Jesús y los céntimos de la viuda
El episodio que nos relata San Marcos en este Domingo XXXII del Tiempo Ordinario es de gran belleza y profundidad. Y nos descubre una realidad: los pobres también dan limosna, no sólo esperan la ayuda de los demás. Cuando la anciana viuda del relato de Marcos pone dos céntimos –todo lo que tenía—en el cepillo del Templo de Jerusalén, desea ayudar a alguien que tenga aún menos que ella o que tenga, asimismo, más necesidades… Gran lección.
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