martes, 27 de agosto de 2024

Novena a Santa Teresa de Calcuta. Día Primero

 


A través de este espacio queremos invitarte a participar de la Novena de Madre Teresa de Calcuta que se inicia el 27 de agosto hasta el día 4 de septiembre, para que el día 5, día en que la Iglesia recuerda su partida, podamos pedirle que interceda por todas nuestras intenciones.


"TENGO SED"


(VENERACIÓN DE LA RELIQUIA DE PRIMER GRADO DE MADRE TERESA EN LA PARROQUIA SAN PÍO X)


LA HOSPITALIDAD DE LOURDES DE LA RIOJA  CUSTODIA UNA RELIQUIA DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA

Dios habla en el silencio

Antes de comenzar, busca un lugar sin ruido que te ayude a rezar, preferentemente en una iglesia o capilla frente al Santísimo Sacramento. Crea el silencio en tu interior porque Dios es amigo del silencio. Él está siempre esperándonos en el silencio – para hablarnos y para escucharnos: “En el silencio de nuestros corazones, Dios habla de Su amor; con nuestro silencio, permitimos que Jesús nos ame” (Madre teresa)

DÍA PRIMERO

“¿Conoces realmente a Jesús vivo – no por los libros, sino por estar con él en tu corazón? “¿Estoy convencido del amor de Cristo por mí y del mío por él? Esta convicción es la roca sobre la que se construye la santidad. ¿Qué debemos hacer para tener esta convicción? Tenemos que conocer a Jesús, amar a Jesús, servir a Jesús a través de la fe: meditando su Palabra en las Escrituras, escuchándole hablar por medio de su Iglesia, y mediante la íntima unión de la oración”. “Búscalo en el sagrario. Fija tus ojos en él, que es la Luz. Acerca tu corazón a su divino corazón y pídele que te conceda la gracia de conocerle”.


Pensamiento del día:
“No busques a Jesús en tierras lejanas; no está allí. Está cerca de ti; está dentro de ti”.
Pide la gracia de conocer a Jesús íntimamente.

ORACIÓN A SANTA TERESA DE CALCUTA

Santa Teresa de Calcuta, tú dabas gran valor a la dignidad de cada persona como hijo de Dios "creado para grandes cosas: para amar y ser amado". Inspirados por tu ejemplo y ayudados por tu intercesión, haz que podamos respetar y cuidar el don de la vida desde su concepción hasta su fin natural. Que, reconociendo a cada persona como "mi hermano y mi hermana", podamos amarnos unos a otros con el tierno amor de Dios. Amén.

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