sábado, 20 de diciembre de 2025

ADVIENTO. 20 de diciembre del 2025

 20 de diciembre del 2025 (Sábado)

Moniciones: IV Domingo de Adviento. Ciclo A

Color: MORADO

  • Primera Lectura. Is 7,10-14: “Miren: la Virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre “Dios con nosotros».
  • Salmo responsorial: 23,1-2.3-4ab.5-6: “Ya llega el Señor, él es el Rey de la gloria”.
  • Evangelio. Lc 1,26-38: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”.

Apreciados hermanos en la alegría de ir allanando y preparando nuestro corazón para el nacimiento del divino niño Jesús, muy buenos días, tardes o noches.

La liturgia de la Palabra nos habla de la promesa del nacimiento de un niño que cambiará definitivamente el curso de la historia humana. María escucha, bajo la acción del Espíritu, el sentido profundo del misterio de Cristo; decide y actúa para ayudarnos a abrir nuestra existencia a Cristo y a su gracia.

Miren: la Virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre “Dios con nosotros”.

La Palabra, el Verbo, se hará carne. Ya ha terminado la espera: Dios está con su pueblo, para salvarlo.

 Oremos, hermanos, a Dios Padre, que quiso servirse de la humildad de María para realizar la Redención de la humanidad.

  • Por la Iglesia, para que, imitando a María, se mantenga fiel al «sí» de su misión evangelizadora y sea en el mundo signo de esperanza y de la presencia de Cristo. Roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.
  • Por quienes experimentan la desesperanza y la dificultad en sus vidas, especialmente por aquellos que se sienten solos ante retos que parecen insuperables, para que descubran que «para Dios nada hay imposible» y renueven su confianza en Su providencia. Roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.
  • Por las familias, especialmente por los padres, para que, como María, guarden la Palabra en su corazón y sean los primeros educadores de la fe de sus hijos, enseñándoles con el ejemplo la obediencia amorosa a la voluntad divina. Roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos
  • Por nosotros mismos, para que, en estos días cercanos a la Navidad, purifiquemos nuestras manos y corazones, como nos pide el salmista, para que el Rey de la Gloria pueda entrar sin obstáculos. Roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.

 Escucha, Padre, nuestra oración y, por intercesión de la Santísima Virgen, apresura la venida de tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor.  Amén.

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