El corazón del hombre es como un “campo de batalla”, donde se enfrentan dos “espíritus” diferentes: uno es el de Dios, que nos lleva “a las buenas obras, a la caridad, a la fraternidad” y el otro es el del mundo, que nos empuja “hacia la vanidad, el orgullo, la suficiencia y el chisme”. Son algunas de las palabras que pronunció el Papa Francisco este 4 de septiembre durante la Misa en Santa Martha. El punto de partida de las reflexiones de hoy del Pontífice fue la Primera lectura, en la que “el apóstol Pablo enseña a los corintios el camino para tener el pensamiento de Cristo”, un camino marcado por el abandono al Espíritu Santo. De hecho, es el Espíritu Santo quien nos guía a “conocer a Jesús”, a tener sus propios “sentimientos”, a comprender el “corazón”.
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