SALMO Sal 15, 1-2a. 5. 7-11
R. Señor, me harás conocer el camino de la vida.
Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Señor, tú eres mi bien.»
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
¡tú decides mi suerte!
R. Señor, me harás conocer el camino de la vida.
Bendeciré al Señor que me aconseja,
¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor:
él está a mi lado, nunca vacilaré.
R. Señor, me harás conocer el camino de la vida.
Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas
y todo mi ser descansa seguro:
porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro.
R. Señor, me harás conocer el camino de la vida.
Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna
a tu derecha.
R. Señor, me harás conocer el camino de la vida.
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