SALMO 8, 4-9
R. ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable
es tu Nombre en toda la tierra!
Al ver el cielo, obra de tus manos,
la luna y las estrellas que has creado:
¿qué es el hombre para que pienses en él.
el ser humano para que lo cuides?
R. ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable
es tu Nombre en toda la tierra!
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y esplendor;
le diste dominio sobre la obra de tus manos,
todo lo pusiste bajo sus pies.
R. ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable
es tu Nombre en toda la tierra!
y hasta los animales salvajes;
las aves del cielo, los peces del mar
y cuanto surca los senderos de las aguas.
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