San Ramón Nonato nació en 1204 en Portell, España, en circunstancias milagrosas: fue extraído del vientre de su madre ya fallecida, de ahí el sobrenombre “Nonato” (no nacido).
Ingresó en la Orden de la Merced, dedicando su vida a rescatar cristianos cautivos. Él mismo fue hecho prisionero y sufrió terribles torturas, entre ellas tener los labios perforados con un candado para impedirle predicar.
Murió en 1240, y pronto fue venerado como patrono de las mujeres embarazadas, de los niños por nacer y de las parturientas.
Su fiesta se celebra el 31 de agosto, y hasta hoy es invocado con fe por miles de familias que esperan el don de la vida.
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