Jesús, tu hiciste de Santa Teresa un ejemplo inspirador de fe firme y de ardiente caridad, un testigo extraordinario del camino de la infancia espiritual, y una gran y estimada maestra del valor y dignidad de toda vida humana.
Escucha las súplicas de todos aquellos que buscan su intercesión, especialmente la petición que en este momento imploro...
Haz que sigamos su ejemplo atendiendo a tu grito de sed desde la cruz y te amemos con alegría en la apariencia dolorosa de los más pobres entre los pobres, especialmente en los menos amados y aceptados. Te lo pedimos esto por intercesión de María, tu Madre y Madre nuestra.
Amen
Tercer día:
Escúchale decirte: “Tengo sed”
“En Su agonía, en Su dolor, en Su soledad dijo muy claramente, ‘¿Por qué Me has abandonado?’ Estaba tan terriblemente solo y abandonado y sufría tanto en la Cruz. ... En este momento tan difícil proclamó: ‘Tengo sed’. ... Y la gente pensó que tenía una sed ordinaria y Le dieron inmediatamente vinagre; pero no era de eso de lo que tenía sed – era de nuestro amor, de nuestro afecto, de nuestro íntimo apego a Él, y de compartir Su pasión. Y es extraño que haya usado esa palabra. Dijo ‘Tengo sed’ en vez de ‘Dame tu amor’. ... La sed de Jesús en la Cruz no es imaginación. Fue una palabra, ‘Tengo sed’. Escuchémosle decírnosla a ti y a mí. ... Es realmente un don de Dios”.
“Si escuchas con tu corazón, oirás, entenderás. ... Hasta que no conozcas en lo más profundo que Jesús tiene sed de ti, no podrás comenzar a saber quién quiere ser Él para ti. O quién quiere que seas tú para Él”.
“Sigue Sus pasos en busca de almas. Llévale a Él y a Su luz a los hogares de los pobres, especialmente a las almas más necesitadas. Esparce la caridad de Su Corazón dondequiera que vayas y así sacia Su sed por almas”.
Pensamiento del día:
“¡Imagínate! Dios está sediento de que tú y yo demos un paso adelante para saciar Su sed”
Pide la gracia de entender el grito de sed de Jesús.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria
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