SAN JOSÉ HOMBRE JUSTO
«Estando desposada su madre María con José, antes de vivir juntos se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era hombre justo no quería denunciarla públicamente. » Mt 1,18-19
En este primer domingo de Adviento, meditamos en la virtud de la justicia que hay en san José. La justicia, es una de las virtudes cardinales. Recordemos que existen siete virtudes cristianas; tres de ellas están relacionadas a Dios (fe, esperanza y caridad) y cuatro de ellas relacionadas al prójimo (templanza, justicia, fortaleza y prudencia)
La justicia, es un hábito que inclina constantemente a la voluntad a dar a cada uno lo que pertenece o merece. Dice el Catecismo de la Iglesia Católica que la justicia, “dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común” (CEC 1807).
¿Cuántas veces hemos presenciado actos de injusticia en el mundo? ¿Cuántas veces yo he sido injusto con mi prójimo? Para ser justos, debemos pedir al Espíritu Santo el don de la piedad, ya que la piedad nos incita un sentimiento de fraternidad con los demás y nos hace ver en el prójimo un hijo de Dios.
En aquellos tiempos, el precio por un acto de estos era la lapidación, que quiere decir, matar a pedradas; “si una joven virgen está comprometida con un hombre y otro la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, se hará salir a los dos a la puerta de esa ciudad y los matarán a pedradas” (Dt 22, 23-24). Según la Ley, esto es lo que san José debió haber hecho, denunciar a María públicamente, pero el evangelio nos dice que “era hombre justo”. Podríamos decir aquí, que la justicia implica cumplir la Ley, pero en este caso la justicia va mucho más que cumplir la Ley, porque primero busca ver la dignidad de la persona como hijo de Dios. San José, decide abandonarla en lugar de denunciarla, humillarla y matarla.
En aquellos tiempos, el precio por un acto de estos era la lapidación, que quiere decir, matar a pedradas; “si una joven virgen está comprometida con un hombre y otro la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, se hará salir a los dos a la puerta de esa ciudad y los matarán a pedradas” (Dt 22, 23-24). Según la Ley, esto es lo que san José debió haber hecho, denunciar a María públicamente, pero el evangelio nos dice que “era hombre justo”. Podríamos decir aquí, que la justicia implica cumplir la Ley, pero en este caso la justicia va mucho más que cumplir la Ley, porque primero busca ver la dignidad de la persona como hijo de Dios. San José, decide abandonarla en lugar de denunciarla, humillarla y matarla.
Pregúntate:
¿Con quién estoy siendo injusto en estos momentos? ¿Qué pecados de los demás me hacen querer juzgarlos sin misericordia? ¿Hay veces en que soy injusto conmigo mismo?
Propósito del día: Hoy me comprometo a ser justo con mi prójimo, orando por sus pecados y orando por mi constante conversión y opción por el amor y misericordia.
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