domingo, 28 de noviembre de 2021

EL TIEMPO DE ADVIENTO

 


Como todos los años, preparamos nuestro corazón para el nacimiento de Jesús. La palabra adviento, viene el latín adventus que significa venida. La Iglesia da el nombre de Adviento al tiempo de preparación durante las cuatro semanas previas al día de Navidad.

Dice el numeral 524 del Catecismo de la Iglesia Católica: «Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida»

 Los primeros cristianos repetían con esperanza “¡Maranathá!” que significa “ven Señor” o “el Señor viene”. Nosotros nos unimos a esta oración, para hacerla también una petición para nuestra vida diaria. Si bien, el Adviento es un tiempo para prepararnos para la venida del Señor, también es un tiempo para recordar que Él está con nosotros, todos los días.

El Adviento tiene una triple finalidad: recordar el pasado, vivir el presente y preparar el futuro

• Recordamos el pasado, contemplando el nacimiento de Jesús, haciéndonos partícipes de la primera venida de nuestro Salvador encarnado entre los hombres.

 • Vivimos el presente, teniendo día a día en nuestra mente que Él está con nosotros; aunque no lo vemos como en aquellos tiempos el pueblo judío lo veía caminar y predicar, sabemos que está con nosotros y camina lado a lado en nuestros gozos y dificultades de la vida, por eso, imploramos ese Maranathá, ¡Ven Señor, Jesús!

• Por último, nos preparamos para el futuro, para la segunda venida del Señor (cfr. Ap 1 ,8; 3, 11. 20) , conocida como la Parusía. No sabemos ni el día ni la hora, por eso, como lo narra el Evangelio, debemos estar siempre preparados con nuestras lámparas llenas de aceite.Y, ¿qué significa tener una lámpara llena de aceite? Significa tener el alma en gracia y un corazón que se desborda de todo el amor que Jesús ha compartido en la tierra.

Este tiempo nos lleva al día de Navidad, a la celebración y memoria del nacimiento de Jesucristo, gran acontecimiento en la historia de la Salvación. Este día lo celebramos y adoramos a Él, que siendo Dios, decidió compartir nuestra humanidad y habitar entre nosotros para salvarnos

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