN REPARACIÓN Y DESAGRAVIO*
        Señor Jesucristo, que te dignas permanecer con nosotros en tu maravilloso Sacramento del altar hasta el fin del mundo, para darle a tu Padre, por la memoria de tu Pasión, gloria eterna, y para darnos a nosotros el Pan de vida eterna: concédenos la gracia de llorar, con corazones llenos de dolor, por las injurias que Tú has recibido en los Juegos Olímpicos y por los muchos sacrilegios que cometen los impíos y los herejes. Inflámanos con deseo ardiente de reparar por todas estas ofensas y burlas y también con el de suplicar constantemente por la conversión de esas almas. Tú, que con Dios Padre y el Espíritu Santo eres un solo Dios y vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

        4. UNA MUJER OYENTE DE DIOS

        «María es la Virgen oyente, que acoge con fe la Palabra de Dios» (Marialis cultus 17).

        • En María la Palabra encuentra acogida. No vuelve a Dios vacía (cf. Is 55,11).
        • María mantiene un diálogo íntimo con la Palabra que se le ha dado. «María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón» (Lc 2,19).
        • María deja que la Palabra ocupe todo su espacio interior y así siente unifica toda su persona.
        • La Palabra se hace carne en su tierra de mujer y de madre. Se convierte en su palabra, ofrecida gratuitamente al mundo.
        • María no exige la comprensión inmediata de la Palabra, porque eso es cerrar el camino a Dios (cf. Lc 2,50)

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      • 5. ¿CÓMO SER OYENTE HOY?

        • Mira a Jesús, que tiene palabras de vida.
        • Aprende a escuchar a los pobres: En ellos habla y grita Jesús.
        • Vive de acuerdo con lo que oyes: «El que escucha mis palabras y las pone en práctica se parece a un hombre sensato que ha construido su casa sobre roca» (Mt 7, 24).
        • Abre los oídos al momento histórico que te toca vivir, a los signos de los tiempos, para escuchar «los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres» (Gaudium et Spes, 1) y poder ofrecer desde ahí un relato de salvación.
        • Reúnete en comunidad para escuchar juntos la Palabra de Dios (Sacrosanctum Concilium 35.106) y poder después proclamarla. «Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos» (1Jn 1,3).

        Silencio:Trata de escuchar la resonancias que ha producido la lectura de estos textos.

      • BENDICIÓN

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